El domingo en la tarde, los presidentes de Chile y Argentina dieron uno de los pasos más importantes del último tiempo en materia de integración regional al convocar a una cita conjunta entre los cancilleres y ministros de comercio de los países que son parte de la Alianza del Pacífico y del Mercosur.
Pocas horas antes que Michelle Bachelet y Mauricio Macri oficializaran este anuncio, el canciller Heraldo Muñoz y su par argentina, Susana Malcorra, se reunieron en el aeropuerto de Santiago para zanjar los últimos detalles de la declaración. Ambos secretarios de Estado comenzaron a trabajar en los detalles de esta convocatoria a fines del año pasado en Buenos Aires, en medio de la realización del gabinete ministerial binacional entre los dos países.
El canciller Muñoz plantea que un encuentro de estas características es "más trascendente que nunca", debido -recalca- al "escenario de incertidumbre y a las presiones proteccionistas y nacionalistas que se observan en diversos países". Y agrega que esta no es una cita en contra de Estados Unidos, junto con plantear que es necesario conocer la política del Presidente Donald Trump y estar disponibles a un "entendimiento pragmático".
Desde la llegada de la Presidenta Michelle Bachelet al poder que el gobierno chileno ha insistido en la necesidad de acercar a los dos principales bloques de la región: la Alianza del Pacífico y el Mercosur. En estos tres años de gobierno, ¿cree que se han conseguido avances contundentes en esta línea?
Claro que sí. Han habido avances importantes. En primer lugar, dejamos atrás una percepción de antagonismo que existía entre los dos bloques. Dijimos desde un inicio que si bien ambos esquemas de integración son distintos, era posible avanzar en un diálogo productivo bajo el concepto de "convergencia en la diversidad". Eso ya se instaló, y generamos una interacción virtuosa Atlántico-Pacífico que corresponde a la realidad y a los intereses de Chile. Entretanto, se han realizado reuniones de trabajo AP (Alianza del Pacífico)-Mercosur, incluyendo una el año pasado en Lima a nivel de viceministros, y estamos cerca de concordar un plan de acción entre ambos bloques económicos.
Tras la cita de ministros de Argentina y Chile surgió la idea, por parte de usted y su par trasandina, de realizar un encuentro de cancilleres de la Alianza del Pacífico y del Mercosur. ¿Cree que un encuentro de esta envergadura es hoy mucho más necesario considerando el escenario internacional actual?
Creo que una cumbre ministerial Alianza del Pacífico-Mercosur es más trascendente que nunca, dado el escenario de incertidumbre y las presiones proteccionistas y nacionalistas que se observan en diversos países. América Latina debe ser una voz potente en favor de la apertura al mundo, de la integración, de los encadenamientos productivos, de los puentes, y por eso se hace tan significativo este encuentro que Chile y Argentina nos hemos propuesto realizar a la brevedad posible.
¿Cuáles son los factores que hoy influyen en la necesidad de aunar fuerzas entre estos dos bloques de países latinoamericanos?
Diría que entre los factores motivantes está el escenario económico internacional incierto, aunado al hecho de que el comercio mundial permanece estancado y que el comercio intralatinoamericano está lejos de su potencial. Y hay acciones concretas que podemos hacer mejor juntos en vez de por separado. Por ejemplo: facilitación de comercio, ventanillas electrónicas únicas, promoción de la internacionalización de las pymes, cooperación aduanera, movilidad de personas.
¿Cree que la irrupción de Trump en la política mundial como Presidente de Estados Unidos puede ayudar a que se genere una cercanía mucho mayor en todo Latinoamérica?
Mire, la aspiración por una mayor cercanía latinoamericana es muy anterior a la administración Trump. De hecho, la idea de una cumbre ministerial Alianza del Pacífico-Mercosur antecede la inauguración de la nueva administración en EE.UU.
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Foto: Juan Farias / La Tercera[/caption]
¿Cuál cree usted que debe ser la actitud de la región frente a Trump?
Falta mucho por conocer de la política del Presidente Trump hacia América Latina. Hay apenas esbozos. Y habrá que esperar a ver cómo se desenvuelven las acciones anunciadas por la administración y estar disponibles para un entendimiento pragmático. Claro, hay valores y principios que son fundamentales para los países de la región que habrá que salvaguardar, con serena firmeza.
La decisión de Chile y Argentina de convocar a los cancilleres de la Alianza del Pacífico y del Mercosur puede ser interpretada como una "declaración de confrontación" hacia Estados Unidos.
No veo por qué. La reunión AP-Mercosur no se hará en contra de ningún país, sino a favor de más comercio e integración regional. De hecho, en otro evento de alto nivel que hemos convocado -a nombre de la Alianza del Pacífico, en Viña el 14 y 15 de marzo- para discutir con los países de la región Asia-Pacífico el nuevo escenario comercial internacional, hemos invitado a las autoridades de la administración de Trump. Sería interesante escuchar en detalle sus planteamientos e intercambiar ideas.
México ha sido centro de los ataques por parte del nuevo Presidente de Estados Unidos. De hecho, ya anunció que cumplirá su compromiso de campaña de construir un muro en la frontera entre ambos países. ¿Considera necesario que todo Latinoamérica tome una postura común frente a esto?
Me parece que toda América Latina está en contra de cualquier medida que tienda a separar o a discriminar.
¿Chile ha tenido contacto con las autoridades mexicanas para informarse respecto de lo que está pasando?
Así es, he tenido contacto directo con autoridades mexicanas. Esas mismas autoridades han expresado claramente sus propias posturas, sin perjuicio del diálogo y respeto que se deben dos países vecinos y fuertemente interdependientes.
¿Cuáles son los efectos directos que usted estima que puede sufrir nuestro país respecto de la relación con Estados Unidos? Le pregunto principalmente sobre las visas y las relaciones económicas.
La relación entre EE.UU. y Chile ha sido muy constructiva desde hace tiempo. El comercio bilateral se ha triplicado desde que entró en vigencia el TLC hace 12 años. Para EE.UU. Chile representa un importante destino de sus exportaciones a la región, sumando 15 mil millones de dólares en 2015, más de lo que exporta a grandes mercados como Italia, Rusia o España. Y Chile, a su vez, exporta muchos bienes y servicios a EE.UU. exentos de aranceles, además de tener en EE.UU. a nuestro principal socio inversor. Los vínculos son beneficiosos para ambas partes, y no veo razón para que esto cambie. Tampoco visualizo un cambio en el Visa-Waiver, puesto que la tasa de rechazo nunca ha superado el 1%, y ya son más de 330 mil pasajeros chilenos que han ingresado a EE.UU. bajo este programa.