El gol anotado en el minuto 95 por Meteb Abutreika para Egipto ante Argelia, desató un sin fin de polémicas. Si al tanto sobre la hora, que dejó a ambos equipos igualados en puntos y en diferencia de goles, forzando una definición, se suma que el bus argelino había sido apedreado antes del partido, se entiende que el ánimo no es de lo mejores.

Tras el agónico triunfo de los locales, la policía actúo para garantizar la seguridad de los argelinos y se enfrentó con los hinchas que invadían la cancha, lo que dejó un saldó de diez heridos, siete de los cuales debieron ser hospitalizados. La embajada argelina también fue protegida ya que las celebraciones se extendieron hasta altas horas. Según el diario egipcio "Al Masry al Yom", al final de la jornada al menos 50 autos quedaron destrozados producto de los festejos.

Por su parte, en Argelia la gente también salió a las calles a protestar por un partido que ya antes de jugarse tenía un ambiente de tensión. Esto, luego de que el bus argelino fuera apedreado a su llegada a El Cairo el pasado jueves. El incidente dejó a cuatro jugadores heridos, aunque la prensa egipcia acusó un montaje por parte de los visitantes.

La situación molestó a la Federación Argelina, que ya solicitó a Egipto que le devuelva los 34.000 dólares que pagó por alojarse en El Cairo y los 6.000 por entrar al país, en compensación por el "mal trato" recibido, señala esta mañana el medio egipcio.

Así, la definición a jugarse este miércoles en Sudán estará cargada de tensión, pues de ella sadrá el último representante de Africa y al único del mundo árabe en el Mundial de Sudáfrica 2010.