Una ambiciosa apuesta surgió en los últimos días en el comando de Alejandro Guillier: lograr que en cada una de las 42.890 mesas electorales que se constituirán para la segunda vuelta, haya un apoderado que vele por los votos del abanderado oficialista el próximo 17 de diciembre.
Así, en medio de las acusaciones de Sebastián Piñera sobre supuestas papeletas marcadas previamente con la opción de Guillier o de Beatriz Sánchez en las elecciones del pasado 19 de noviembre, el ex jefe de campaña del candidato de la Nueva Mayoría, Osvaldo Correa (PR), asumió la coordinación nacional de apoderados. Esto, con el objetivo de reforzar la estrategia de cara al balotaje.
En el comando del senador proyectan una disputa reñida en la segunda vuelta, por lo que -aseguran- el destino de los comicios se definirá voto a voto y será clave la supervisión del proceso a lo largo de todo el país.
"Estamos apostando a tener apoderados en el 100% de las mesas, una línea nacional de apoderados robusta que exprese el compromiso de la gente con esta candidatura", dice Iván Cabezas (IC), quien cumplió la labor de coordinar a los más de cinco mil apoderados del candidato para la primera vuelta y que desde hoy colaborará en el equipo liderado por Correa en un cargo ejecutivo.
La apuesta explican fuentes del guillierismo- es aumentar la cobertura mediante la integración, por ejemplo, de la Democracia Cristiana a la campaña, cuya maquinaria electoral podría potenciar el despliegue en los territorios. Asimismo, se apostará por incluir a observadores que para la primera vuelta participaron de distintas candidaturas a diputados, senadores y core, además de independientes y militantes de otras fuerzas de la centroizquierda, como del PRO y del Frente Amplio.
La estrategia también contempla reforzar el equipo de abogados que se conformó para defender tanto en los locales de votación como en los colegios escrutadores los votos del senador independiente.
Desconocer resultados
En el marco de las acusaciones del candidato de Chile Vamos, Guillier ayer endureció el tono de sus críticas y emplazó a su adversario a disculparse frente a los ciudadanos, dejando de lado la "soberbia".
"Un presidente incapaz de reconocer sus errores ante los ciudadanos es soberbio. Y yo lo que le pido es humildad. Él habla siempre de humildad. Tenga el gesto de decirle a las Fuerzas Armadas, al Servicio Electoral, a todos los vocales de mesa en Chile y a todos los ciudadanos, que somos un país decente y que lamenta lo que dijo, porque nos ofende a todos los chilenos", sostuvo ayer el candidato.
En esa línea, Guillier aseguró que Piñera "va a perder porque es minoría, porque los chilenos no confían en él porque saben que habla con letra chica", agregando que "lo que le está pasando es que está confundido porque presiente la derrota".
Horas antes, el abanderado había advertido las implicancias que, a su juicio, podría tener la supuesta denuncia del ex jefe de Estado en los comicios de diciembre. "Quiero advertir a los chilenos: lo que está pasando es grave. Esto no es un error no forzado, no es que (Piñera) se fue de lengua. Quiero decirle que hay gente que va a desconocer los resultados, porque todo indica que se dio vuelta la situación", dijo ayer en el matinal de La Red.
Luego, en Valparaíso y tras reunirse con el alcalde Jorge Sharp, el abanderado profundizó y subrayó que las declaraciones de Piñera "pueden ser atentatorias contra la estabilidad de las instituciones".
"Uno no puede menos que suponer que están preparándose para una gran derrota y, por lo tanto, están generando justificaciones que pueden ser atentatorias contra la estabilidad de nuestras instituciones democráticas. Están cuestionando el sistema electoral, qué le puedo decir de eso. Ni Pinochet lo hizo", dijo.
Así, el abanderado advirtió que "en Chile vamos a hacer elecciones impecables y va a ganar el que saque un voto más. Nosotros vamos a reconocer ese voto más y vamos a exigir también que lo respeten si nosotros sacamos la mayoría, como es nuestro cálculo".