Me violentó profundamente la forma en la que fue recibida Carolina Goic. Ella cumplió un mandato del partido, lo dio todo por representar un reposicionamiento de la DC, ganó un liderazgo respaldado por la militancia, sumó a destacados independientes... Una mínima y primera reacción era no asistir a esa sesión en solidaridad con Carolina", afirma Gutenberg Martínez al explicar las razones de su abrupto abandono del consejo nacional DC -el lunes 20-, en el que se decidió respaldar la candidatura de Alejandro Guillier.
Hoy, advierte sobre el deterioro de las relaciones de su partido y, aunque sentencia que no votará por Sebastián Piñera, afirma que el llamado del consejo no constituye una proclamación de la DC al abanderado de Fuerza de la Mayoría.
El consejo nacional acordó apoyar a Guillier. Usted ha dicho que tiene dudas sobre las facultades de esa instancia para sellar ese respaldo. ¿A qué se refiere?
La lectura literal de lo que se acordó fue efectuar un llamado a apoyar. Como abogado me atengo al sentido literal de las palabras. Pero lo más importante es que estoy consultando opiniones sobre el fondo y la forma. Los partidos ahora son personas de derecho público y, por tanto, solo pueden hacer aquello que les está permitido por la ley y no es como antes, cuando eran personas de derecho privado donde podían hacer todo lo que no les estuviera expresamente prohibido. La ley y los estatutos establecen que el único órgano que puede adoptar la decisión de proclamar o apoyar a un candidato presidencial es el organismo colegiado intermedio, que en nuestro caso es la junta nacional, y por eso que el consejo no tendría facultades para ello. Por eso es posible que el consejo inteligentemente acordara formular un llamado, que es algo distinto a proclamar.
Sin embargo, ya se integraron al comando de Guillier parlamentarios como Yasna Provoste y Fuad Chahín.
Sí, y están en su derecho. Ahora bien, creo que hay que pensar más en el futuro. La gobernabilidad es indispensable en los países si no se estancan y la composición en el Congreso nos indica que cualquiera sea el resultado eso se ve muy difícil. Por eso la necesidad de acuerdos nacionales será vital, como retomar la senda del crecimiento y la equidad, trabajo estable, superar la incertidumbre e inseguridad, más inclusión social y más austeridad en la administración del Estado. Para esto se requiere de la existencia de un centro humanista y reformista. En esa línea ya se podría proponer que quienes queden en la oposición la definan y se comprometan a ejercerla de un modo productivo. En la DC hay que respaldar el liderazgo que ganó Goic y no retroceder en lo ganado, a pesar de todo.
¿Y usted qué va a hacer?
Estoy en un diálogo muy intenso con la base militante y dirigentes intermedios para conocer su opinión sobre la materia. Creo que decisiones de este tipo requieren reflexión y análisis, el apuro nunca lo entendí. Ahora, por supuesto, la opción de Piñera no existe para mí.
Dice que no es opción votar por Piñera, pero mantiene en la nebulosa si va a votar por Guillier…
Tengo la deformación de ser abogado y, por lo mismo, de atenerme al sentido literal de las palabras y de los escritos, y como al principio lo que tuve a mano fue la versión periodística entendí que se presentaba como un acuerdo, pero cuando tuve a mano la declaración completa, lo que hace es efectuar un llamado, la expresión llamado es una expresión que tiene una connotación distinta.
¿Cómo lo entiende usted?
Como lo que se dice, un llamado es distinto a un acuerdo.
¿Le parecen bien las señales que se han dado para capturar a la DC o a su electorado? ¿Que Guillier esté haciendo suyas propuestas de Goic o que se haya excluido al PC de la primera línea del comando?
Creo que todavía no hay señales claras en esa dirección, no observo que haya una estrategia definida, no percibo todavía que eso esté claro.
La propia Goic acusó deslealtad de algunos de sus camaradas respecto de su candidatura…
No me gusta personalizar. Pero mis afirmaciones al respecto son conocidas en la DC, existen variados medios que así lo acreditan, y muchas declaraciones durante la campaña que dificultaban su accionar y despliegue. Todos sabemos que eso fue evidente.
¿Comparte el concepto de Goic?
Sí, creo que desgraciadamente se ha transformado en una cierta práctica entre nosotros que en las últimas elecciones se practique el no apoyar por parte de algunos a nuestros candidatos presidenciales e inclusive apoyar a otros, y eso es una deslealtad. Fue el caso de Andrés Zaldívar, Soledad Alvear, Claudio Orrego y ahora el caso de Carolina.
¿Cuán compleja ve la situación en la DC? ¿Hay riesgo de ruptura? ¿Una suerte de disyuntiva como la que dio origen al Mapu?
