El hermano de Madeleine McCann, la niña británica de tres años desaparecida en mayo de 2007 en Portugal, preguntó a su madre por su responsabilidad en el caso tras escuchar detalles del mismo en la radio.
Kate McCann lo explicó este martes en Lisboa durante su declaración en el juicio contra el ex inspector de policía portugués Gonçalo Amaral, quien investigó la desaparición de la niña y al que los padres denunciaron por difamación y le exigen una indemnización de 1,2 millones de euros.
El inspector, que coordinó la primera investigación sobre la desaparición, mantiene que Madeleine murió en el apartamento de la familia en el Algarve y que Kate y su marido Gerry simularon su secuestro y posteriormente escondieron el cuerpo.
"El señor Amaral dijo que tu escondiste a Madeleine", le preguntó Sean, hermano de Madeleine, a su madre. La mujer le contestó que el inspector dijo "un montón de tonterías" sobre las circunstancias de la desaparición de la niña. Sean y su hermana gemela Amelie tenían dos años cuando sucedieron los hechos.
Por otro lado, los padres de Madeleine McCann defendieron hoy ante el juez que el libro escrito por Amaral, atentó contra su honor y perjudicó, las posibilidades de encontrar a la menor desaparecida.
Así lo explicó, en declaraciones a Efe, la abogada que representa al matrimonio británico, Isabel Duarte, quien avanzó que el juicio que se celebra en los tribunales lisboetas no se retomará "probablemente" hasta dentro de varios meses, momento ya de escuchar las alegaciones finales.
El magistrado se encuentra a la espera de recibir un informe, por parte de la Autoridad Tributaria portuguesa, para cuantificar los ingresos que generó la obra del expolicía Amaral y el documental emitido en televisión basado en su tesis.
En el libro "Maddy, la verdad de la mentira", Amaral sugiere la implicación del matrimonio en la desaparición de su hija, ocurrida en mayo de 2007 en un complejo vacacional de la turística región del Algarve, en el sur de Portugal, días antes de que la niña cumpliera 4 años.
"Los padres se centran en el hecho de que la publicación del libro se produjo en un momento -2008- en que todavía era posible que algunas personas aportasen pistas sobre el caso", subrayó la abogada de la pareja británica.
La letrada insistió en que las sospechas que recoge la obra sobre la participación de los progenitores y sobre el posible fallecimiento de la menor pudieron retraer a algún testigo a la hora de colaborar con la investigación.
"El contenido del libro tuvo un impacto y dañó la vida de la familia, pero también la búsqueda de Madeleine", recalcó.
La declaración hoy de los padres en el Tribunal Civil de Lisboa estaba prevista inicialmente para el pasado 16 de junio, pero el juez decidió aplazar la sesión, debido a que Amaral optó por prescindir de su abogado.
Su nuevo letrado resaltó, en declaraciones a los periodistas, que su defendido es víctima de "una persecución" y recordó que la obra se limita a recopilar las conclusiones de una investigación policial, por lo que "no se justifica este intento de destrucción social" de su cliente.
En el libro, que vio la luz tras el cierre del caso en 2008 y que estuvo acompañado de la emisión de un documental televisivo en la cadena TVI, el exinspector defiende la tesis de que los progenitores de Madeleine están implicados en su desaparición.
Los McCann fueron oficialmente considerados sospechosos por los agentes portugueses, debido al hallazgo de rastros biológicos de la pequeña en sus efectos personales y en un automóvil alquilado tras la desaparición.
Sin embargo, la Justicia portuguesa acabó por exculpar al matrimonio, después de que los análisis de las muestras que les incriminaban, realizados en el Reino Unido, no se consideraran concluyentes.
Los padres de Madeleine aseguran que la dejaron durmiendo junto a sus dos hermanos mientras cenaban con unos amigos en el mismo complejo turístico y que, a su regreso, la niña ya no se encontraba en la habitación.
Gerry y Kate McCann han defendido durante estos años que su hija sigue viva y fue víctima de un secuestro.
La venta de la obra de Amaral fue suspendida de manera cautelar en 2009 tras la denuncia de los McCann, aunque el Tribunal de Apelación consideró los argumentos del recurso presentado por el expolicía y levantó la prohibición un año después.
El proceso judicial en Portugal discurre de forma paralela a las líneas de investigación que siguen tanto la policía británica como la lusa, ya que ambas lo consideran un caso abierto.
De hecho, la semana pasada agentes de Scotland Yard se desplazaron hasta Portugal para presenciar los interrogatorios a varios sospechosos y testigos.