Gustavo Gorriti es uno de los periodistas más reconocidos de Perú. Durante su carrera ha destacado su cobertura a Sendero Luminoso, mientras trabajaba para la revista Caretas. De esa etapa surgió su libro Historia de la guerra milenaria en el Perú. Reseñó para la misma publicación "la traducción oficial completa de la Procuraduría brasileña" de las declaraciones que dio Marcelo Odebrecht en Curitiba al equipo de tres fiscales peruanos y los abogados del ex Presidente peruano Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia. En conversación con La Tercera analiza los alcances del fallo contra el ex mandatario peruano.

¿Considera que la prisión preventiva contra Ollanta Humala es una señal que fortalece la lucha contra la corrupción?

No necesariamente. La lucha contra la corrupción se fortalece con las investigaciones bien llevadas y luego el asunto mismo de la corrupción investigada se lleva al juicio y se sanciona. Probablemente en ese caso, Humala tenga varias cosas que responder. En este caso la prisión preventiva fue con una distorsión de argumentos y de conceptos, eso se ve más como un abuso que como justicia. Da la apariencia de un adelanto de sentencia sobre asuntos que ni siquiera han comenzado a juzgarse.

¿Cuáles fueron estas distorsiones de argumentos?

Las razones para llevar a cabo una prisión preventiva son muy precisas y están casi todas centradas en el peligro procesal, en que la libertad de un acusado, de un procesado, pueda eventualmente perjudicar de forma significativa o grave el proceso, mediante la fuga del procesado, la destrucción de pruebas, la intimidación de testigos, por ejemplo. En esos casos es razonable. Pero en este caso en concreto no había peligro de fuga, Nadine Heredia estaba en el extranjero y ha regresado, Ollanta Humala ha entregado su pasaporte. Y luego se ha hablado que hubo una compra de testigos, si eso fue cierto, se dio cuando tenía poder, cuando era Presidente, ahora no tiene ningún poder, a diferencia de otros ex presidentes. No existía un peligro procesal que emanara de la situación de libertad de ellos y aún en el peor de los casos, que tampoco creo que se justificaba, se le pudo haber dado otras medidas de restricción o limitativas que no fuera llevarlos a prisión.

Usted está llevando a cabo una investigación sobre el caso de Odebrecht, ¿Cómo ve la participación de Ollanta Humala en esta trama?

La trama de Odebrecht es mucho más compleja. La razón por la que se le está juzgando a Humala es por haber recibido presuntamente una contribución de US$ 3 millones en la campaña de 2011, dentro de lo que era el dinero que tenía asignado Odebrecht al PT de Brasil. Esa ha sido la razón, lo que se ha investigado. Odebrecht confirmó eso en Brasil. También contó que se había pedido que se apoyara más a Keiko Fujimori y, sin embargo, los fiscales no han investigado para nada lo de Keiko.

¿Por qué no lo han investigado?

Puede haber muchas razones, pero hay un hecho que es clave. Humala no tiene ningún poder y Keiko Fujimori tiene una mayoría contundente de 72 congresistas sobre 130. Con eso pueden hacerle la vida imposible o sustituir al fiscal de la nación. No los tocan ni con el pétalo de una rosa.

¿Qué perspectivas tiene una posible apelación que pueda presentar Humala a este fallo?

Desde el punto de vista de lo que es razonable y, además, en el aspecto jurídico, una apelación debería tener éxito. Pero aquí realmente no se sabe.