Hamás prometió hoy, a través de un comunicado, una "escalada" de la "intifada de Jerusalén" si la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, reconoce a la ciudad como la capital de Israel, como se rumorea que puede suceder la próxima semana.
"Viendo lo que circula en los medios de comunicación sobre la intención del presidente Trump de declarar la ciudad de Jerusalén capital eterna y unida del ocupante (...), advertimos de las consecuencias de tal decisión", sostiene el escrito.
Si eso sucediera, agregaron, sería una "flagrante agresión a la ley internacional que considera a Jerusalén territorio ocupado" y un modo de legitimar "los crímenes de la judeización de la ciudad y la expulsión de los palestinos".
"Intifada de Jerusalén" es como algunos palestinos denominan a la ola de agitación y violencia que comenzó en Cisjordania y Jerusalén Este a finales de 2015.
Desde entonces, unos 43 israelíes, dos turistas norteamericanos, un eritreo, un hombre palestino y una estudiante británica murieron por ataques de palestinos, apuñalados, disparados o atropellados, y más de 270 palestinos fueron asesinados por fuego israelí, la mayoría de ellos atacantes.
Sin embargo, la violencia se ha reducido significativamente en los últimos meses.
El pasado viernes la oficina del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, advirtió de los efectos potencialmente destructivos que tendría un reconocimiento así por parte de Trump, que significaría la negación de la reivindicación palestina de Jerusalén Este como la capital de su futuro Estado, informó el diario israelí "Yediot Aharonot".
El diario israelí citaba a Abás diciendo: "El reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel y el traslado de la embajada (norte)americana a Jerusalén implica el mismo nivel de peligro al futuro del proceso de paz y empuja la región a la inestabilidad".
Como se ha especulado, Trump decidirá el lunes si renovará el documento que pospone la mudanza de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, tal y como hacían sus antecesores puntualmente cada seis meses.
Desde el viernes se rumorea que el presidente norteamericano puede posponer nuevamente la mudanza de la embajada pero reconocer la ciudad como capital de Israel.
Los palestinos ven en Jerusalén Este la capital de su futuro estado y se oponen a cualquier cambio que legitime el control israelí sobre aquella parte de la ciudad, que fue capturada en 1967 durante la Guerra de los Seis Días y anexionada en 1980.
Esto no ha sido reconocido por la comunidad internacional y ningún país tiene su embajada en Jerusalén, sino en Tel Aviv, la capital comercial de Israel.