Cuando la Mandataria Michelle Bachelet se reunió el jueves 27 de marzo con los presidentes de partido de la Nueva Mayoría en La Moneda, la atención del sector estaba puesta en los fallidos nombramientos de autoridades y en el complejo proceso de instalación que debió enfrentar el gobierno.
Sin embargo, esa crisis no fue impedimento para que ese día se pusiera otro tema sobre la mesa: la reforma a la Constitución que impulsará el Ejecutivo.
Según relata el presidente del PC, Guillermo Teillier, en ese encuentro la Jefa de Estado dijo que no descarta promover una Asamblea Constituyente y que -agrega el diputado- "no quería una Constitución aprobada por una elite".
Pese a las mayorías que ostenta el oficialismo en la Cámara y el Senado, para reformar la Constitución necesitarán algunos votos de la Alianza. ¿Teme que la búsqueda de consensos provoque que se termine cediendo frente a criterios de la derecha?
No creo que el consenso sea algo perverso per se. Ahora, el consenso está bastante desprestigiado, porque lo que se ha dado hasta ahora es que pueden haber puntos programáticos buenos, que respondan a lo que la gente pide, pero para llegar al consenso se le poda y queda en nada. Yo soy partidario del diálogo con la oposición.
Tras ese diálogo, ¿en qué se van a traducir las exigencias y vetos que puedan poner especialmente la UDI y un sector de RN?
A nosotros nos faltan, en todo caso, muy pocos votos para tener la mayoría, si es que en el Parlamento se diera la aprobación de un texto que sea llevado después a la ciudadanía. En ese caso, vamos a hacer un esfuerzo por dialogar, no para ir a un consenso perverso, sino para ir a un diálogo en el que realmente hagamos una confrontación de ideas y, a lo mejor, lleguemos a acuerdo.
Si son pocos votos los que necesitan, ¿cuál es el objetivo de ese diálogo? ¿Sin el apoyo de la derecha la nueva Constitución tendría menos legitimidad?
La forma de discutir la nueva Constitución tiene que ser distinta a la forma como se discutió la actual Constitución. Ya sabemos las condiciones en las que se aprobó. No hubo plebiscito informado, los militares hicieron la elección a su amaño, sin un registro electoral, no había Parlamento. No podemos seguir esa línea. Si eso va a tener el resultado de que la derecha va aprobar o no, eso es otra cosa. Y que nosotros estemos o no de acuerdo con lo que ellos planteen, es otra cosa.
¿Cómo se debe hacer el cambio a la Constitución?
Soy partidario de la Asamblea Constituyente. La forma como se apruebe la Constitución tiene que tener un par de elementos clave. Uno, que exista participación ciudadana. Eso para mí es imprescindible. ¿Cómo se da? A través de una Asamblea Constituyente, un plebiscito, una asamblea ciudadana, bueno, eso es lo que tenemos que discutir y analizar, porque tampoco podemos pasar por encima de la institucionalidad vigente. Si, por último, la discusión se da en el Parlamento y surgen puntos antagónicos, entonces que determine la ciudadanía. Eso es lo mejor.
Si bien Bachelet aún no ha tomado, al menos públicamente, una definición, ha habido señales en la dirección de desechar una Asamblea Constituyente...
Es que no la ha descartado. En las últimas conversaciones en las que he estado con la Presidenta, hasta la más reciente, ella nos ha dicho que no descarta la Asamblea Constituyente.
¿Cuándo fue esa conversación y quién más estuvo presente?
Estuvimos en La Moneda hace poco tiempo. Fue el mismo día que se lanzó el Ministerio de la Mujer (jueves 27 de marzo). Estuvimos los presidentes de partido con la Presidenta Bachelet. Lo que sí agregó, claro, es que ella no podía decir todavía que va a emprender una Asamblea Constituyente o qué es lo que va a hacer, pero reiteró que no quería una Constitución aprobada por una elite, que quería participación ciudadana.
En este y otros temas, ¿la lealtad del PC va a estar con el gobierno o con los militantes y simpatizantes del partido que están en la calle?
Creo que esa es una dicotomía un poco falsa, porque nosotros vamos a estar en los dos lados, aunque le parezca extraño. Y no es una contradicción. Suponga que viene el acto del 1 de mayo: muchos de nosotros vamos a estar en la calle, pero creo que los trabajadores se van a manifestar en pro de la reforma laboral. ¿Alguien puede condenar eso? Yo creo que no. A lo mejor ellos van a ir más allá de lo que está planteado en el programa. Están en su derecho. Claro, yo no puedo comprometer que este gobierno vaya a salirse del programa, pero lo que estoy seguro es que en materia laboral este gobierno va a cumplir. Cuando se habla de si "van a dar el respaldo en la calle" y que eso significa que los comunistas nos vamos a poner en contra del programa, eso va a ser muy difícil. Puede que surja alguna demanda distinta a lo del programa. Si salen a manifestar a la calle, lo que es legítimo, nosotros lo que trataremos de hacer es ir al diálogo y solucionar eso.
¿Van a jugar un rol de mediador?
No de mediador, de hacer diálogo. Nosotros no estamos para aplacar los movimientos. Ese no es nuestro papel. Nuestro papel es interpretar, entender, y todos sabemos que hay problemas. La obligación del gobierno es solucionar problemas, y nosotros, como gobierno, también. O sea, no nos vamos a hacer a un lado de la responsabilidad del gobierno.