Hasta el domingo en la noche, en Blanco y Negro aseguraban que era una cuestión de horas el anuncio de la renovación de Héctor Tapia. El técnico había dado su consentimiento para deshacerse del preparador físico Juan Ramírez el martes pasado, en la primera reunión que sostuvo con la comisión de fútbol. Además, estaba estudiando la sugerencia que le hizo Fernando Carvallo, de desprenderse también de Miguel Riffo, su ayudante, para lo que también estaba dispuesto.
Sin embargo, ayer el entrenador del Cacique retrocedió en su idea de continuar en el club a cualquier costo. En una reunión producida en el Monumental durante la tarde entre sus representantes, el presidente de ByN, Aníbal Mosa, y Carvallo, timonel de la comisión de fútbol, se planteó la nueva postura del técnico, que sorprendió a la directiva.
La presión de quedar como una persona desleal le pesaba al DT, sobre todo porque cultiva una amistad de hace años con Riffo, quien además fue el responsable de la llegada de Ramírez al cuerpo técnico. Y era muy probable que Riffo decidiera abandonar a Tapia si veía que este cedía ante las presiones de ByN de sacar al PF a como dé lugar.
Por lo mismo, el día de Tito comenzó con una reunión con la persona en la que más confía dentro del club en estos momentos: Carvallo. Ambos se juntaron en un café ubicado en la comuna de La Reina para conversar en privado.
Tito le contó sus problemas al Pino y las dudas que tenía con respecto a la opción de continuar solo al mando del primer equipo. Carvallo intentó convencerlo, pero al DT le preocupaba la imagen que dejaría hacia afuera si seguía solo en la banca alba.
Hay molestia y sorpresa en la sociedad anónima, porque afirman que Tapia ya había dado el sí para sacar a Ramírez, cuestionado por el rendimiento físico del equipo. Y también porque en un principio abogó por la continuidad de Riffo, para después mostrarse abierto a dejarlo ir.
Y no porque en la administradora le estuvieran exigiendo la salida del ex defensa, sino porque él mismo estaba evaluando si lo mantenía como su ayudante o definitivamente armaba un cuerpo técnico nuevo. Carvallo intentó convencerlo de esta alternativa hasta última hora.
Si bien Tapia y Riffo son muy cercanos, su relación se había desgastado en los 18 meses que estuvieron al mando del primer equipo. En ese transcurso lograron la estrella 30 para el conjunto de Macul.
Todo marchó bien hasta que vinieron las derrotas. El primer encontrón se produjo tras caer 3-2 ante O'Higgins, en el Monumental, en el Torneo de Apertura 2015. Mientras que semanas después, tras perder el título ante Santiago Wanderers, en la última fecha, otra vez hubo diferencias, siempre de índole técnico. No es que no puedan trabajar juntos, pero aquel distanciamiento tenía a Tapia muy dubitativo.
Para hoy está prevista una reunión de la comisión de fútbol. Será una jornada clave para el futuro de Colo Colo, que podría renovar o quedarse sin el DT que hizo olvidar años de fracasos, complicando de la peor manera el inicio de la Era Mosa en Macul.