Profundamente afectada se mostró la hermana de Eugenia Riffo, la educadora de párvulos detenida tras la muerte del pequeño Borja López, quien falleció el martes pasado, tras quedar encerrado en su vehículo durante cuarto horas.
María Graciela Riffo, señaló en conversación con radio Cooperativa que su hermana realizaba el servicio de transporte de menores al jardín infantil Mandarino, en la comuna de Huechuraba, como una alternativa para incrementar su remuneración, y que siempre fue "tremendamente responsable, dedicada, de mucho amor a su profesión".
Al ser consultada sobre una posible explicación de lo ocurrido, luego que su hermana olvidara al niño al interior del auto, Riffo sostuvo que "nadie planifica un accidente".
"Ha sido algo para nosotros como familia, devastador, de mucha tristeza. Mi hermana está deshecha, tremendamente triste (...) me dijo que si ella pudiera cambiar su vida por la de él, lo habría hecho".
En un mensaje a la familia de Borja, la hermana de la educadora sostuvo que "es difícil poder perdonar. Sólo el tiempo va a ir curando en alguna medida, el poder ponerse en el lugar del otro" porque en este momento "es imposible poder pedir en esta familia que pueda entender la otra parte. Con su dolor es difícil poder ver más allá".
Hoy la Corte de Apelaciones de Santiago decidirá si Eugenia Riffo, quien llevaba alrededor de 5 años trabajando en el jardín, continuará en prisión preventiva, internada en la enfermería del Centro Penitenciario Femenino.