Curiosidades. La última película que Hollywood filmó en Cuba fue después de la Revolución y los villanos eran los defensores del derrotado dictador Fulgencio Batista. Protagonizada por Cameron Mitchell, conocido como el tío Buck de El gran chaparral, la cinta Pier 5 Havana era la historia de un americano en busca de su amigo capturado por leales a Batista que pretendían derrocar a Fidel Castro, recién en el poder. Fue estrenada en Estados Unidos en octubre de 1959 y luego, como se sabe, vendría el embargo de Estados Unidos a Cuba.
Han pasado 55 años y un nuevo equipo de Hollywood pisó las calles de La Habana. Lo hizo con un permiso especial del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y con una cláusula que sólo conocen el director y productor Bob Yari y el gobierno de Barack Obama. Es algo secreto, tal vez el precio a pagar por invertir dinero en la isla.
La película se llama Papa y el tema es el único que podría unir a Cuba y Estados Unidos, además del béisbol y los habanos: Ernest Hemingway. Establecido en La Habana entre 1939 y 1960, Hemingway creó algunas de sus obras más destacadas en la isla, posicionándola como el paisaje humano y natural de El viejo y el mar (1952), la novela que precedió su Premio Pulitzer en 1952 y el Nobel en 1954. Cuatro años más tarde, en 1958, El viejo y el mar fue adaptada con éxito al cine por John Sturges, dándole al veterano Spencer Tracy el rol del pescador en la búsqueda casi imposible de un gigantesco pez espada.
El largometraje que acaba de terminar Bob Yari en Cuba también se sitúa en aquel período de fines de los 50, en la tumultuosa Cuba pre-revolucionaria. Es una historia personal y de iniciación, escrita por el periodista y escritor Denne Bart Petitclerc (1929-2006), quien conoció al autor en 1958 e hizo el guión poco antes de morir en el 2006. Luego vinieron los pasos de Bob Yari, el productor que ese mismo año estuvo tras Crash, ganadora de tres premios Oscar. "Esta película nos tomó seis años desde que empezamos a preparar el proyecto. Hemingway está vivo en Cuba: su casa, llamada Finca Vigía, sus libros, su yate Pilar, las localidades de El Morro y Cojimar donde pescaba. No tenía mucho sentido ir a filmar a otra parte", dijo Yari al periódico británico The Guardian, quien con Papa ya va en su segunda cinta como director. Este rodaje se puede inscribir en un lento proceso de acercamiento entre Cuba y EE.UU., que ya tiene el precedente de la inversión de la Fundación Kennedy en los archivos del autor.
El nombre de la cinta se refiere al seudónimo que tenía el autor de Por quién doblan las campanas y también es una seña al motivo que cruza su historia: el de un hombre en busca de una figura a la que arrimarse. El propio Petitclerc, que trabajaba para el Miami Herald en 1958, idolatraba a Hemingway. Contrariado tras leer una reseña donde se decía que la única contribución del narrador a la literatura eran las frases cortas, envió una carta a La Habana. Pocos días después recibió una llamada telefónica del propio Hemingway, que en su mejor estilo conciso le dijo: "Buena carta, muchacho. ¿Te gustaría ir a pescar?". Luego vendría un año de vida entre Estados Unidos y Cuba, con Hemingway como figura paterna de un muchacho que se debatía entre un futuro familiar junto a su novia o una vida arriesgada a la deriva.
La película se rodó en abril contra viento y marea, sorteando inconvenientes como la continua falta de internet en la isla y la deserción a última hora de Sharon Stone, quien amenazó a Yari con una demanda por invitarla a trabajar a un país que no cumpliría con los estándares que ella exigía. Finalmente, la reemplazó la británica Joely Richardson (The Tudors), que interpreta a Mary Hemingway, cuarta esposa del autor.
En el rol del joven reportero, ahora rebautizado como Ed Myers, está el actor Giovanni Ribisi (Avatar) y a cargo de Hemingway se desempeña Adrian Sparks (The west wing), quien con su barba blanca y su gran porte ostenta similares características físicas con Hemingway. Es en esta misma época cuando el narrador le confía al periodista que trabaja en un gran libro con amplias posibilidades de ser una película. Se refiere a Islas a la deriva, que recién será publicado en 1970, nueve años después de su muerte.
Cansado y sobreviviente a duras penas de dos accidentes de avión en Africa, el Hemingway final es una figura triste y en caída libre, presa del alcoholismo, de la depresión y de una paranoia que lo llevó a creer ser el enemigo público número 1 de la CIA. Su último año de vida, saliendo y entrando de Cuba para radicarse definitivamente en Idaho, lo tuvo más tiempo en la clínica psiquiátrica que en su escritorio. Un balazo con su escopeta favorita en el verano de 1961 puso fin a tal calvario. Antes, sin embargo, en los albores de la Revolución Cubana, había vivido una de sus últimas grandes experiencias junto a un chico que podría haber sido su hijo.