Dos días más dió el Senado al gobierno para terminar las cerca de 200 indicaciones que introducirá a la reforma tributaria. Tras las complejidades que durante los últimos días enfrentó el equipo técnico que elabora las modificaciones al proyecto, la sala de la Cámara Alta aprobó ayer la solicitud de prorrogar la fecha tope de recepción de modificaciones, desde este jueves hasta el sábado a mediodía.

De acuerdo al oficialismo, esta determinación no alteraría el resto del cronograma, que busca despachar la reforma del Congreso la primera quincena de septiembre. La clave está en evitar que el proyecto pase a comisión mixta, lo que a esta altura es visto por el Ejecutivo como menos probable.

El buen ánimo fue ratificado ayer tras la reunión que sostuvo a mediodía el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, con los jefes de bancada de la Nueva Mayoría en la Cámara Baja. Ahí, el titular de las finanzas públicas informó los lineamientos de las indicaciones que se preparan, asegurando que éstas incorporan parte de las inquietudes que los diputados plantearon tras la firma del protocolo de acuerdo suscrito a comienzos de julio por el gobierno y los cinco senadores de la Comisión de Hacienda del Senado (PS, PPD, DC, RN, UDI)

"Hemos informado el avance de las indicaciones y cómo éstas incorporan lo que se debatió en la Cámara (...). Habrá reforma tributaria en 2014 y con recursos asegurados para 2015 en materias como protección social y educación", dijo Arenas.

Así, el Ejecutivo habría avanzado en convencer a los diputados sobre las modificaciones que hará a la iniciativa en la Cámara Alta, antes de que la iniciativa vuelva a tercer trámite. De hecho, el presidente de la Cámara Baja, Aldo Cornejo (DC), aclaró que la reunión dio por "concluido formalmente el proceso conjunto de construcción" de los ajustes a la reforma y que las indicaciones que se presentarán en el Senado "recogen las observaciones de los diputados de la Nueva Mayoría".

Los cambios

Las indicaciones de Hacienda abordarían varias de las inquietudes de los diputados en materia de combustibles, alcoholes y renta.

Así, mientras el protocolo de acuerdo mantenía la creación de un impuesto a los vehículos livianos diésel -modificando el procedimiento para eximir del tributo a los contribuyentes que los adquirieran con fines de trabajo-, se ampliará este tributo independiente de si el vehículo opera a diésel o a gasolina, aplicando una tasa en base a sus emisiones.

Para ello se gravarán dos factores: el nivel de emisión de contaminantes locales -según cantidad de óxidos de nitrógeno-, y el nivel de rendimiento del vehículo. Se propondrá un impuesto a vehículos medianos y livianos de pasajeros, de hasta 3.860 kilos de peso bruto vehicular, que utilicen por combustible gasolina o diésel. El impuesto constará de un gravamen inversamente proporcional al rendimiento del vehículo (km/l) y uno proporcional a las emisiones (gr/km).

Otro de los gestos a la Cámara Baja será reducir el impuesto de vinos y cervezas, del 22,5% fijado en el acuerdo a 22%, buscando reducir el gravamen al que estará afecto el pisco a través de una tasa única para evitar conflictos con la Organización Mundial de Comercio.

En cuanto a los dos regímenes de impuesto a la renta, si bien serán optativos, en caso de que una empresa no elija se le aplicará "por defecto" en el sistema de renta atribuida (primera categoría de 25%). Esto, a excepción de las sociedades anónimas abiertas (SAA), que quedarían en el régimen parcialmente integrado (primera categoría de 27%). Independiente de ello, las firmas podrían cambiar de esquema cada cinco años.

Desde el oficialismo indican que las estimaciones de Hacienda apuntan a que con las modificaciones, la recaudación por impuesto a la renta podría aumentar de 1,4 puntos del PIB a cerca de 1,6% del producto.