Autoridades mexicanas dijeron el jueves que hallaron cuatro fosas clandestinas con cuerpos calcinados, que podrían pertenecer a parte de un grupo de 43 estudiantes desaparecidos hace dos semanas, en uno de los peores episodios de la violencia desatada por el crimen organizado en México.

El procurador general (Fiscal), Jesús Murillo, dijo que las fosas estaban ubicadas en las cercanías de Iguala, una de las principales ciudades del conflictivo estado de Guerrero, donde el fin de semana fueron hallados 28 cuerpos también calcinados en cinco fosas clandestinas.

"¿Cuántos cuerpos? No se lo puedo precisar tampoco...también en estas (fosas) están calcinados", dijo el funcionario en conferencia de prensa.

Murillo informó que hay cuatro nuevos detenidos, que hacen un total de 34, de los cuales 26 son policías municipales y el resto supuestamente pertenece a un grupo delictivo que se hace llamar Guerreros Unidos.

Las autoridades creen que los policías y la organización criminal son los responsables de la masacre, aunque aún se desconoce el móvil de los crímenes.

El 26 de septiembre unos 80 jóvenes se enfrentaron con policías municipales de Iguala cuando trataban de recoger dinero para su escuela de magisterio, cuando los agentes abrieron fuego y mataron a dos de ellos en el sitio.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto aseguró el jueves que habrá justicia en el caso, que calificó de barbarie, y que las autoridades irán contra cualquier funcionario que pudiera estar implicado.

El gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, salió el jueves al paso de acusaciones en su contra así como de pedidos de renuncia.

En tanto, el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, es buscado por la fiscalía para que declare. Sobre el funcionario pesa una acusación de homicidio de tres activistas políticos el año pasado.

Casi 30,000 personas han sido asesinadas durante los 20 primeros meses de la gestión de Peña Nieto. Son más víctimas que durante el período comparativo de Calderón, que al asumir lanzó una guerra frontal con militares contra el narcotráfico pero acabó acumulando 70.000 muertos para cuando tuvo que pasar la banda presidencial.