El lunes 8, cuando Haroldo Brito asumió la presidencia de la Corte Suprema por los próximos dos años, hubo tres ausencias notorias en el pleno: los ministros Milton Juica, Sergio Muñoz y Rosa María Maggi.

Algunos interpretaron esas sillas vacías como una señal tras la polémica nominación de Brito, quien llega a la cabeza del máximo tribunal en una inédita votación que casi divide al pleno de la Corte Suprema. Pero el propio magistrado baja el tono a una potencial polémica. "No tengo motivo para pensar en algún desaire", sostiene.

Usted fue elegido con 14 de los 21 votos del pleno, algo no común. ¿Qué le dice esta situación?

Dice que, a diferencia de otros casos, hay quienes no estaban en la idea de que yo fuera presidente. Habrá que tener en cuenta esa opinión, pero eso no resta convicciones en cuanto a lo que he venido postulando debe hacerse. Para mí, la cuestión fundamental es la calidad de las sentencias, no porque sean deficientes o insatisfactorias, pero el tema de la calidad del servicio de justicia es lo que tiene que motivar todo lo que se pretende hacer en la corte.

Usted indica que tiene que hacerse cargo de esta situación de división en su nombramiento. ¿A qué se refiere en particular?

A tener en cuenta que hay ministros que tuvieron otra idea y eso es una cosa significativa. No creo que pueda enfrentarse esta situación con total desinterés, por lo que significa tener otra idea de quién debe presidir la corte. No es más que eso. Una comprensión de cómo funcionan los tribunales colegiados.

Usted hablaba de la calidad de la justicia. ¿Cuál es su diagnóstico?

La judicatura nacional tiene un alto nivel. Soy un convencido de que hemos desarrollado unas políticas muy fuertes de formación y capacitación que hoy día hace pensar que el sistema de justicia está haciendo un buen trabajo. Estoy consciente de que esta es una actividad en la cual es posible la opinión. Todas las personas tienen una opinión acerca de lo que es justo e injusto. Hay una subjetividad y hay una apreciación que no tiene un carácter jurídico, porque es la apreciación de las personas y tienen derecho a hacer apreciaciones y críticas de lo que piensan y deciden los jueces. Pero el contenido de nuestras decisiones es jurídico. Entonces, se produce una situación muy particular, en la cual es difícil o imposible alcanzar una mirada común. La judicatura funciona con las decisiones de carácter objetivo y técnico que dan los jueces y también tiene que funcionar percibiendo y estando atentas a lo que las personas -que son las destinatarias de nuestras percepciones- están pensando.

Una disonancia fuerte se dio en el caso de Nabila Rifo, en que la Corte Suprema rebajó la pena al agresor...

Es un ejemplo de lo que estoy diciendo. Ese es un caso en el que los hechos son tremendamente fuertes. Las consecuencias para la víctima son increíbles. Pero la cuestión no se resuelve por un tecnicismo legal, sino haciendo una estricta aplicación del derecho. Somos respetuosos de que nuestras resoluciones puedan ser mal vistas. La verdad de las cosas es que lo lógico, lo ideal es que fuesen siempre completamente bien recibidas, y sería estupendo eso, pero la vida no es siempre como uno quisiera. Hay algunas opiniones que son tranquilizadoras en cuanto a que se hizo una resolución meditada que no necesariamente coincide con las pretensiones de las partes. Pero no se puede olvidar también que, en definitiva, la condena fue de alrededor de 18 años.

¿Cuál es su plan para los próximos dos años?

Lo que dice relación con los códigos Procesal Civil y Código Penal. Es una cosa que hay que señalarla con la intención y esperanza de que la necesidad del cambio de estos textos sea asumida y prontamente se reúnan las comisiones en el Congreso. Aquí hay que trabajar. El Legislativo debe involucrarse en esto. Deben hacerse los espacios, destinarse dinero para los estudios, y eso significa que hay que ponerse ya a ponerse a trabajar, porque todo esto es muy a largo plazo. El Código de Procesamiento Civil requiere unas enmiendas que tienen que funcionar coherentemente con los textos legales de los últimos años, usar un sistema de prueba similar, acentuar la participación de las partes dentro del proceso, debe generarse un sistema recursivo, actual, moderno. Cuál es el sistema recursivo que se emplea es lo que esperamos producir también en materia de certeza jurídica. Entonces, son definiciones particularmente importantes, hay países en que las personas y juristas también piensan en el precedente como un valor de certeza jurídica. Esto significa que ante la misma situación fáctica, ante los mismos razonamientos jurídicos involucrados en una sentencia, tenemos que esperar que la sentencia tendrá que tener la misma decisión.

