El Ayuntamiento de la ciudad italiana de Turín elevó hoy a 1.527 los heridos, tres de ellos en extrema gravedad, como consecuencia de una estampida por una falsa alarma que sembró el pánico entre los aficionados que veían la final de la Liga de Campeones entre el Juventus y el Real Madrid.
El consistorio explicó en un comunicado que las condiciones de salud de tres personas son muy graves, entre ellas se encuentra un niño que está ingresado en el hospital turinés "Regina Margherita".
La hermana del menor contó a los medios cómo el chico de siete años quedó atrapado bajo las personas que trataban de salir de la plaza y cómo fue salvado gracias a un "joven musculoso que le llevó a una zona segura".
El niño fue entonces atendido durante unos 15 minutos por los equipos médicos que se encontraban en la plaza y posteriormente fue trasladado al hospital turinés, donde permanece ingresado con pronóstico reservado.
El menor sufre traumatismos torácicos y craneales, mientras que otra de las tres personas muy graves es una joven que presenta también traumatismos torácicos, según las informaciones locales.
La nota del ayuntamiento de Turín apunta a que de los 1.500 heridos leves, 1.142 han sido atendidos en hospitales de Turín mientras que el resto tuvo que desplazarse a centros sanitarios cercanos para recibir asistencia médica.
La alcaldesa de Turín, Chiara Appendino (Movimiento Cinco Estrellas), señaló que las autoridades italianas trabajan para esclarecer lo sucedido y resumió el episodio como "una masa de gente, presa del pánico y de la histeria por temer que se trataba de un atentado terrorista" que trató de huir de la plaza lo más rápidamente posible.
"Los heridos más graves deben sus daños fundamentalmente a contusiones provocadas por esta huida masiva", detalló.
"El pánico es difícilmente gobernable", apuntó por su parte el prefecto de Turín, Renato Saccone, quien al mismo tiempo destacó que los dispositivos de seguridad policial antiterroristas funcionaron.
El suceso se produjo pasadas las 22.15 locales cuando los aficionados que se encontraban en la Plaza San Carlo de Turín comenzaron a marcharse rápidamente y terminaron impactando en masa contra las barreras de contención.
El origen pudo ser la caída de una barandilla de una escalera de acceso a un aparcamiento subterráneo, aunque algunos testigos aseguran haber escuchado la explosión de un petardo que provocó un gran ruido y desató el pánico.
Las fuerzas de seguridad y los bomberos trataron de inmediato de devolver la calma a una plaza en la que miles de aficionados se habían reunido para ver el final del encuentro de Cardiff, en el que el Real Madrid se impuso por 4-1 al Juventus y conquistó su duodécima Copa de Europa.