Medea lleva siete días sin comer. Jasón, su esposo, acaba de dejarla para comprometerse con Glauce, la hija del rey Creonte, quien de paso ya tiene los días contados. Desde entonces, Medea se desplaza por los rincones de su casa bebiendo whisky sin hielo, con la mirada de una cobra hambrienta ante un festín de ratas. El telón se corre en el National Theatre de Londres, y la misma mujer yace de rodillas sobre el piso con los pantalones de su amado entre ambas manos. Se deshace en llanto, los huele y observa en silencio. Atrás, sus hijos juegan. En su mente, una mujer enceguecida sentencia cuál será su destino.
En julio del 2014, en el mismo teatro londinense, la actriz británica Helen McCrory, de 46 años, deslumbró a la crítica teatral con su brillante y fresca interpretación de la mujer sedienta de venganza que Eurípides retrató en Medea, allá por el año 430 a.C. Esta tarde, el montaje dirigido por Ben Power se proyectará en el Teatro Nescafé de las Artes durante el ciclo National Theatre Live.
Los ensayos la mantuvieron agotada por meses y en discreta preparación. Al teléfono desde Londres, y ya fuera de temporada, la ganadora de un Bafta, la misma que en 2010 encarnó a Narcisa Malfoy, en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, y también a Cherie Blair, la esposa del ex primer ministro británico en The Queen (2006), y quien en enero pasado recibió el Critics Theatre Award por este mismo rol a la Mejor Actriz, cuenta cómo construyó al mítico personaje que, versión tras versión, acaba sin remedio en el escenario con las manos empapadas en la sangre de sus propios hijos.
"Cuando su hombre la deja, Medea hace lo que tiene que hacer: empieza a ser más femenina, su ropa se entalla, se vuelve más elegante. Esa es una elección consciente en ella, pues sabe que para poder vengarse, debe manipular al resto de los hombres", dice McCrory.
Usted ha dicho que, a pesar de ser uno de los papeles que más elogios le ha dado, fue también el más desgastante, ¿por qué?
Creo que para interpretar a Medea, en una versión clásica y que siga cada línea de Eurípides, o hasta en otra más moderna, como esta, una actriz debe entregarse corporal y mentalmente. No es fácil salir al escenario luciendo bella y sensual, sabiendo que el público ya sabe que acabarás asesinando a tus hijos. Creo que mi trabajo estuvo enfocado en revelar las razones de por qué una mujer cometería un crimen como ese.
Después de varios meses de temporada (de julio a septiembre de 2014), y siendo madre de dos hijos, ¿podría llegar a explicar o entender a su personaje?
"Primero que todo, debo aclarar que lo que Medea hace no es un acto de locura. Sí se vuelve un desquicio poder vivir con ello, pero afortunadamente no nos hicimos cargo de eso. Creo que, de una u otra forma, lo que ella hace es olvidar que es madre y amante. Que es mujer, incluso. Eurípides la relaciona constantemente con una serpiente, pero esta Medea, a diferencia de cualquier otra, es más lobo que serpiente: es una astuta cazadora".