¿En este tipo de modificaciones se juega en parte la imagen del Poder Judicial?

Claro, si el material de trabajo está anticuado no podemos esperar grandes cosas. Podemos esperar con un criterio razonable que las cosas se hagan bien. Pero estar conscientes de que hay deficiencias en las instalaciones de las que nosotros disponemos de orden jurídico para resolver correctamente las cosas.

Se viene el debate por una nueva Constitución. ¿La Corte Suprema va a jugar algún rol, en sus materias naturalmente?

La corte ha intentado varias veces ponerse a estudiar estos temas. El sistema de justicia está en la Constitución, allí se define la forma en que funciona el sistema de justicia, lo que obliga a un debate fuerte. Hay distintas soluciones técnicas. Se cuestionan cosas, se plantean necesidades en la Constitución que son básicas. Hay quienes dicen que es necesario que la Constitución, precisamente para mayor certeza jurídica, señale en qué consiste la función jurisdiccional, señale cuáles son las fuentes objetivas de las que debe valerse el sistema de justicia para decidir los asuntos... En fin, hay muchísimo trabajo en lo constitucional.

Su discurso tiene un fuerte énfasis en la modernización del Poder Judicial ...

Es necesaria una profunda modernización del Poder Judicial, pero no creo que sea mi posición solamente. Tengo el convencimiento de que mis colegas en el tribunal también están instando por la modernización.

¿Y esa preocupación incluye -por ejemplo- la revisión del sistema de nombramientos?

Puede ser posible tratar de hacer algunos pequeños ajustes en el sistema de nombramientos. Desde luego, eso en una perspectiva lógica no puede descartarse. Quizá, alguna de las cosas que muchas veces llaman la atención y mortifica un poco a los involucrados es la duración del proceso. Eso es una cuestión que podría pensarse. Sé que sobre esto siempre hay opiniones, hay afirmaciones, en fin. Pero lo importante es que, en definitiva, la cuenta final, la cuenta que realmente hace la diferencia, es que el Poder Judicial, la judicatura nacional, es claramente profesional.

Un tema no menor es lo que se ha llamado "besamanos" para los nombramientos, dado su carácter interno...

Seguramente hay más de un juez que el sistema no le ha acomodado y han tenido dificultades para ascender al grado de ministro de Corte Suprema u otros grados inferiores. Bueno, con toda seguridad, también alguien podrá decir miren, este sistema cometió una injusticia con fulano... Y claro, es una cuestión que se podrá opinar. Pero a mí me parece que, en líneas generales, que es lo que importa, este sistema ha funcionado. Creo que el sistema habrá que corregirlo un poco, habrá que pensarlo. Pero, en general, el sistema de nombramientos permite la movilidad en la carrera, y con mucha tranquilidad.

Llama la atención que en los últimos días usted haya evitado dar su opinión sobre indultos en casos de violaciones a los DD.HH. o el cierre de Punta Peuco.

No veo la necesidad… Le podría decir también que no veo la necesidad de que la Presidencia de la República opinara sobre unos temas que dicen relación con la administración de justicia.

Pero opinan sobre fallos...

Opinan sobre fallos en la medida en que están siendo afectados, qué sé yo, algo que afecte al gobierno.

Son temas en los que la ciudadanía puede sentir que ustedes se deban pronunciar.

