No era precisamente amigo de hacer deportes o encerrarse en un gimnasio a cultivar el físico. Pero semanas antes de partir la gira de Fuerza natural, la rueda de conciertos que despegó en septiembre y que en su escala venezolana -el 15 de mayo pasado, en la fecha número 20 del tour- lo sorprendió con un infarto cerebral, se vio a Gustavo Cerati trotando con un iPod en sus orejas por las calles del exclusivo barrio Colegiales, de Buenos Aires.
Ahí, en ese barrio que lo vio crecer junto a su hermana Laura, su madre Lilian Clark y su padre Juan José Cerati, este hombre de 50 años vivía una nueva vida de soltero. Una que brillaba con renovados aires a partir del reciente noviazgo con una modelo de 22 años llamada Cloe Bello y que lo tenía recorriendo los bares de moda. El ex cantante de Soda Stereo, el mismo que hoy permanece en coma y que lucha por su vida en el Instituo Fleni de la capital argentina, estaba feliz y no lo pensó dos veces y se llevó a su chica de gira.
Según reportaba la revista Gente, a la pareja se le vio en clubes de Los Angeles, Acapulco, Miami, México, Lima y Medellín, que fue la última escala antes de Venezuela. Bello tuvo que partir a una sesión de fotos en Londres y Cerati se quedó con su equipo celebrando el término del primer tramo del tour, porque tenía programada una operación al hombro para el pasado 4 de junio.
La noche previa al concierto en el Campo de Fútbol de la Universidad Simón Bolívar, el viernes 14, Cerati descansó en el hotel y se fue con su mánager, Fernando Travi, y uno de sus músicos, Leandro Fresco, al club Moulin Rouge, en el barrio caraqueño de Sabana Grande. Según trascendió en la prensa venezolana, el hombre se divirtió, y se tomó unos tragos y bailó hasta la una de la madrugada.
Al otro día, se despertó cerca del mediodía y aceptó la invitación de los productores locales para hacer un tour gastronómico por la ciudad. A las cinco de la tarde estaba probando sonido y a las nueve de la noche ya estaba sobre el escenario. Dos horas después empezaría el drama que lo tiene al borde de la muerte.
A pesar de que muchos hablan de un estilo de vida bohemio que pudo haber influido en su crisis de salud, cercanos comentan que Cerati acostumbraba a salir, pero no a trasnochar. "Le gusta salir y conocer gente, pero también es de visitar a amigos y escuchar música", comenta un amigo chileno, que muchas veces vio cómo Cerati, por ejemplo, prefería la vida familiar e iba a visitar a los padres de su ex esposa, la chilena Cecilia Amenábar (y que vive en Buenos Aires con Lisa y Benito), cada vez que venía al país.