Cada uno de esos procesos son distintos. No creo que se pueda asemejar a lo que pueda estar sucediendo hoy día, pero es un hecho que nos hemos mal acostumbrado a tener recurrentemente dos opiniones sobre cosas importantes, y al final son dos opiniones que se netean y que, por lo mismo, imposibilita que la DC tenga un perfil, cualquiera sea, y por lo mismo, que imposibilitan que la DC tenga una posición clara ante la ciudadanía. El neteo hace que no exista una posición, y eso reiterado en muchos temas, que son relevantes, van colocando al partido en una mala situación, más aún, en un momento en el cual la importancia de tener mensajes para los efectos de comunicar el contenido, y lo que se quiere decir es una cuestión muy vital. Yo creo que ahí hay un costo ante la ciudadanía. Me da la impresión de que el nivel de la convivencia está muy deteriorado y que en términos comparados, al menos desde un punto de vista público e interno, somos los que hacemos una demostración de que nuestro nivel de relaciones humanas está más deteriorado que el resto. Somos los que damos más espectáculo.
Da la impresión de que eso solo se resuelve con que salen unos u otros. ¿O usted ve un camino alternativo?
Los partidos democráticos pueden resolver los temas... las diferencias. Casi todos los partidos democráticos tienen diferencias internas. La lógica de resolución de aquello es buscar siempre los acuerdos, tratar de establecerlos, tratar de practicarlos. Tener una buena relación, humana, saber procesar esas diferencias y respetar la mayoría, acatarlas, y también saber respetar a la minoría. Eso es lo clásico, no es ninguna novedad. Yo creo que entre nosotros lo que ha pasado es que también se ha ido acostumbrando a que eso no se practique así.
¿Y eso no se resuelve necesariamente con una ruptura en el partido?
No creo que necesariamente esa sea la salida, ahora el punto es que tenemos un problema. Y nadie hoy día puede decir exactamente cuál es la solución, pero de que estamos llegando a límites… Yo creo que muchos ya están percibiendo que estamos en límites cercanos a lo máximo.
¿Cómo debe la DC actuar frente al próximo gobierno, sea cual sea?
Debemos ponernos de acuerdo entre nosotros respecto del futuro. También aclarar la percepción de nuestros principios y nuestra ideología que a veces parece disímil. Para algunos es importante ser humanistas cristianos y para otros le es más cómodo denominarse socialdemócratas. Ser socialdemócratas es bienvenido como un buen aliado, pero los principios son diferentes. El tema ideológico es hoy un tema más importante que ayer, a mi juicio, vital para el diálogo y controversia con otra fuerza. El pragmatismo va en retroceso. Por eso hay temas entre nosotros anteriores o paralelos al próximo gobierno. Habrá que verlos después de la segunda vuelta. Dios quiera que prime la cordura.
Usted fue uno de los impulsores de la candidatura propia de la DC. ¿Qué errores se cometieron?
Sin duda, esperábamos mejores porcentajes, pero desde el primer día señalamos que esto representaría un costo electoral inicial, que estábamos dispuestos a pagar, pues implicaba poner por delante principios y recuperar un rol con identidad para la DC, por sobre consideraciones pragmáticas y de poder. Así lo aprobaron los 2/3 de nuestra junta nacional. No fue un error, como tampoco fue un error que la Falange Nacional durante casi 20 años obtuviese alrededor del 3% del electorado. Los principios y las identidades no se transan por expectativas de poder por el poder.
Hoy varios están lamentando e incluso sorprendiéndose del resultado de la DC y de su candidata…
Esa fue parte de la discusión en la junta nacional, eso es un tema que se discutió, se habló de eso y los días previos, si revisa la prensa, se publicaron estudios electorales en los cuales se decía eso y en los cuales se señalaban específicamente cifras de diputados, más o menos que se iban a perder, por lo tanto, nadie se llama a sorpresa respecto de que eso era posible.
Y quienes lo hacen en este minuto qué son, ¿oportunistas?
A mí no me gusta, insisto, hacer descalificaciones, sino que simplemente lo que digo es que eso estuvo presente antes del acuerdo, durante la discusión de la junta nacional y la votación donde acordamos levantar la candidatura, por lo tanto fue lo que se denomina una decisión informada y de todos.
¿Lo sucedido fue un costo demasiado alto o estuvo dentro de los márgenes esperables?
Algunos analistas señalaron que la DC iba a bajar a 13 diputados, lo dijeron públicamente y mostraron los cuadros. Algunos, entre los que yo me cuento, pensaban que nos movíamos en torno a los 17 a 18 diputados y, por lo tanto, la cifra final que estamos obteniendo al día de hoy de 14 me sorprende, pero el hecho de bajar nuestra electividad no me sorprende.
