Anoche se registró una manifestación en Londres organizada por Anonymous y grupos antisistema llamada Marcha del Millón de Máscaras. El balance de la jornada fueron 50 detenidos y varios policías heridos.

Pero la jornada de protesta no fue una fecha al azar, sino que recuerda un hecho histórico de hace 410 y a uno de sus protagonistas. Lo curioso, es que aquel hito de la historia inglesa tenía una finalidad muy diferente a la que actualmente representan los movimientos anticapitalistas que han transformado este episodio en su icono.

El mercenario Fawkes

Las máscaras que salieron a la fama en la cinta V de Vendetta representan a un personaje y, a su vez, a un hecho que también se aborda en la película. Se trata de Guy Fawkes, quien lideró la llamada Conspiración de la Pólvora, donde intentó asesinar a todos los lores y a la familia real inglesa, volando con explosivos el parlamento, en 1605.

Fawkes creció en una familia católica y rápidamente se transformó en un fanático defensor de esta religión en una sociedad mayoritariamente protestante.

Viajó a España donde luchó como mercenario por la corona hispana, ícono del catolicismo en Europa. Después de pelear en las tropas española en la Guerra de los 80 años contra los Países Bajos. Fawkes solicitó ayuda al rey Felipe III de España, en 1603, para que apoyara una rebelión y asesinar al monarca Jacobo de Inglaterra, considerado como "hereje" por los católicos por defender ideas protestantes e impulsar leyes para disminuir toda influencia del Vaticano en sus reinos.

Felipe III desestimó apoyar la conspiración, pero no porque no compartiera las intenciones de Fawkes, sino porque España aún seguía en guerra y no podía abrir otro flanco.

Después de este traspié, Fawkes se sumó a la Conspiración de la Pólvora.

Conspiración de la Pólvora

En Inglaterra comenzó a tomar forma un movimiento que rápidamente derivó en una conspiración y a la cual se sumó Fawkes. Grupos católicos buscaban asesinar al rey Jacobo para terminar con el gobierno protestante y las duras sanciones penales que pesaban sobre ellos.

El objetivo final era desatar una rebelión de los católicos romanos ingleses que terminara coronando a un rey obediente al poder del Papa.

Al final, 13 conspiradores decidieron volar con explosivos el Parlamento inglés, cuando el rey iniciará un nuevo periodo legislativo. Para ello, arrendaron una habitación en el sótano del edificio, donde fueron acumulando barriles de pólvora.

El ataque sería el 5 de noviembre de 1605, cuando Jacobo diera por abierto el parlamento, pero días antes un lord católico recibió una carta donde se le recomendaba  no asistir a la ceremonia de apertura legislativa. Esto encendió las alarmas y el 4 de noviembre, la seguridad del parlamento registró el edificio, donde fue capturado Fawkes mientras realizaba los últimos preparativos para hacer estallar el edificio.

Casi todos los conspiradores fueron detenidos y ejecutados de manera brutal al frente del Palacio de Westminster, el edificio que quisieron destruir. Los católicos fueron duramente reprimidos, marginados de las FFAA y perdieron su derecho a voto.

Pero más allá de que Fawkes era un fanático católico y su lucha se concentró en instaurar el poder del papado en Inglaterra, con el tiempo, su plan para destruir todo el poder establecido en su país lo fue transformando en lo que es hoy: un ícono antisistema.