El 30 de abril de 1977, un grupo de 14 mujeres se reunió frente a la Casa Rosada, en Buenos Aires, para exigir que sus hijos, detenidos en esos años por la dictadura militar de Jorge Videla, aparecieran con vida. Una de esas madres se destacó por su fuerte carácter y estilo confrontacional pese a la represión que se vivía en Argentina en esos años. Así fue como Hebe Pastor de Bonafini -cuyos dos hijos se cuentan entre los desaparecidos- se convirtió en un ícono de los derechos humanos y en la única presidenta que ha tenido la organización Madres de la Plaza de Mayo en sus 40 años de historia (en 1986 se produjo un cisma en esa entidad y surgieron las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora).

Sin embargo, en los ultimos años Bonafini ha estado en el centro de varias polémicas, especialmente por su identificación y defensa cerrada de los gobiernos kirchneristas (2003-2015). De la misma forma fue cuestionada cuando avaló al general César Milani, nombrado por Cristina Fernández de Kirchner como jefe del Ejercito, pese a estar acusado por crímenes durante la dictadura. Y en 2016, se negó a presentarse a declarar como imputada por la supuesta malversación de fondos del programa para la construcción de viviendas Sueños Compartidos, organizado por la Madres de Plaza de Mayo.

La semana pasada la mujer de 88 años aseguró que su fundación ya no era una organización de derechos humanos sino una organización política y que su partido era el kirchnerismo. Además, calificó al actual Presidente Mauricio Macri de "dictador".

En entrevista con La Tercera Hebe de Bonafini advirtió que a pesar de su visión política, sigue trabajando en favor de los derechos humanos, pero que no está dispuesta a tener vínculos con el actual gobierno, a quien considera "el enemigo".

En 1977 nacieron las Madres de la Plaza de Mayo, el mismo año en que asesinaron a Azucena Villaflor, una de sus fundadoras. ¿Alguna vez sintió miedo?

Ese año un hombre de la Marina se infiltró en el movimiento e identificó a tres madres: a Azucena Villaflor, que tenía a toda su familia peronista presa; a Esther Ballestrino de Careaga, que venía huyendo de la dictadura paraguaya, y a María Ponce de Bianco, que trabajaba con (el movimiento) de la iglesia del Tercer Mundo. Fueron las tres mejores madres. La Marina las secuestró, las torturó, las violó y las tiró vivas al río (de la Plata). Después nadie quería volver a la plaza. Tres madres tuvimos que ponernos el movimiento al hombro e ir casa por casa diciendo "tenemos que seguir". No sentí miedo, porque la explicación que tengo para mí, es que cuando uno va a parir nunca piensa en uno. Lo que uno más quiere es que su hijo nazca sano. Tengo que pensar en ellos, en su historia y en su proyecto político, que es el que queremos seguir las Madres.

¿El Estado les ha dado algún tipo de reparación ante lo sucedido con sus hijos?

Este Estado nada. Los únicos que nos entregaron todo fueron Néstor y Cristina (Kirchner): con los juicios con los que destituyeron a 60 generales; cuando dijeron que nosotras somos sus madres y nuestros hijos sus compañeros, lo que es un premio para nuestros hijos y para nosotras. Pero nosotras nunca recibimos ningún tipo de reparación.

¿Y con el actual gobierno no han establecido relaciones?

No queremos. No, porque es lo mismo que el enemigo. Son las mismas empresas que apoyaron la dictadura. Son los dueños de las empresas los que ahora están en el gobierno.

¿Y ellos tampoco han tenido intención de reunirse con ustedes?

Las que no queremos somos nosotras. Ellos quieren sacarnos de la plaza (de Mayo). Arriba de los dibujos de los pañuelos (el símbolo de la Madres de Plaza de Mayo) ponen aparatos para que no se vean y nosotros se los sacamos. Cortan (bloquean) la plaza. Con cintas, con la policía. Nosotras nos bajamos, cortamos la cinta y pasamos igual. Así, con la misma prepotencia que ellos tienen.

¿La fundación se ha ido politizando?

Somos una organización política. Desde que estuvo Néstor y Cristina nos hicimos kirchneristas, nuestro trabajo es político. Pero ahora con una dirección muy marcada, porque el proyecto de Néstor y Cristina es el proyecto de nuestros hijos. Es el que ellos querían.

¿Pero seguirán trabajando como una organización de derechos humanos?

Sí. Todo el tiempo estamos alertas. Tenemos camionetas que nos llevan de un lado para otro. Anoche (la noche del miercoles), en una universidad muy grande acá en Buenos Aires, di una charla para jóvenes que van a ingresar a un doctorado de derechos humanos. Además, estamos recordando los 40 años de lucha de las Madres en un evento que haremos el 30 de abril en la plaza, para lo cual habrá tres conciertos: uno de rock, uno de folclor y otro de tango.

¿Cuál cree que han sido los principales logros de las Madres después de 40 años de lucha?

Las socialización de la maternidad, el no cobrar ningún tipo de reparación económica por la vida de los hijos. Considerarlos siempre vivos como héroes anónimos. No buscar cadáveres, sino buscar historias, buscar proyectos políticos y tratar de imitarlos lo que más podemos. No haber abandonado nunca la plaza (de Mayo), haber sido creadoras de las marchas. Una vez tapamos la Pirámide de Mayo con imágenes de los hijos. Todos los desaparecidos representan a todos. Sentimos que cuando se habla de todos es verdad y eso es un logro muy fuerte e importante.

Ustedes se han juntado todos los jueves ininterrumpidamente desde que comenzaron a manifestarse. ¿Qué hacen en esas reuniones?

Nunca dejamos los jueves. Lo que sí dejamos fue la marcha a la resistencia cuando estaba Néstor, cuando no estaba el enemigo en la casa de gobierno. Pero los jueves siempre vamos. En la plaza se marcha media hora con carteles que siempre tienen que ver con lo que estamos haciendo. Después hablamos de lo que pasa, siempre habla algún joven o algún político y las madres.

¿En qué va el juicio de Sueños Compartidos?

Es una estafa que nos está costando mucho porque en vez de condenar a los que robaron, la Justicia, los jueces argentinos, condenaron a las Madres. Pero bueno, eso es lo de menos. Ya se arreglará. Lo importante es lo que nos quiere la gente y lo que seguimos haciendo.