Gustavo Benítez camina lento y sonriente por el estadio Monumental. El técnico está feliz y disfruta a fondo cada paso que da en el recinto que fue su casa entre 1995 y 1998. El DT de Colo Colo está ilusionado con su retorno. Tanto, que aspira a quedarse por más de los dos años que estipula su contrato, porque su deseo es terminar su carrera en el "Cacique".

¿En qué momento de su carrera lo toma este regreso a Colo Colo?

En un momento de mayor madurez personal y profesional. Me tomó por sorpresa. Ya habían pasado muchos años y entrenadores, por lo que había perdido la esperanza de volver a Colo Colo.

¿Cuándo perdió la esperanza?

Cuando pasaron tres o cuatro entrenadores y no me tuvieron en cuenta. Entonces me dije que ya tuve mi momento de gloria y a lo mejor regresar ya no era posible.

¿Dirigir en el fútbol extranjero lo hizo madurar?

La experiencia cuenta mucho: cuando llegué la primera vez era  muy joven y casi pensaba como futbolista. Me ayudó tener jugadores muy maduros y buenos, que me ayudaron a llegar a ligas importantes. Eso me dio aplomo y madurez.

¿Cómo han sido estos días?

(Ríe) Muy ajetreados. Están los jugadores de vacaciones, pero aquí la gente trabaja siempre. Yo, que soy venido de fuera y me desenvuelvo con cuatro o cinco amigos, ahora recibo como 100 llamadas diarias. Te cambia un poquito la forma tranquila de vida, porque llegar a Colo Colo significa presión, estrés, preocupaciones, pero te da  satisfacciones si cumples bien el trabajo.

¿Cómo fue la negociación?

La tarde del miércoles recibí el llamado de Salah. Empezamos a negociar y el viernes cerramos. Hubo como 20 mails de tira y afloja.

¿No le molesta no haber sido la primera ni la segunda opción?

Es que es normal, contra eso no se puede hacer nada. Los interesados tienen que buscar la opción que más les acomode en todos los aspectos. Y si alguno les falla, tienen que ir por otro. No se pudo cerrar con alguno y era mi segunda hora, por lo visto. No me molesta. Tampoco era venir de cualquier modo y no por lo primero que me ofrecieron. Ahora estamos afinando algunas cosas. Aún no firmo.

¿Cuántos jugadores necesita?

Quiero a dos por puesto, o sea, 22 profesionales, y seis o siete juveniles, obedientes y que aprendan.

¿Le alcanzará con eso?

Sí, porque esperamos que sean bien profesionales. Marcelo (Giarruso, PF) los va a preparar muy bien físicamente. El jugador que está bien preparado se cuida, tiene responsabilidad y está comprometido, no tiene por qué cansarse ni lesionarse. Habiendo dos por puesto, se puede rotar y dosificar.

¿Le interesa Justo Villar?

Me interesan los buenos jugadores y con jerarquía. El ya jugó dos mundiales, tiene sus años, pero el arquero es como el vino: cuanta más experiencia tenga, mejor. Quiero tener una columna vertebral de jerarquía y trayectoria.

Se le critica a Colo Colo que no tiene muchos valores de proyección y que descuidó las inferiores...

No sé si no ha tenido o si los que vinieron no se atrevieron a poner a los jóvenes. Es difícil que un entrenador de afuera, que no conoce el medio, se arriesgue a ponerlos, porque necesita afirmarse en resultados y como estos no llegaban con Cagna o Gallego, no se arriesgaron y algunos jóvenes se aburrieron y se fueron. Quiero hacer un trabajo similar al que hicimos hace tiempo. Primero hay que consolidar al equipo, tener resultados y luego ir metiendo a algunos jugadores que van al Mundial Sub 20. Por otro lado, tratar de hacer una selección de valores jóvenes y entrenarlos con la misma exigencia del primer equipo, para que así, si quiero utilizarlos, no desentonen.

¿Siente como una deuda pendiente ganar la Libertadores?

Fue un golpe muy fuerte no haberla ganado en 1997. Perdimos por penales. Fue designio de "el de arriba". No sé si es deuda, pero es una espina clavada en el corazón.

Cuando se fue en 1998 prometió volver para ganarla...

Y ¿quién dice si ahora no se podrá dar? Me tengo muchísima fe y confianza. Hemos adquirido mucho conocimiento. Sólo falta armar lo más importante, que es un grupo de jugadores.

¿Ganar la Libertadores es una de sus metas en esta etapa?

Sería la culminación de todo.

¿Hasta qué edad quiere dirigir?

Quiero terminar mi carrera aquí. Tres o cuatro años más (ríe). No quiero dirigir con bastón, quiero disfrutar la vida.