A un lado, Leonardo Véliz, 71 años, el entrenador de la mejor selección chilena sub 17 de la historia (bronce en el Mundial de Japón 93). Al otro, Hernán Caputto, 42, argentino, el seleccionador de la actual Baby Roja, que el jueves inicia el Sudamericano de la categoría, con sede en Rancagua y Talca. Una conversación de fútbol entre dos técnicos que, separados por el tiempo, se encontraron ante el mismo desafío: gestionar futuro, dirigir jugadores en edad de proyecto defendiendo la ilusión de un páis. Pregunta el que ya lo vivió.
Leonardo Véliz: ¿Con qué medios ha contado en la preparación?
Hernán Caputto: Lo que pedimos, se nos dio. Fue bueno tener la realidad de jugar ante los equipos que nos vamos a enfrentar, en vez de hacer un esfuerzo de hacer gira por Europa. Nos dieron todos los medios en cuanto a infraestructura. Y los clubes también apoyaron. Hablamos mucho con los entrenadores de los chicos, que los ven día a día. Tenemos gente en provincia también viendo a futbolistas. Siempre dicen que a los de provincias no los llamamos. Pero en realidad, hicimos una estadística: entre los 15 y 17 años, la mayoría de los jugadores que traen los equipos de Santiago son de provincias. Ya fueron captados por UC, la U y Colo-Colo, pero siguen siendo de provincias.
LV: Lo mismo me pasó a mí. Hay que romper el mito de que a los jugadores de provincias no los toman en cuenta. Es parte de descentralizar el tema. Y ahí viene un concepto de que en las grandes capitales no salen futbolistas buenos porque hay muchas tentaciones. ¿Qué privilegió para hacer la lista?
HC: Lo que pregonamos siempre: el equipo está por sobre cualquier individualidad. Siempre. Hay jugadores que representan lo que uno quiere personalmente, el buen trato del balón, y está el comprometerse con y sin balón. Hoy hay buenos jugadores en el aspecto ofensivo pero con poco compromiso en lo defensivo. Privilegiamos las dos cosas.
LV: ¿Dices que a esta edad todos quieren jugar pero nadie correr?
HC: No digo completamente eso. Entiendo que el fútbol cambió mucho, y que debe haber un compromiso en el aspecto defensivo que antiguamente era menos. El fútbol se ha puesto muy físico. Pero yo traté de cerrar la lista con jugadores de un compromiso total a la hora de jugar y también de defender. En estos torneos el compromiso es fundamental. Existen muchas transiciones rápidas, con tres o cuatro toques ya estás en el otro arco. Entonces, si cuando pierdo el balón no me comprometo a recuperarlo inmediatamente, estoy complicado.
LV: Vi eso ante Venezuela. Cuando se perdía el balón, lo recuperaban rápidamente.
HC: Sí, eso lo tratamos de pregonar. En esos partidos pudimos jugar a ratos buen fútbol. Estando en casa, debemos generar protagonismo con ciertos rivales, salir a buscarlos desde el primer minuto. Debemos tener esa responsabilidad. Defender a un país no es jugar con un club. No hay nada más importante. A pesar de que digan que su sueño es jugar en el Barcelona. Mentira. Nada es más importante que jugar por tu selección. Eso se lo hacemos ver en cada momento. Intentamos decirles que al perder el balón me están sacando un pedacito mío. Independiente de eso, debemos imponer nuestro juego o intentarlo desde un inicio. Son jóvenes, hay que endosarles responsabilidades de juego.
LV: ¿Esta selección está preparada para competir y no sólo participar?
HC: Siento que sí.
LV: Existen dos aspectos, fuerza futbolística y ser dueños de casa.
HC: Debemos ir paso a paso. Equilibrio es una palabra de la que hablamos mucho con los jugadores en todo sentido. El equilibrio de ganar y saber que después viene otro partido igual de importante. Ganar camufla situaciones que son muy importantes y uno las deja de lado por el solo hecho de ganar. Tratamos de que no pase. Los jugadores tienen muy claro que debemos tener humildad. La humildad está por sobre todo.
LV: ¿Están conscientes de la presión que tienen?