Al parecer, también les perjudicó el anticomunismo que levantaron. Acusaron hegemonía del PC en el gobierno y en la campaña de Guillier. ¿Hubo una sobrerreacción que fue castigada por la ciudadanía?
No estoy de acuerdo con esa interpretación. Primero, no somos anticomunistas. Si tenemos diferencias objetivas y presentes con el PC, y eso es cierto, por lado y lado. Como cuando la vocera del comando de Guillier y diputada del PC descalificó los gobiernos de la Concertación, o como ellos apoyan a Maduro en Venezuela demostrando un doble estándar sobre los DD.HH. y el concepto de democracia. Nosotros valoramos la obra de los gobiernos de Aylwin, Frei y Lagos, ellos no. Eso no es ser anti. Eso es ser diferentes. Guillier obtuvo 22% y nosotros un 6%, ambos son bajos resultados. La suma del PS, PPD, PR, PC, MAS e IC da 22%. Todos esos partidos solo llegan al 22%. Si usted distribuye ese porcentaje entre esos partidos verá que es un mal resultado. Si hay castigo, es un castigo a todo lo que fue la Nueva Mayoría.
La mayoría de la gente votó por un proyecto de centroizquierda lo que consolida -se señala- las reformas de Bachelet. ¿Se equivocaron al plantear que no se quería mayor profundización y que había que tener gradualidad?
Primero, ¿qué es ser de centroizquierda? ¿El Frente Amplio es de centroizquierda o de izquierda? ¿O de más a la izquierda? ¿El PC es de centroizquierda? ¿El PS es de centro izquierda? Hasta hace un año, al menos el PC y el PS se autocalificaban de izquierda y el acuerdo con la DC se denominaba de centroizquierda. Y cuando nos acercamos a las elecciones, de repente varios se pasaron a denominar de centroizquierda. Pero en verdad no todos son de centroizquierda. Como no todos son de centroderecha. Lo que pasa es que todos sabemos que las elecciones se ganan por el centro y, por tanto, en estas épocas todos se corren al centro, pero después retornan a sus lugares de siempre. Unos quieren reformas más radicales, otros las quieren tal cual se han hecho y otros las quieren graduales y bien hechas, para que perduren y no se estén modificando cada seis meses. Y en la otra parte les gustaría modificarlas en gran parte o en lo posible retrotraerlas. La cosa no es tan simple. La polarización es ficticia, hay intentos de polarizar al país y lo pueden lograr, pero eso todavía no es realidad. Creo que la mayoría prefiere los mejores acuerdos y el progreso por el bien de Chile.
¿Su partido se izquierdizó con las elecciones de Yasna Provoste, Francisco Huenchumilla, Ximena Rincón y la pérdida de Andrés Zaldívar o Ignacio Walker? Tendrán que asumir que sus posturas son minoría en la DC...
Nada es tan simple, Francisco necesitó de los votos de Fuad para ser elegido senador y Ximena necesitó de los votos de Andrés para ser elegida senadora. No fue una elección con significado interno necesariamente. He insistido en que para dilucidar los temas importantes se deben democratizar las decisiones, es el signo y la exigencia de los tiempos, asumiendo la ley y los estatutos del partido, consultando a la militancia directamente y a través de las estructuras, con referéndum y con la junta nacional, ahí se deben definir las opciones o propuestas partidarias.
¿Es posible un triunfo de Guillier?
Creo que cualquiera de los dos candidatos, Guillier o Piñera, puede ganar.
Para el gobierno de Bachelet la DC optó por un acuerdo político programático que tuvo múltiples interpretaciones en su propio partido. Respecto de Guillier, ¿lo correcto también es establecer acuerdos sobre algunos temas, formar una nueva coalición con quienes lo respalden, no sumarse a un eventual gobierno…?
Ese es un tema que en la DC se va a discutir después de la segunda vuelta, en una junta nacional en enero. Por el momento no tenemos posición sobre aquello y ahí cada uno va a valorar lo que ha pasado, va a valorar (lo que supongo yo) cuál ha sido finalmente el programa de ese gobierno, del candidato, cuál es el tipo de alianza o coalición política que conforma, cuáles son los equipos y composiciones que privilegia y sobre esa base supongo que vamos a tomar una opción...
¿Eso no está cerrado para nada entonces?
No, para nada. Por eso es que el llamado que hace la DC señala con toda claridad que el tema de coalición política y el tema de un eventual ingreso al gobierno, si se nos invita, la DC lo va a resolver en enero.