"Las ideas que plantean algunos analistas respecto que el gasto (para 2018) debe crecer bajo el nivel histórico, creo que son una exageración". Esa fue una de las señales que entregó el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, respecto de la elaboración del proyecto de ley de Presupuesto para 2018. Esto durante la presentación hoy, junto al subsecretario de la cartera, Alejandro Micco, y al titular de la Dipres, Sergio Granados, de la Evaluación de la Gestión Financiera del Sector Público en 2016 y Actualización de Proyecciones 2017 ante la Comisión Especial Mixta de Presupuesto, que se concretó hoy en el ex Congreso.
El titular de las finanzas públicas no bajó el nivel de optimismo que ha mostrado los últimos meses, más allá de que, como se esperaba, recortó la previsión de crecimiento del PIB para 2017, pasando de 2,25% estimado en el presupuesto de este año, a un 1,5%. De acuerdo con el ministro, las cifras comenzarán a mejorar en la segunda parte del año, ya que para alcanzar el 1,5% se requiere "una aceleración de la actividad muy relevante, porque recuerden que en el primer trimestre (el crecimiento) fue cercano a cero".
Con todo, de concretarse la proyección del secretario de Estado, el crecimiento del Producto avanzaría a su nivel más débil desde la crisis financiera internacional (2009), el más bajo de la segunda administración de Michelle Bachelet, dando como resultado un promedio de expansión del PIB de 1,83% durante la actual administración.
Además, Valdés ajustó levemente a la baja la proyección para la demanda interna, de 2,8% a 2,5%, a su juicio más relevante que el recorte en el crecimiento para la recaudación esperada.
Situación fiscal
El jefe de las finanzas públicas ajustó, además, las proyecciones fiscales para este año. "A pesar de algo de volatilidad de ingresos y a que tuvimos un gasto inesperado por los incendios, la verdad es que la situación fiscal sigue muy parecida a la que se proyectó hace ya casi un año", dijo Valdés.
El secretario de Estado corrigió a la baja la proyección del déficit efectivo de este año, de 3,3% a 3,1%, señalando que el menor crecimiento sería más que compensado por el mejor precio del cobre, que llegaría a US$ 2,5 la libra, sobre los US$ 2,2 la libra anticipados en el Presupuesto.
En tanto, el déficit estructural fue revisado al alza a la luz de los parámetros de PIB tendencial y del precio del cobre de largo plazo, pasando de 1,5% a 1,7% (ver recuadro), lo que en todo caso sería revisado nuevamente en octubre 2017, una vez que se cuente con los resultados de los Comités de Expertos (para el Presupuesto 2018) que se reunirán durante la segunda parte de julio de este año.
Según el documento elaborado por la Dipres, la proyección de balance estructural de -1,7% del PIB, "es resultado de una caída en los ingresos estructurales de 0,1% del PIB respecto de lo proyectado en la elaboración de la ley de Presupuestos, y un aumento del gasto de 0,1% del PIB, producto de catástrofes y emergencias que la autoridad fiscal se ha comprometido a enfrentar".
En este sentido, el titular de Hacienda aprovechó de reafirmar que si bien las clasificadoras de riesgo "han estado mirando con particular cuidado a Chile", agregó que "el mercado tiene plena confianza en nuestra estrategia fiscal" que consiste en la reducción del déficit estructural en 25 puntos base por año. Así, anticipando también la discusión presupuestaria para 2018, Valdés planteó que "una garantía es que nos vamos a atener a nuestra regla fiscal", si bien manifestó que esto "no garantiza, lamentablemente, que no nos hagan un downgrade. Pero es solo uno, y no más que eso, si se mantiene esta política", recalcó.
En esta línea, Valdés hizo un llamado a las distintas candidatos presidenciales a cuidar la evolución de la deuda pública, señalando que si bien el nivel de esta no es tan alto (21,5% del PIB), "está subiendo a un ritmo más rápido del aconsejable". Así, sostuvo que "aún queda tarea fiscal para este año y para los próximos".
Leve optimismo
Para los analistas las proyecciones de Hacienda para el crecimiento de este año siguen siendo optimistas. Esto en un contexto de que parte del mercado considera que una cifra de 1,5% podría ser más bien el techo para la expansión del Producto.
Alejandro Fernández, economista de Gemines, señaló que "la cifra de crecimiento parece un tanto optimista a estas alturas. La del Banco Central es marginalmente más baja (1,4%) y parecía razonable cuando la hicieron, pero ya no". Así, aseguró que "si el crecimiento termina siendo más cercano a 1%, el déficit efectivo se va a parecer más al previsto originalmente (-3,3%).
Según Sebastián Cerda, economista jefe de Corp Research,"se echa de menos una lectura que apunte a escenarios que, como ha acontencido en los últimos años, han terminado siendo más pesimistas". Así, Cerda dijo que Hacienda debió apuntar a un crecimiento menor al 1,5%.
En tanto, Alejandro Alarcón remarcó que "los riesgos que hay sobre la trayectoria de la economía siguen presentes, como la baja inversión y productividad, además de la incertidumbre electoral. El Banco Central también se puso en la opción del 1%".
Ingresos y gastos
Durante su presentación, el ministro de Hacienda afirmó que "más allá de ciertas sorpresas de índole tributaria", como fue la caída de la recaudación desde las empresas en 2016, estimó que "el resto de las cosas marchan como se preveían, los cambios en el gasto son muy marginales, la ejecución del plan de financiamiento va en el mínimo proyectado con buenas tasas de interés y, por lo tanto, esto nos deja con una base para la preparación del proyecto del Presupuesto del próximo año, que va a ser exigente".
En términos de ingresos efectivos, la actualización de Hacienda apuntó a un alza de 2,5% este año, mientras que los gastos avanzarían un 4% (frente al 2,7% establecido en el Presupuesto), dado mayores expendios por los incendios que afectaron a la zona centro sur del país a comienzos de año, además de un reajuste en el IPC esperado.
Con todo, el ministro ahondó en la "floja" recaudación de las empresas no mineras que se observó en la última Operación Renta (baja de 0,8%), pese al crecimiento de la tasa de primera categoría de 22,5 a 24% en 2016. Al respecto, Valdés afirmó que se observó una "caída de la base implícita" para el pago del impuesto corporativo, una serie "muy volátil y que sufre reversiones fuertes", y que de acuerdo a la cartera estaría asociado a efectos de contabilidad por ingresos en dólares y también a menores utilidades de empresas con exposición a Argentina y Brasil.
Adicionalmente, Valdés dio cuenta de un posible efecto generado por el impuesto sustitutivo del FUT (beneficio tributario transitorio), que fue ampliamente utilizado por los contribuyentes previo a su cierre en abril, lo que pudo tener efectos relevantes sobre la caja de las empresas.