"Estoy muy preocupada por mi abuela, que vive en Carrefour. No les está llegando ayuda, y no entiendo por qué. No se habla de Carrefour", protestó la haitiana Daphnee Roland a la BBC.

Es que mientras el mundo entero viene siguiendo minuto a minuto los acontecimientos en Puerto Príncipe, lo que ocurre en el interior del país ha sido casi un misterio.

Inquietante, dado que el epicentro no fue la capital sino la localidad de Leogane, una ciudad costera situada a unos 15 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe. Allí, entre un 80 y un 90% de los edificios fueron destruidos, según informó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

La OCHA estima que en Leogane murieron entre 5.000 y 10.000 personas, de una población de 134.000.

Además el terremoto devastó a otros municipios del oeste como Carrefour, Grand-Goave, Gressier y Petit-Goave y a todos los del sureste, sobre todo su capital, Jacmel, de la que poco se ha hablado hasta ahora.

Entidades de ayuda internacional contactadas por BBC Mundo en el Reino Unido, España y Estados Unidos admitieron que tienen muy deficiente comunicación con sus voluntarios en el terreno y que, en algunos casos, hasta ignoran dónde se encuentran.

AL FIN LLEGA
Aunque lentamente, la ayuda ha comenzado a llegar al interior del país. La OCHA informó que muchos equipos de rescate han empezado a trasladarse de Puerto Príncipe a otras ciudades.

Fuentes de la MINUSTAH -misión de la ONU en Haití- informaron a BBC Mundo que de los 9.000 cascos azules que hay en ese país, 5.500 ya se encuentran fuera de la capital.

Voceros de la organización Oxfam informaron que recién este miércoles enviaron un equipo fuera de Puerto Príncipe hacia Leogane para "evaluar la situación".

La asociación Médicos Sin Fronteras tiene a casi 900 voluntarios trabajando en Haití, pero no fue hasta el fin de semana pasado que comenzaron a asistir zonas fuera de Puerto Príncipe.

Sólo ayer pudieron realizar la primera amputación en Leogane y empiezan a llegar a Grand Goave y Duforf, donde encontraron al menos veinte personas que necesitaban operaciones urgentes.

Alois Hug, de Médicos Sin Fronteras, dijo a BBC Mundo que cuando llegaron a Leogane el panorama era desolador. "Fuimos los primeros en llegar. No había nadie. (…) La gente estaba desesperada".

Sarah Wilson, de la asociación inglesa Christian Aid, visitó Leogane esta semana y también relató que el panorama era muy precario y que los camiones con ayuda no podían ingresar.

"Cuando llegamos lo hicimos al mismo tiempo que unos camiones de la ONU que llevaban carpas, contenedores para agua y purificadores. Toda la gente en el pueblo llegó inmediatamente al ver los camiones".

"La gente en Leogane tenía menos, esperaba ayuda. La gente en Puerto Príncipe también espera, pero llegan cosas", dijo a BBC Mundo.

"TOTALMENTE AISLADO"
Uno de las principales ciudades al sur de la capital es Jacmel, donde viven unas 60.000 personas. Se estima que 60% de las construcciones fueron destrozadas. Hasta hace pocos días, el pueblo estuvo totalmente aislado.

Ahora que las carreteras se han abierto Christian Fraser, de la BBC, ha llegado hasta allí y relata que en el estadio de fútbol se han instalado, muy precariamente, unas seis mil personas. Una de cada tres casas de esta ciudad colonial está en ruinas, y todas deberán ser demolidas.

Por la carretera de acceso sólo pueden circular vehículos todo terreno y los camiones con ayuda aún no pueden entrar. El espacio aéreo fue abierto hace pocos días y la asistencia llega en cuentagotas.

Volar a Jacmel desde Puerto Príncipe, relata Fraser, toma sólo diez minutos. Pero aún así, "este poblado parece estar en otro planeta".

Emmet Murphy, residente de Jacmel, dijo a la BBC que recién hace tres días comenzó a llegar ayuda, lanzada por helicópteros estadounidenses. "Las condiciones del hospital de Jacmel son malas. Los médicos estadounidenses dicen que una vez que puedan montar un hospital, la situación va a cambiar de manera drástica".

DE LA CIUDAD AL CAMPO
Además, Murphy relata que a su pueblo llegan refugiados desde Puerto Príncipe, lo que aumenta la presión entre los pobladores.

Es que mucha gente escapó fuera de la capital hacia áreas rurales, lo que incrementa la necesidad de dirigir más esfuerzos fuera de la urbe.

El Programa Mundial de Alimentos (FAO) advirtió que la rehabilitación de Haití tras el terremoto tiene que empezar, precisamente, por los campesinos.

"La prioridad es la temporada de siembra de primavera, mientras la gente huye y aumentan los precios de los alimentos", dijo el director general de la FAO, Jacques Diouf.

"Resulta urgente actuar en el momento en que los precios de los alimentos suben y miles de personas huyen de la devastada capital, Puerto Príncipe, hacia las áreas rurales", advirtió.