Dos de los más estrechos colaboradores de la Presidenta Michelle Bachelet observaban en la Plaza de la Ciudadanía, frente a La Moneda, el acto con el que Alejandro Guillier cerró ayer su campaña. El director de políticas públicas, Pedro Güell, y la jefa de prensa de la Mandataria, Haydée Rojas, se hicieron presentes, junto a ministros y dirigentes de la Nueva Mayoría, desde el inicio del evento, que comenzó con la intervención de la figura que acaparó la atención desde que llegó a Chile el miércoles pasado: el ex presidente uruguayo José "Pepe" Mujica.

A las 21.00 en punto aparecería el abanderado oficialista en el escenario, con la sede de gobierno a sus espaldas, para abrazar y agradecer a Mujica, a quien le dijo que "tu presencia nos revitaliza y ayuda a la unidad del progresismo".

El discurso de Guillier -que se prolongó por cerca de 40 minutos- fue preparado junto a sus asesores más cercanos: su jefe de gabinete, Enrique Soler; su amigo y colaborador Harold Correa y su jefe de comunicaciones, Juan Enrique Forch. Y tuvo como sus ejes principales un llamado a evitar que la derecha vuelva al poder y destacar lo trascendental de esta elección, sobre todo apuntando al "rumbo" que debe seguir el país. "Hoy no es tiempo de tibiezas ni medias tintas. Estamos viviendo una encrucijada. Está en juego no una elección más. No se trata de elegir un presidente, se trata de elegir un rumbo para Chile", dijo, junto con mencionar que cada aspecto de su propuesta de gobierno "es posible". Así, recalcó que "falta voluntad política para hacer los cambios que el país nos reclama, y lo vamos a hacer porque tenemos la decisión". Esto, además de subrayar que "hemos construido un consenso social y político".

El mensaje del candidato también estuvo dirigido principalmente a los jóvenes, en un escenario que albergó, según estimaron desde su comando, a 40 mil personas. "Les digo a los jóvenes: no renuncien al ejercicio de su soberanía (…). Hay que ir a votar. No ir a votar es permitir que gane la derecha conservadora, entregarles el triunfo a los poderosos", señaló ante los aplausos de los asistentes. Y agregó la necesidad de "defender este proyecto histórico", valorando el legado de Bachelet y señalando que "en la historia no se improvisa, cada paso que hemos dado ha sido con el esfuerzo y el sudor de sus antecesores".

Guillier también dedicó varios minutos a cuestionar duramente a su contendor, Sebastián Piñera, quien a esa misma hora cerraba su campaña en el Teatro Caupolicán. "Me critican que no tengo experiencia de haber sido presidente. Experiencia la tiene mi contendor. Cuál es la experiencia de mi contendor: una enumeración así no más: que en 20 días había hecho más que nosotros en 20 años; que iba a hacer el mejor Censo de la historia; un millón de empleos. Esas son las magias que nos ofrece nuestro contendor; puente de Cau Cau, el primer puente submarino de Chile; el perdonazo a Johnson (...); y porque uno habla de ayudar familias endeudadas con el CAE lo acusan de demagogo. Ese es el doble estándar de la derecha", dijo, desatando una ovación de los asistentes. Y remató, aludiendo a Piñera, que "es el hombre que le regaló el mar de Chile a siete familias a cambio de nada y dejó a los pescadores con hambre, junto con señalar que "es el que borró a 30 mil compatriotas de la lista de espera".