La lista de nombres con los que puede ser llamada una tormenta se recicla cada seis años, a menos que uno sea retirado por los estragos que haya causado. Este año, Harvey, Irma y María son candidatos perfectos para el retiro. Los tres huracanes han alcanzado una categoría 4 o 5, devastando islas y causando pérdidas millonarias al tocar tierra. Pero además, los tres se produjeron en el Atlántico en menos de un mes.
Ha sido una temporada muy activa, coinciden la mayoría de los expertos, pero aún está lejos de la peor temporada: 2005, el año del huracán Katrina, en que se produjeron 28 tormentas en el Atlántico (15 de ellas huracanes), y de los años 2004, 1932 y 1933.
Aún así, los datos señalan que la temporada ha estado sobre el promedio. Bob Henson, meteorólogo de Weather Underground -uno de los servicios meteorológicos comerciales en EE.UU.-, dice que estamos en el peak de la temporada de huracanes/tifones en el hemisferio norte (el peak en el hemisferio sur es en febrero-marzo) y se han formado cerca de 50% más tormentas que lo usual en el Atlántico (lo típico es 8), y ligeramente más que lo normal en el Pacífico nororiental (15 vs el promedio de 13,1), aunque el número de ciclones tropicales ha estado muy cerca del promedio en el Pacífico Noroccidental y el Océano Índico Norte. "Como un todo, el Hemisferio Norte ha visto 48 tormentas nombradas hasta el 21 de septiembre, comparado con el promedio a la fecha, que es 40,4", señala a La Tercera.
Sin embargo, Matt Rogers, investigador del Instituto Cooperativo de Investigación en la Atmósfera (CIRA) de la U. Estatal de Colorado, dice que hasta ahora, esta ha sido una temporada activa en el Atlántico, pero no hay nada que indique que ha sido inusualmente activa. "Ha habido más tormentas tropicales tocando tierra que en otros años, pero eso es esencialmente cuestión de oportunidad, ya que lo que guía a los huracanes son complicadas interacciones entre la tormenta y el medio ambiente alrededor de ella", dice a La Tercera.
Raúl Cordero, académico del Departamento de Física de la U. de Santiago, explica que sólo reciben nombre las tormentas ciclónicas con vientos superiores a 63 km/h y, a la fecha, se han registrado 13 de este tipo, siete de ellas huracanes. "Sólo cuatro otras temporadas desde 1995 han tenido tantas hasta mediados de septiembre", dice. Y estamos a mitad de la temporada de huracanes, "así que tendremos que esperar hasta fines de noviembre para saber qué lugar en el ranking de temporadas intensas ocupará 2017", agrega.
Para Adam Lea, investigador de la U. College de Londres, la temporada en la cuenca del Atlántico ha estado muy activa hasta ahora. De hecho, el Índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE, la suma de la intensidad y la duración de tormentas tropicales y huracanes) es cerca de 233% superior al promedio climatológico de 1981-2010 (164, el promedio es 70). "Esta es la única cuenca con actividad sobre lo normal en 2017. La cuenca del Pacífico nororiental se ha visto cerca de la actividad normal hasta ahora y la cuenca noroccidental ha estado bajo la actividad normal (38% menos)", explica.
Récords
A más de un mes de que termine la temporada, 2017 ya está dejando varios récords para la historia en cuanto a intensidad: Harvey -que afectó Texas entre el 17 de agosto y el 3 de septiembre- provocó lluvias de más 1.300 mm en sólo tres días en Houston. "Lo que llueve en un año en Puerto Montt", dice Cordero. Un evento que tenía sólo 1 en 1.000 probabilidades de ocurrir. Irma (3 de agosto al 15 de septiembre en las islas del Caribe y Florida), por su parte, tuvo vientos sostenidos cercanos a los 300 km/h durante tres días, algo de lo que no se tenía registro, y junto a Harvey y María (activo desde el 16 de septiembre) marcan la primera vez en que tres huracanes categoría 4 (vientos superiores a los 210 km/h) tocan tierra en territorios norteamericanos en un mismo año. Por lo mismo es que esta temporada ha concentrado más atención.
Según indicó el climatólogo Kerry Emanuel, académico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en una conferencia online, la población expuesta a ciclones en el mundo se ha triplicado desde los años 70 (cuando comenzó su observación satelital), lo que explica que tengan mayor impacto, aunque lo que más ha aumentado en los últimos años son los que se quedan en el océano. Además, están alcanzando su peak a latitudes cada vez más altas.
Si el cambio climático tiene o no algo que ver en el comportamiento de los huracanes este año, aún debe analizarse. Cordero señala que el calentamiento global no causa huracanes, pero sí empeora sus efectos. "La subida del nivel del mar, hoy en todo el mundo unos 30 cm por sobre el nivel de hace un siglo, facilita las inundaciones asociadas a las marejadas que ocasiona un huracán. Esto es particularmente importante pues casi la mitad de las víctimas mortales de huracanes son consecuencia de estas marejadas", indica.
"La temperatura del mar favorece la formación de huracanes, pero también se requiere la concurrencia de otros factores meteorológicos. Por lo tanto es difícil saber cuántos huracanes más tendremos esta temporada, pero es razonable pensar que 2017 esté a fines de noviembre en el top 10 en cuanto a número de huracanes", dice Cordero.