HC: Sí, se lo hacemos ver como una motivación. Saben que van a jugar a campo lleno. Siento que lo van a sentir a favor. Son jóvenes. Estamos en un hotel en un barrio residencial, tranquilos. Me acuerdo mucho de lo que usted me dijo de buscar tranquilidad y silencio. Después de la charla que usted hizo con los chicos, muchos me comentaban una historia que contó: se cambiaron a una casa donde no habían implementos domésticos, ustedes se cocinaban. Y eso al final se traspasa en el campo. Si fuera te comportas con disciplina y orden, no hay duda que pasará en la cancha.
LV:Todo este proceso que los chicos han pasado es un privilegio y lo tienen que valorar. Yo les contaba que por debajo entraban lagartijas y era verdad; y que tenían cama de paja, también era verdad.
HC: Los jóvenes se dan cuenta poco del esfuerzo de los grandes, de todo lo que hay detrás. Y eso se lo queremos hacer ver. Hay un tema que venimos haciendo hace cinco a seis meses: quitarle los celulares a la noche porque privilegiamos el descanso. Y ya se hizo hábito. De hecho, ayer un jugador antes de que nosotros pasáramos retirando los celulares, vino a dejarlo y dijo: "Profe, ya me estoy quedando dormido". En realidad, eso es lo que uno quiere, crear consciencia. Más allá de quitarle el celular es que se den cuenta de que ahora van a vivir algo privilegiado. Van a venir días de mucho cansancio mental y físico y es necesario tener tranquilidad. Ayer llegó el bus y todos ayudaban a bajar los bolsos. Nos hacen sentir que las cosas se van haciendo bien. Nadie se queda parado, todos ayudan.
LV:¿Qué pretende lograr en este torneo?
HC: Ésta es una selección que tuvo un mal Sudamericano Sub 15. Salió última con 0 puntos. Y hay jugadores que tienen condiciones.
LV: ¿Cuántos chicos quedaron de esa selección?
HC: Nueve, es parte del proceso.
LV: Yo para el Sudamericano Sub 20 llevé nueve jugadores de la Sub 17, pero era parte del proceso.
HC: Sí, por eso no es descartable. Esta gente ya tuvo posibilidades. Otros que se lesionaron y quienes en esta edad hacen el sube y baja y no siguen. Pero siento que estos jugadores están para entregar mucho más que en ese Sudamericano. Yo siempre les pido que representen al país de la mejor manera. Yo les habló mucho de lo que significa Bernardo O'Higgins. Les hablé del lugar donde estaremos situados. Yo investigué un poco de historia y busco que ellos se empapen de eso y que entiendan lo que significa esto. Mi objetivo es que el equipo sea protagonista y que demostremos que seremos un equipo difícil.
LV: ¿Es ésa la propuesta futbolística que tienen?
HC: Queremos representar al país de la mejor manera. ¿Cómo? Siendo protagonista y un equipo en todo sentido: cuando tengan el balón, todos se muestran para pedirlo; si no lo tenemos, todos se comprometen a recuperarlo. Después, lógicamente, hay sistemas de juego y maneras de jugar. Nos gusta mucho que desdoblen nuestros laterales.
LV:¿Qué sistema ha probado?
HC: Generalmente, un 1-4-3-3 y un 1- 4-3-2-1. Más allá del sistema, tenemos una organización defensiva y ofensiva. El joven, a veces, cuando pierde el balón, se desordena. Yo les doy el ejemplo si es que llueve. ¿Dónde nos vamos? Nos refugiamos debajo del techo. Si el equipo rival está teniendo el balón y creando situaciones, nosotros nos organizamos dentro de nuestra estructura defensiva para tener tranquilidad y volver a tenerlo y jugar. En este tipo de torneos se juega diferente, existen transiciones muy rápidas. Tenemos jugadores rápidos y potentes y eso es importante. Y nos ocupamos bastante de los balones detenidos.
LV:Con el plus de tener dos centrales con muy buen juego aéreo.
HC: Sí, es importante. Los últimos dos partidos los centrales hicieron goles de balón detenido. Siento que por momentos tuvimos demasiado buen trato de balón. Tener por más tiempo la posesión del balón no hará bien. Después del cuarto o quinto pase, el equipo debe conseguir profundidad y eso lo generamos con jugadores por fuera que son rápidos.
