El martes 8 en la noche, tras el inesperado triunfo de Donald Trump sobre la candidata demócrata Hillary Clinton en Estados Unidos, sólo cuentas alegres había en el entorno del senador Alejandro Guillier.

Aunque el ideario y la figura del excéntrico millonario -hoy Presidente electo estadounidense- está lejos de lo que pretende representar Guillier, la victoria de Trump sobre las elites y el establishment político vino a reforzar el diseño que el parlamentario ha comenzado lentamente a imponer a su candidatura presidencial.

"Lo que pasó en Estados Unidos fue muy positivo para Guillier. Quedó demostrado que las candidaturas que se instalan desde las cúpulas partidarias hoy no tienen eco en la ciudadanía", afirma el secretario general del PR, Osvaldo Correa, uno de los enlaces que tiene la directiva del radicalismo con Guillier, al recordar la forma en que Trump dejó fuera de carrera a todos los contendores que intentaron levantarse desde las elites políticas, primero al interior del Partido Republicano y luego a la abanderada que impuso el establishment demócrata tras una sucia pelea para desplazar al socialista Bernie Sanders.

Guillier, afirman en su entorno, supo capitalizar la desconexión que existe entre la elite y los hombres y mujeres comunes y corrientes. Por eso, cuando recién comenzaba a marcar en las encuestas, ya planteaba su estrategia de posicionamiento "desde fuera del poder", buscando sintonizar con el malestar y la desconfianza de la ciudadanía con la clase política.

"Lagos viene de un mundo que no es el mío, viene de la política. Yo, en cambio, vengo mucho más de movimientos ciudadanos, del mundo gremial", dijo el parlamentario el martes 1 en Antofagasta, remarcando una de las principales diferencias con el ex mandatario, el principal escollo en su afán por convertirse en el abanderado de la Nueva Mayoría.

Guillier, quien antes se había autodefinido como "un político de transición" entre la vieja y la nueva política, ha visto crecer su nivel de adhesión ciudadana en las encuestas al ser percibido por la gente como un outsider de los partidos tradicionales. "Este es un Chile que cambió, que es más maduro (...), la elite ve que Chile ya no responde a sus pautas", ha dicho el senador.

Lagos no dejó pasar el golpe. La respuesta la dio también desde Antofagasta, la ciudad natal de Guillier, lugar al que el ex presidente viajó el jueves 10, en una gira que incluyó un encuentro privado con el sacerdote jesuita Felipe Berríos y un recorrido por La Chimba, uno de los campamentos más pobres de la región. "Si alguien está en el Senado y no está en la actividad política, me cuesta entender cómo define una actividad política", contraatacó el ex presidente respecto de la estrategia del periodista y sociólogo por desmarcarse de la desgastada "vieja política" y presentarse a sí mismo como el candidato de los ciudadanos.

La polémica entre dos de las principales cartas del oficialismo no siguió escalando. Guillier no retrucó.

La noche anterior a la declaración de Lagos, el senador había asistido al comité ampliado del PR, el primero que se convocaba desde la llegada de Bachelet a La Moneda. El ambiente era tenso, según asistentes. Era evidente la molestia de dirigentes y parlamentarios con el Ejecutivo, al que acusaban de romper la neutralidad y de estar facilitando el camino a Lagos.

Pero, tras el desahogo inicial, la decisión que tomaron con Guillier fue dar un giro en la campaña. Ya no habría más enfrentamientos ni declaraciones contra el ex jefe de Estado. Insistir en esa línea sólo generaría más tensiones al interior de la coalición de gobierno y dificultaría los acercamientos que obligatoriamente deberán iniciarse al interior del oficialismo tras la definición del candidato presidencial del sector.

La decisión del lunes 7 fue que Guillier y su entorno deberían enfocar la atención sobre la principal carta de la oposición, el ex Presidente Sebastián Piñera.

"En la nueva política, la gente nos está diciendo que no es bueno estar en los negocios y en la política, no es transparente". "Lo que dije de Piñera es que mi mayor objeción siempre es como pasa en Estados Unidos con los Trump. Los hombres que manejan los negocios no pueden ser los mismos que manejan la política, conviene separarlo", dijo Guillier el martes 8, un día después de redefinir la estrategia de campaña.

La clave de ésta -según se esboza en sus propias palabras- ya no consiste en renegar frontalmente de la política (lo que ya le ha granjeado críticas diversas), sino que enfatizar en una nueva forma de relacionarse con la gente: una política nueva.

Para entonces, Guillier había sido notificado por la directiva del PR, que encabeza Ernesto Velasco, de que el partido había fijado para el 10 de diciembre el consejo general de la colectividad en el que sería proclamado candidato presidencial.

Con eso, Guillier se convertirá en la primera figura en ser proclamada formalmente. Será, afirman dirigentes radicales, un acto sobrio, transmitido por radio, transmisión que se está negociando.

En la línea con el relato que ya comienza a tomar forma definida, en el PR aseguran que están haciendo esfuerzos para sumar a la proclamación a movimientos ciudadanos y gremios. Para Guillier, afirman en su equipo, el ideal es que antes que los partidos, fuera ungido como carta presidencial por organizaciones ciudadanas, tal como ocurrió en 1970, cuando la Fech levantó a Salvador Allende como su carta presidencial, anticipándose a las colectividades de la Unidad Popular.

