Las primeras posturas que tuvo Jorge Burgos al asumir el Ministerio del Interior, donde enfatizaba la necesidad de moderar la implementación del programa de gobierno, inquietaron al Partido Comunista, colectividad que suele destacar su fidelidad al texto con las promesas de la Presidenta Bachelet. El desasosiego, sin embargo, amainó cuando la Mandataria convocó a un cónclave oficialista en agosto del año pasado -encuentro en que se asumió una ralentización de la economía-, en el que, a pesar de todo, la Mandataria acuñó la máxima "realismo sin renuncia".

Con el devenir de los meses, sin embargo, una serie de hechos e intervenciones de Burgos volvieron a intranquilizar a los comunistas, como opiniones críticas del  entonces ministro sobre el aborto terapéutico y la asamblea constituyente. El punto álgido de la distancia ocurrió cuando Burgos comunicó que había presentado su renuncia a Bachelet ante la exclusión que hicieran asesores de la Presidenta -según acusó el DC- de su figura, ante el único viaje de Bachelet a La Araucanía durante el presente mandato.

Ahora que Burgos fue reemplazado en Interior por Mario Fernández, las diferencias vuelven a asomar. El nuevo jefe de gabinete es reconocidamente conservador en materias valóricas, juicios que, según confesó años atrás, solía resolverlos en virtud de los postulados del Vaticano. En suma, una convivencia con dos ministros DC que el presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo Teillier, profundiza en esta entrevista.

¿Qué balance tiene de la gestión del ex ministro Jorge Burgos?

Él llegó en un momento complejo para el gobierno, cuando empezó el tema Caval que, además, comprometía a la propia Presidenta. Además, era un momento de inflexión en la situación económica del país. Ahora, yo creo que una de las cosas que ha faltado en este periodo, y que ha sido reiteradamente manifestado, es el tema de la gestión. Ahí, efectivamente se pudo haber hecho más o haber expresado más voluntad política de producir un cambio en el tema de la gestión, trabajar más con los ministros. La esperanza que tenemos muchos es que el nuevo ministro pueda hacer más en ese terreno.

Es decir, Burgos careció de una gestión que cohesionara políticamente a la Nueva Mayoría. 

Eso tiene que ver, sí. Y también tiene que ver con el trabajo en conjunto del gobierno de poner a todo este equipo con las resoluciones de la propia Presidenta, con lo que ella dijo en su mensaje del 21 de mayo y lo que le ha planteado al comité político, tiene que ver con eso. Hay que echar una buena mirada a cómo se está cumpliendo eso. Sabemos que tenemos restricciones presupuestarias que inciden en la marcha del gobierno y el cumplimiento del programa, pero entonces hay que ver de qué manera eso se resuelve. Esto es, cómo con una mejor gestión y con los recursos que hay, se pueden solucionar problemas que no debieran prolongarse en el tiempo.

¿Fracasó la apuesta de gradualidad que en principio defendió Burgos en el gobierno?

Es que ese acuerdo lo tomamos entre todos, la propia Presidenta encabezó ese acuerdo, en el primer famoso cónclave de San Miguel. En relación a la economía, por una parte hay que tener claro que efectivamente hay dificultades y que en algunas cosas eso tenía que tener alguna incidencia. La gratuidad en la educación superior la ha tenido. Lo que no quiere decir que se va a renunciar a llevar adelante el programa de gobierno.

¿Hubo desafecto entre Burgos y los comunistas? Cuando ocurrió el impasse de La Araucanía y Burgos presentó su primera renuncia, la diputada de su bancada, Camila Vallejo, dijo que ella le habría aceptado su dimisión.  

Esa fue una opinión muy personal de la diputada Vallejo. A mí, por ejemplo, no me gustó lo que dijo Burgos respecto del tema de la ley sobre el aborto en tres causales, ahí él cometió un error. Tampoco me gustó lo que dijo sobre la AC y también dije algo públicamente. Las personas tienen derecho a tener su pensamiento, otra cosa es sí en la investidura de ministro tiene derecho a manifestarlo o no, no sé cómo lo tomó eso la Presidenta. Pero así y todo, creo que esos elementos no configuran por si mismo el hecho que él hubiera tomado la decisión de renunciar.

Con todo, asumió Mario Fernández, quien ha sostenido opiniones valóricas en las antípodas del espíritu del programa de gobierno y de la propia Nueva Mayoría...

En estas horas me he formado una impresión un poco diferente a esto que se ha dicho de él. Primero, dijo que él iba a apoyar todo el programa, primera cuestión con lo cual estoy de acuerdo. Yo le he leído a él un ensayo que hizo respecto de la DC. Es un documento bastante crítico, yo diría que tiene posiciones progresistas. Él no es está de acuerdo con políticas neoliberales, él cree en la reforma de la educación. Le leí otro artículo donde se muestra partidario de la AC. Prefiero verlo cómo él actúa. A lo mejor en temas valóricos piensa distinto, tiene derecho a tener un pensamiento distinto. Pero si él se comprometió a ser ministro del Interior, es porque debe estar a cargo de cumplir con un programa.

Lo mismo se decía de Jorge Burgos y terminó reconociendo no apoyar del todo el proyecto que despenaliza el aborto. 

Bueno, yo parto por creerle. Si el ministro Fernández saliera mañana diciendo diciendo que no está de acuerdo con un punto del programa y votaría de otra manera, yo mismo voy a poner el grito en el cielo.

Con la salida de Burgos, en la Nueva Mayoría se reactivaron las peticiones de un ajuste de gabinete mayor, argumentando que el reforzamiento de la gestión política no pasa sólo por Interior. ¿Coincide con ese análisis?

Si para mejorar la gestión fuera necesario hacer ajustes habría que hacerlos, pero eso lo define la Presidenta. Yo creo que lo va a decidir en consulta con el nuevo ministro del Interior, entonces yo esperaría un poco antes, no voy a darle yo la línea a la Presidenta en estos aspectos. Yo no veo por qué tanta cuestión por ese asunto, si los cambios son normales, sobre todo cuando se necesita ajustar las políticas del gobierno.