Para llegar hasta el refugio Eduardo García Soto, en el extremo este de Campo de Hielo Sur, hay que partir desde la pequeña y aislada localidad de Villa O'Higgins, en la Región de Aysén. Tras navegar por el lago del mismo nombre, se llega hasta la tenencia de Carabineros Teniente Merino, lugar donde comienza un trekking por una ruta que incluye hielos, grietas y rocas. En total son 15 días de viaje. Diez de estos caminando.
"Para los montañistas que alcanzan este refugio, este es como un hotel de cinco estrellas", cuenta Enrique Zamora, miembro del área de ciencia del Instituto Chileno de Campo de Hielo Sur.
Este espacio, de 60 metros cuadrados y que cuenta con teléfonos satelitales y 14 camarotes, fue instalado por esa entidad en 2003, con la idea de que las expediciones científicas que lleguen hasta ahí tengan un lugar para protegerse. Aunque en 2011 terminó de amoblarse, en los casi 10 años de funcionamiento ha permanecido deshabitado.
Por esta razón, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) -organismo que administra el parque donde se emplaza Campo de Hielo Sur- inició un proyecto que busca dotar de un destacamento permanente de funcionarios en ese lugar. La idea es que el lugar esté habilitado para alojar a los grupos de turistas que se adentren por los glaciares.
"Estamos financiando un proyecto de $ 190 millones, con fondos del gobierno regional, que considera la preparación de más de 50 operarios de guardaparques y guías, para que durante ocho meses del año, entre septiembre y abril, ese refugio esté siempre ocupado”, afirma la intendenta de la Región de Aysén, Pilar Cuevas. Sólo falta que el Consejo Regional apruebe el proyecto.
"Lo que buscamos es tener un enclave que permita poseer una infraestructura segura para los viajeros", agrega.
En la Conaf aseguran que el refugio -ubicado a los pies del cerro Gorra Blanca- estará destinado para fines institucionales y el uso se compartirá con el Ejército. De hecho, el cuartel de la Compañía Andina de Cochrane realiza incursiones hasta ese punto y evalúa instalar bases intermedias entre Villa O'Higgins y el refugio.
Sin embargo, en el organismo concuerdan en que se cederá a comitivas científicas y turísticas, y que contará con raciones alimenticias de emergencia. "Si llega una expedición turística o científica, idealmente por el lado de Chile, se facilitará el espacio, pues no hay otro lugar de solidez en la zona. El parque tiene un gran atractivo turístico y científico, y la idea es potenciar eso", plantea Juan Eduardo Barrientos, director regional de Conaf.
El nuevo funcionamiento que tendrá el refugio incluirá que tres funcionarios vivan allí entre septiembre y abril, con una rotación de 20 días. "El resto del año es casi imposible, pues hay ventanas muy cortas donde el invierno permite llegar hasta ahí", aclara Barrientos.
Desarrollo argentino
Una de las razones que aumentó el interés por mantener una dotación permanente en el refugio -ubicado a sólo dos kilómetros de la frontera con Argentina- es que se detectó que éste era utilizado por expediciones provenientes de la localidad El Chaltén, al otro lado del límite.
"Llegar por el lado argentino es mucho más fácil que por el lado chileno y uno de los propósitos es que lo usen los turistas. Quienes cruzan por ahí no son sólo argentinos, también europeos y chilenos", dice Cuevas.
Según Zamora, además de la cercanía, hay dos factores que ayudan a que turistas del lado argentino lleguen hasta el refugio: el desarrollo turístico de El Chaltén en los últimos años y la construcción de una ruta desde ese punto hasta el paso fronterizo Marconi.
"El proyecto que tenemos por el lado chileno es instalar en el área del glaciar Pío XII una estación científica en altura. El próximo año, además, la Dirección General de Aguas realizará un estudio de los glaciares, por lo que habrá más presencia", agrega Zamora.