Inmediatamente después se crearán en cada región, salvo la Metropolitana, los comandos independientes de campaña de Guillier. Aunque el esfuerzo principal corre en estos momentos por parte de las estructuras territoriales del PR, el diseño de la campaña ha enfatizado el carácter de independiente de los equipos para permitir la participación de los ciudadanos no militantes y de militantes de otros partidos que den su respaldo al senador.

La idea de postergar la instalación del comando de campaña en la Región Metropolitana, aseguran en el equipo de Guillier, buscaría evitar tensionar a los demás partidos de la Nueva Mayoría, varios de los cuales han dado señales de que recién tomarán una definición en el tema presidencial a partir de enero o marzo.

Trabajo subterráneo

En los últimos días, Guillier y su equipo han estado organizando la agenda de los próximos 30 días. Durante lo que resta de noviembre y hasta el día de su proclamación como candidato presidencial del PR, el senador recorrerá las regiones "para escuchar a los ciudadanos" y estructurar con la gente un programa de gobierno. Una forma de potenciar el concepto del "candidato ciudadano" y la cercanía con la gente que ya había esbozado durante la campaña municipal, cuando recorrió más de 158 comunas en tres meses, apoyando a los candidatos de la Nueva Mayoría. Un despliegue que le redituó buenos resultados. Pese a la derrota electoral sufrida por la coalición de gobierno, Guillier fue quien más creció en las encuestas entre todas las cartas presidenciales oficialistas.

La imagen del candidato ciudadano, alejado de los partidos y de la política tradicional, le ha servido para captar la adhesión del electorado. Guillier lo sabe y no soltará esa veta dentro de su diseño por convertirse en el candidato presidencial de la Nueva Mayoría. Pero sabe también que eso no basta. En forma silenciosa, el senador ha desplegado una estrategia de acercamiento personal dirigido a parlamentarios y dirigentes de los partidos de la Nueva Mayoría.

Se trata de una estrategia distinta a los esfuerzos que hizo el laguismo para ordenar a las cúpulas del PPD y el PS, y conseguir así la nominación como carta presidencial, con la esperanza de que una vez ungido por ambas colectividades, la DC terminaría sumando su respaldo. El lunes 7, Isabel Allende le comunicó oficialmente al presidente del PPD, Gonzalo Navarrete, que estaba descartada la idea de que los dos partidos hicieran un acto de proclamación conjunta.

En el equipo de Lagos reconocen que golpearon las puertas de los partidos y fracasaron en el intento. El debilitamiento de la conducción política es de tal magnitud, señala un colaborador de Lagos, que ni el PPD, colectividad que él ayudó a fundar, ni en el PS pudieron darle garantías de que los militantes respetarían una decisión adoptada por los órganos partidarios.

En vez de ordenar al PS, la forma en que se procesó la bajada de Allende de la carrera presidencial acrecentó el rechazo a Lagos entre los socialistas. Buena parte de quienes estaban con la timonel hoy miran con interés la candidatura de Guillier. Algunos, como los diputados Daniel Melo, Leonardo Soto, Manuel Monsalve, Daniella Cicardini y Maya Fernández, ya han abierto puentes con el senador.

Guillier, en reserva, ha mantenido conversaciones incluso con parlamentarios de la Nueva Izquierda, la facción que lidera Camilo Escalona, principal promotor de la candidatura de Lagos dentro del PS.

El trabajo uno a uno que ha desplegado Guillier le ha dado resultados. No sólo frenó una proclamación de Lagos, también impidió el crecimiento de los apoyos al ex ministro y actual agente de Chile ante La Haya, José Miguel Insulza. Casi un 70% del partido, afirman miembros de la mesa PS, se inclinaría por respaldar al senador. Sólo los diputados Fidel Espinoza y Marcelo Schilling mantienen firme su apoyo a Lagos, los otros 15 diputados de la bancada socialista están a la expectativa. Eso, sostienen las mismas fuentes, ya le fue transmitido a Máximo Pacheco, coordinador de la campaña de Lagos.

En el PPD, en tanto, el principal aliado de Guillier ha sido el silencio del senador Guido Girardi. El partido de Lagos optó por postergar su definición para enero, y aunque buena parte de sus parlamentarios y dirigentes en público siguen cuadrados con el ex mandatario, en privado son cada vez más los que dicen que hay que observar cómo se siguen dando las cosas y cómo marcan los candidatos en las próximas encuestas.

Un indicador ha sido la dificultad que ha tenido la mesa directiva del PPD para armar actividades en terreno para Lagos con alcaldes y concejales electos del partido.

El martes 8, Guillier almorzó en el Congreso con el diputado PPD Tucapel Jiménez y los parlamentarios del PR. También cuenta con el apoyo del diputado Pepe Auth. Con encuestas en mano, el ex timonel PPD ha sido uno de los principales promotores de la figura de Guillier entre sus ex compañeros de partido.

Bajo cuerda, el senador también ha buscado tender puentes en la DC. Hace algunas semanas conversó por separado con varios parlamentarios falangistas, entre ellos Fuad Chahín, Aldo Conejo , Víctor Torres, Matías Walker y Marcelo Chávez.

"Vamos a respetar muy a fondo los tiempos y la institucionalidad de cada partido. No vamos a forzar nada, eso es actuar de manera honesta y leal hacia el resto de nuestros socios", señaló el presidente del PR, Ernesto Velasco, al reconocer estos acercamientos que ha llevado adelante personalmente Guillier.