Sólo cuatro mil buses, muchos de ellos "enchulados"; recorridos radicalmente distintos a los que conocía la gente, y transbordos que eternizaban los viajes eran parte del escenario en 2007, cuando se inició el Transantiago. A diez años del comienzo del plan, el director del Directorio del Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, señala que los análisis técnicos hablan de un panorama diferente. "Hay mejoras y pendientes por trabajar. Hay zonas que no están siendo adecuadamente atendidas", dice, lo que se suma que algunas empresas operan de manera deficiente y que incluso las personas deciden no pagar el pasaje.
¿Qué responsabilidad tiene el Estado y las empresas concesionarias en el funcionamiento del sistema?
Hay áreas con déficit. Existen operadores que tienen que mejorar, porque hay servicios que no se están prestando bien. Y como Estado tenemos que invertir en infraestructura. En ese ítem pasamos de invertir $ 23 mil millones a $ 80 mil millones en cuatro años. Hoy existen 6.550 buses, se profesionalizó a los conductores y se ha mejorado la operación que cubre el Gran Santiago. Además, quienes no operan bien son multados.
Hay firmas en crisis financiera, como Subus y Alsacia-Express, que han criticado al gobierno, pues dicen que no han recibido los recursos necesarios para operar.
Los datos objetivos señalan que tienen los servicios más mal evaluados. No puede ser que se les deban aplicar descuentos millonarios o reasignar servicios, sino que ellos deberían cumplir. No puedo tener una buena opinión si poseen los peores índices del sistema. Y esta se basa en los datos técnicos que dicen que están en los últimos lugares.
¿Es un negocio atractivo entrar al Transantiago, pensando en la licitación?
Yo veo que el sector no tiene números malos, se ven utilidades. Perciben que es un mercado atractivo.
Pero la evasión en el pago del pasaje se ha disparado. Los privados dicen que ustedes no fiscalizan suficientemente.
Cuando los concesionarios firman un contrato donde aceptan que se les pague por pasajero transportado, deben hacerse cargo y establecer zonas pagas. Creo que en 2012 se pensó de manera diferente y la autoridad traspasó toda la responsabilidad al operador. Pienso que esto es una responsabilidad compartida, por eso hoy se fiscaliza con mayor intensidad.
¿Se justifica que un sistema que no opera óptimamente sea financiado con US$ 5.172 en ocho años?
Todos los países de la OCDE tienen un importante nivel de subsidio al transporte, porque es considerado un 'derecho social a la movilidad'. Es indispensable para hacer funcionar a la industria, para acceder a los servicios, para ir a estudiar. Nadie discute que el subsidio es necesario, aunque Chile fue uno de los últimos países en convencerse. Con este presupuesto se invierte en líneas de Metro, se rebaja la tarifa escolar y se financia a los adultos mayores.
¿Cuánto costaría el pasaje sin subsidio?
Alrededor de mil pesos. Si no hay aporte del subsidio, aumenta la tarifa y quien debe pagar es el usuario. Y quienes sufren más son las personas más pobres que utilizan el sistema. El pasaje hoy es integrado: se pueden hacer transbordos pagando un pasaje.
En el gobierno anterior se subió varias veces el pasaje. ¿Se justificó ese aumento?
¡El pasaje subió 12 veces! Creo que el gobierno de (Sebastián) Piñera cometió un error al no haber entendido que la ley del subsidio era necesaria y se tramitó tarde. Dicho eso, el alza de pasajes no tiene que ver con el gobierno de turno, pues hay un mecanismo que establece la tarifa, que es la evaluación del panel de expertos.
Parlamentarios plantearon que se debe aprobar la gratuidad en Transantiago y en el país, ¿qué piensa?
Se requiere un cambio en la legislación en cuanto a impuestos, y pienso que el país no está preparado para dar ese tipo de discusión aún. No es factible un sistema de ese tipo hoy. No existe consenso técnico ni político todavía para que esa propuesta sea implementada de manera exitosa.
Usted ha destacado logros, pero la demanda por usar el sistema ha bajado en el tiempo...
Baja la demanda en los buses, pero sube en Metro, lo que es entendible por comodidad y rapidez. No es raro que si suben los ingresos en el país las personas comiencen a utilizar transporte privado.
¿Tiene que ver con el deterioro de la marca Transantiago? ¿Es un desprestigio viajar en él?
Hay un problema de imagen y eso se refleja en todos los estudios que tenemos. Cuando preguntamos por Transantiago, lo evalúan mal, pero cuando se les consulta a las personas por el recorrido que utilizan, la nota es mejor. Ahora, hay comunas donde el sistema funciona mal y eso genera una opinión.