En su casa en Santiago, el canciller Heraldo Muñoz siguió los resultados de la elección norteamericana. Tenía que embarcarse a Lima de madrugada, por lo que vio por televisión casi todo el curso de los acontecimientos. Antes de subir al avión, reaccionó a la consagración de Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos.
Se mostró "sorprendido", habló de "incertidumbre y preocupación" y de "salvaguardar nuestros intereses" ante la amenaza de que Trump ponga en cuestión tratados comerciales que pueden ser importantes para Chile, tal como advirtió durante la campaña. Ya en Lima, donde ayer tuvo una intensa agenda de trabajo, el canciller se sitúa en la perspectiva de que hay que pensar en el interés nacional. De ahora en adelante, dice, habrá que entenderse con quien fue elegido democráticamente en Estados Unidos.
¿Cree que los políticos chilenos van a tener que moderar sus discursos respecto del ahora presidente electo de Estados Unidos? Transversalmente, durante toda la campaña, desde todos los sectores, fueron muy críticos con él.
Es importante siempre pensar en el interés nacional y, como consecuencia, Chile y sus autoridades tendrán que entenderse con el presidente elegido democráticamente por los estadounidenses. Ahora bien, durante una campaña se dicen cosas que quizás, en definitiva, cuando se ocupa un cargo, no se implementan. Habrá que ver y esperar, pero creo que las respuestas de muchos políticos era a un discurso de Trump que evidentemente no estaba en consonancia con las opiniones consensuales que existen en Chile.
El discurso que realizó Trump la madrugada del miércoles, tras conocerse los resultados finales, fue, de hecho, en un tono mucho más conciliador. ¿Cambiará Trump siendo presidente?
Efectivamente, el discurso anoche, cuando él es declarado triunfador, es bastante más conciliador. De hecho, hay un reconocimiento a la propia Hillary Clinton, así que esperemos que esa señal continúe.
Usted dijo a primera hora que le preocupaba el futuro de los acuerdos de libre comercio, entre ellos el TPP...
Hay medidas ejecutivas que el presidente de Estados Unidos puede tomar en relación a materias como el comercio, incluso regulación financiera, inmigración, pero hay otras que requieren la aprobación parlamentaria y, por lo tanto, él tendrá que negociar, pese a que tiene mayoría republicana en ambas cámaras. De modo que, está por verse, en primer lugar, cuáles van a ser sus prioridades y, en segundo lugar, si para lo que él desea realizar será necesario que cuente con el apoyo del Congreso. Pero hay un ámbito de medidas ejecutivas que él podría adoptar sin necesidad de acuerdo, pero esas, insisto, están limitadas a un conjunto de materias y no a todas sobre las que él ha hablado. Estados Unidos tiene un sistema de checks and balances, de control y equilibrio que hace que no le sea totalmente fácil a un presidente el implementar toda su agenda sin concordarla con el Congreso y sujeta también a una opinión pública muy vigorosa como hemos visto.
Chile tiene que comenzar la tramitación del TPP en el Parlamento. ¿Cómo puede afectar este nuevo escenario a dicho proceso?
Lo que dijimos fue que su ingreso se evaluaría en función de la agenda legislativa de nuestro país. Lo que hay que esperar ahora es lo que hará el Presidente Barack Obama, porque él ha dicho que ingresará el TPP al Congreso norteamericano durante este período que va desde ahora tras la elección y hasta fines de diciembre, es decir, con el antiguo Congreso. Y nos han expresado que tendrían los votos para aprobarlo. Eso está por verse, tendrán que hacer una evaluación de todos estos elementos, tanto de la agenda legislativa en Chile como lo que haga el Presidente Obama en lo que resta de su mandato. De hecho, él será Presidente hasta el 20 de enero, pero para aprobar una legislación, tiene en realidad hasta la Navidad, es decir, es un período acotado. Pero la intención que él ha manifestado públicamente es ingresar el TPP a tramitación ante el Congreso norteamericano.
¿Cómo permeará en América Latina el discurso nacionalista y antilatino de Trump?
Habrá que ver, en definitiva, cuáles son las políticas concretas que implementa la administración Trump. Por supuesto que pueden afectar distintos ámbitos, desde el comercio, la inmigración, las relaciones con Cuba, pero no hay que anticiparse, hay que esperar qué hace el Presidente Trump y no solo lo que dice o lo que dijo durante la campaña, así que yo no me anticiparía. Por lo menos desde el punto de vista de Chile, hemos sido un socio confiable de Estados Unidos y habrá que ver si se sigue por el mismo camino. Nuestras políticas están claras, pero veremos qué pasa con este nuevo gobierno. Entre tanto, hay que estar abiertos al entendimiento con esta nueva administración, es la realidad. Es lo que los norteamericanos han elegido, y veremos cómo evoluciona este proceso.
¿En el gobierno existe claridad de los vínculos que puede tener Trump con Chile? Se lo pregunto, porque los lazos de Hillary Clinton, particularmente con la centroizquierda, eran muy fuertes...
Evidentemente que él tiene vínculos mucho menos intensos de los que tenía Hillary Clinton. Lo que él tiene son inversiones en América Latina. De hecho, yo acabo de estar en Uruguay para firmar nuestro acuerdo de libre comercio y cuando fuimos a Montevideo con el canciller pasamos frente a un hotel de Trump, de modo que fuera de los contactos empresariales para las inversiones de él, tiene una relación políticamente muy diferente a la que tiene Hillary Clinton.