Es que el tema de Punta Peuco yo lo he entendido de esa manera y puedo estar equivocado. Punta Peuco significa la actuación de la administración del Estado. Es un servicio que depende directamente de la Presidencia de la República a través del Ministerio de Justicia. Y la jurisdicción no tiene nada que ver con esa etapa. La jurisdicción en el tema de cumplimiento de sanciones dice relación con otro tipo de derechos, no con el cumplimiento de sentencias. Cuando a la jurisdicción se han traído temas de cumplimiento de sentencias, eso se ha emitido en la medida en que importan recursos de amparo, y en la medida en que están transgredidas las garantías constitucionales, en especial el tema de la libertad. Pero eso es una cosa completamente distinta a señalarle a la Presidencia de la República lo que debe hacer.

Lo que pasa es que en el sentido común podría preguntarse cómo no le va a importar al Poder Judicial que una persona cumpla 20 años en una cárcel especial a 20 en una cárcel normal, con todas las carencias que tiene el sistema. Un castigo es más duro que el otro.

Todas las semanas los jueces visitan las cárceles y todas las semanas se hacen representaciones a las cárceles que están en malas condiciones. Eso es una constante. Eso está dentro de las potestades que tiene la corte. Pero son dos cosas distintas.

Puedo deducir de sus palabras que Punta Peuco no es una cárcel VIP.

Comparativamente con Colina y otros recintos, evidentemente, es una cosa completamente distinta. Pero el punto que nos hace discordar, el punto es que no está dentro de mis competencias referirme a las de la Presidencia de la República.

Hoy se dio a conocer una carta de la Corte Suprema a propósito del tema del Sename. Y sobre estos temas sí se opina...

Lo que ocurre es que hubo preocupación por los centros, pero eso es distinto a decirle a la Presidencia: "Mire, nosotros opinamos que usted debe actuar de esta manera". Lo que aquí se está diciendo es "tengan en cuenta esto que se ha visto".

En el anterior gobierno de Sebastián Piñera hubo varios desencuentros con el entonces presidente de la corte, Milton Juica, a propósito de las discusiones que había con la "puerta giratoria". ¿Cómo proyecta esa relación?

Yo espero… Haré todo lo que buenamente pueda hacer para mantener una buena relación. Los órganos del Estado tienen el deber de coordinarse. Y eso significa que actúan de manera conjunta dentro de las esferas de sus atribuciones. Nada me hace pensar a mí que vamos a tener necesariamente alguna dificultad.

Ha sido recurrente el tema de su relación con la fiscal Lya Cabello. Usted ha rechazado la existencia de eventuales conflictos.

Lo que pasa, se plantea como un tema de falta de probidad. No hay probidad cuando usted debiendo desarrollar un acto en interés público deja que domine el interés privado. Eso es la falta de probidad. Esa es la comprensión jurídica. Usted tiene que resolver esta propuesta pública y resulta que en esta propuesta pública están participando sus amigos, y usted deja de actuar como el encargado por el Estado en las mejores condiciones y permite que se instale el interés de su amigo y lo favorece. Ese es un acto que contraría la probidad. En esto no hay ningún interés personal en resolver absolutamente nada.

Pero, evidentemente, tiene efectos. Por ejemplo, usted pidió dejar la sala penal, para irse a la sala laboral.

Pero no es un tema de probidad. Lo que pasa es que la fiscalía de la Corte Suprema tiene titularidad en ese sistema de carácter penal. Representa el interés jurídico de esa institución. De tal suerte que ahí estamos precisamente en un tema de conflicto. La ley establece mecanismos de solución de conflictos para eso. Está el sistema de las inhabilidades, eso se soluciona de esa manera.

¿Le incomoda esa crítica?

Me incomoda, desde luego. Es una reiteración.

Usted debió abandonar la sala penal y en el tema de DD.HH. su postura era valorada por los familiares de las víctimas de violaciones a los DD.HH… Hay un efecto en la discusión de la sala.

Está bien, sí, sí... Pero no podrá cuestionarse de que se haya perdido la posibilidad de que la posición jurídica que yo he venido sosteniendo en derechos humanos, en fin, queda en una situación algo debilitada en cuanto rubro al menos. Eso no puede ser un razonamiento aceptado.

Usted tiene fama de progresista …

Hay una tendencia a hacer ese tipo de juicios. Lo que pasa es que yo pienso que, en realidad, no existen conservadores ni liberales en todo, entonces los calificativos, como ocurre la mayoría de las veces, son calificativos que se exceden, y... en fin.