El viernes 15 de septiembre próximo, en la secretaría de la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, el canciller Heraldo Muñoz presentará junto a los agentes Claudio Grossman, Alfonso Silva y María Teresa Infante la dúplica de Chile por la demanda marítima boliviana. Se trata del último documento escrito en este juicio que inició Bolivia en junio de 2013 y que ya está entrando en su fase final. Según algunas estimaciones de las partes, la corte podría fijar en febrero la fecha de los alegatos orales, por lo que el fallo se podría conocer a partir de mediados del 2018. Para el canciller, sin embargo, no está en duda la integridad territorial de Chile.
¿Chile aportó pruebas suficientes para desacreditar la tesis boliviana?
En realidad, la carga de la prueba corresponde al demandante; es decir, a Bolivia, y este país no ha logrado comprobar la existencia de una obligación jurídica. Chile nunca tuvo intención de obligarse jurídicamente al conversar, e incluso negociar, con Bolivia en algunas oportunidades la aspiración marítima boliviana. Como hemos reiterado, lo que se demuestra en más de 100 años de historia entre dos países vecinos es la existencia de diálogos diplomáticos de carácter político que fueron parte consustancial de las complejas relaciones de vecindad, pero no hay en ello ninguna base para crear una obligación jurídica.
¿Bolivia ha modificado su posición frente a la corte, especialmente a partir del fallo del tribunal en el juicio preliminar de competencia, que estableció que este caso no trataba sobre un derecho adquirido de Bolivia a una salida soberana al mar?
Resulta evidente al leer la demanda inicial de Bolivia y luego sus argumentos en los alegatos orales durante la objeción preliminar, que han cambiado su línea argumental. Demandaron un derecho de acceso soberano en términos de cesión territorial y luego terminaron diciendo que estaban dispuestos a alguna modalidad práctica o una zona especial. No puedo ir más allá, de las evidentes contradicciones de la argumentación boliviana, pues no corresponde referirme a los contenidos de la réplica de Bolivia, por respeto a las reglas de la Corte. Sí le puedo señalar que en nuestra dúplica damos una respuesta contundente a todas las afirmaciones de ese país, reiterando que no existe una obligación de negociar por parte de Chile y apuntando a las incoherencias de los planteamientos bolivianos.
¿Existe riesgo de que la corte obligue a Chile a negociar con Bolivia una salida soberana al mar?
Lo primero a subrayar es que el caso con Bolivia no es una controversia limítrofe. Nuestro alegato se sustenta sólidamente en los hechos y en el derecho. La integridad territorial de Chile está garantizada y el Tratado de 1904 que establece el régimen jurídico de la relación entre Bolivia y Chile no está ni estará en cuestión. Sobre la base de estos hechos se ha construido y seguirá construyendo la política internacional de Chile.
¿Cree posible que se pueda llegar a un acuerdo con el gobierno de Evo Morales para encapsular la demanda marítima y el tema del Silala en La Haya y mantener a largo plazo una agenda de cooperación en todos los demás temas?
Después del caso de los carabineros detenidos, el gobierno de Chile aprovechó de insistir en realizar el Comité de Fronteras que Bolivia venía rechazando desde que le propusimos realizarlo por notas desde 2012. Finalmente, debido a nuestra insistencia, se pudo realizar el 25 de julio en Santa Cruz de la Sierra, y fue muy positivo. En la medida que exista la disposición de Bolivia, Chile va a seguir conversando sobre estos temas técnicos que van en beneficio de los ciudadanos de ambos estados. Los casos pendientes en la Corte Internacional de Justicia seguirán el procedimiento previsto. Hemos leído que el gobierno boliviano desearía conversar sobre el caso del río Silala, seguramente porque se dan cuenta de la fortaleza de nuestra demanda, pero no hay ninguna novedad al respecto.
¿Hay un giro de las autoridades bolivianas de pasar de los insultos y declaraciones hostiles a una actitud más dialogante con Chile o se trata, a su juicio, solo de una estrategia coyuntural?
Creo que la realización del Comité de Fronteras y sus resultados positivos han puesto al gobierno de Evo Morales en una posición incómoda para seguir con los insultos. Pero hay desarrollos innegables, que el gobierno boliviano prefiere ignorar y que se expresan en una integración silenciosa entre los dos países, con crecientes inversiones chilenas en Bolivia, inmigrantes bolivianos que hacen de Chile su segundo hogar, becas para estudiantes bolivianos, una línea aérea boliviana operando vuelos a Chile desde hace un par de meses y cooperación chilena a Bolivia en el ámbito médico. Eso es lo que nos gustaría destacar.