El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Henry Paulson tuvo varias charlas con el jefe ejecutivo de Goldman Sachs Group Inc durante la crisis financiera, pero no buscó activamente ayudar al banco que una vez dirigió, dijo el sábado una portavoz de Paulson.
El diario New York Times reportó el sábado registros de más de dos decenas de conversaciones entre Paulson y el presidente ejecutivo de Goldman, Lloyd Blankfein, en la misma semana de septiembre pasado en que quebró el banco Lehman Brothers y se rescató a la aseguradora American International Group muy relacionada con Goldman con fondos públicos.
Goldman fue el mayor beneficiario individual por el rescate de AIG, recibiendo casi US$13.000 millones en pagos de contrapartida que se habrían perdido si la aseguradora quebraba.
La portavoz de Paulson, Michele Davis, confirmó que las conversaciones telefónicas con Blankfein ocurrieron, pero negó que Paulson haya tenido intención alguna de ayudar específicamente a Goldman.
"Sugerir que AIG fue rescatada por el bien de una compañía es tan ridículo como decir que los bomberos apagan un incendio en un rascacielos para proteger sólo a una de las miles de personas en el edificio", dijo Davis en un comunicado.
Goldman ha sido criticado por algunos legisladores y grupos de interés público por sus relaciones dentro del Gobierno, que aparentemente lo ayudaron a pasar tranquilamente una profunda recesión poco después de aceptar US$10.000 millones en dinero de rescate de los contribuyentes y beneficiarse de una serie de programas del Gobierno.
Paulson pidió una exención ética por sus interacciones con Goldman "cuando se hizo evidente que teníamos algunos temas muy significativos con Goldman Sachs", mientras funcionarios temían que Wall Street enfrentaba un colapso total.
El Times dijo que la exención fue otorgada el 17 de septiembre, el día después de que se anunció el rescate de AIG y el día después de que recibió una llamada de Blankfein.
"Luego de la quiebra de Lehman y la compra de Merrill Lynch (por el Bank of America) que evitó su quiebra, funcionarios temieron que la misma crisis de confianza se pudiese propagar a los restantes bancos de inversión, Morgan Stanley y Goldman Sachs", dijo Davis.
"Si Morgan Stanley iba a quebrar, el secretario Paulson y otros reguladores creían que Goldman Sachs, como el último banco de inversión restante, podría quebrar también", agregó.
Si el Gobierno necesitaba intervenir a Goldman, Paulson "necesitaba poder participar activamente para hallar una solución", sostuvo Davis.
Los registros telefónicos del 16 al 21 de septiembre, que el Times dijo obtuvo bajo una solicitud por el Acta de Libertad de Información, muestran que Paulson habló más frecuentemente con Blankfein que con otros ejecutivos de Wall Street durante una semana en la que estuvo al borde del colapso financiero.
En una audiencia congresional del 16 de julio, los legisladores pidieron con molestia a Paulson que explique los cambios en la política de Estados Unidos durante la crisis y dijeron que él tuvo conflictos de interés en las decisiones que involucraban a las firmas de Wall Street.
"Operé muy consistentemente dentro de las guías éticas que tenía", declaró Paulson.