LV: ¿Qué sueños tienen los jugadores en la interna?
HC: Siempre les digo que el primer objetivo es Bolivia y el segundo es Colombia. No pienso en adelante por más que todos pensemos más adelante. Si hablas del cuarto partido si todavía no jugaste el primero, el jugador joven tiende a perder la concentración de lo más importante. Están empapados de lo que lograron ustedes en 1993 porque quedaron en la historia para siempre. Ustedes generaron que la gente se despertara a las cinco o seis de la mañana. Los chicos anhelan cosas parecidas. Tienen ganas de sentir cosas parecidas. Pero nosotros les decimos que ganar no es ponerse la camiseta, sino que tiene una forma. Estamos trabajando también el tema de que se expresen bien. Que se relacionen bien con lo público. El jugador de fútbol es más que uno que pisa la cancha. Es cuando te hacen una entrevista, saber entender el juego. Saber que si me preguntan por qué gané o perdí, tener una respuesta. Que ellos sepan cuando tengan que expresarse. De qué manera jugué. Buscamos que el jugador atraiga gente también por su disciplina, por su manera de comportarse y que sean agradecidos de lo que viven.
LV: En nuestros años no existía esto de la generación millennial que quiere todo hacerlo rápido y una recompensa instantánea. Los Neira, por ejemplo, lo único que querían era tener una posibilidad para entrenar con el primer equipo.
HC: Me ha sorprendido lo aterrizado que son los jugadores en ciertos temas. En sus valores humanos, en su carácter, en su manera de afrontar este tipo de desafíos.
LV: "Sólo puede haber libertad si antes se ha enseñado dónde están los límites". Una frase de Louis Van Gaal. ¿Dentro de la cancha, tienes algún jugador que desconozca los límites, que sea un crack como pasó con la Sub 20 con Jeisson Vargas? Nunca entró en el plano del equipo pero era el jugador diferente. ¿En esta Sub 17 tienes alguno?
HC: Cuando comenzamos el proceso pregonamos que nadie es más importante al equipo. En nada, ni en la cinta de capitán. Todos tienen los mismos derechos y deben hacer las mismas cosas. Por más que tengamos jugadores que resuelvan mejor ciertas situaciones deben tener la capacidad de cortar línea de balones aunque no sean robadores. Tú tienes la capacidad de pararte y sólo con eso, ya puedes cortar línea de pase y ayudas a la parte defensiva. Uno lo compromete como entrenador. Hay jugadores que tienen ciertas virtudes de líder dentro del campo. Nosotros se la hacemos ver, pero lo comprometemos igual que a los demás. En estas edades, si le distorsionamos cuál es su grado de liderazgo, puede ser perjudicial.
LV: ¿Hay líder en este equipo?
HC: Sí, hay líderes positivos. Y es más, que no están dentro de la cancha. Eso me motiva más.
LV: Yo le encontré un líder futbolísticamente que sin hablar, sólo por sus acciones, es contagiable: Martín Lara.
HC: Martín es un volante central de la UC con unas cualidades envidiables. Tiene gran recuperación de balón y de contagio de presión alta y ofensiva grandiosa.
LV: Uno de los principales ripios de nuestros futbolistas ha sido la baja autoestima. Pero el país se ha desarrollado para bien con las Copas América ganadas. Eso hace sacar pecho. ¿Estos chicos tienen autoestima alta como para decir 'aquí estamos nosotros'?
HC: Es como cuando uno es hincha de un club que sale campeón siempre: uno nace y crece con eso. Estos jóvenes están creciendo con una selección adulta que logró lo que no habían conseguido antes. Tratamos de traspasársela. Y que se empapen de sus antecesores. Por eso le agradezco la experiencia transmitida por usted. También tuvimos la posibilidad de hablar con José Sulantay, Héctor Pinto y Vladimir Bigorra. A veces uno no se atreve a ir a golpear la puerta de gente que tiene experiencia y preguntarle: "¿cómo lo lograron?". Y eso a mí me gusta. Saber cómo lo hizo y de qué manera.
LV: En los años 90 a 95, recorrí el país buscando jugadores en provincias. La brecha era muy grande con Santiago. La generación del 93 tenía un 90 por ciento de jugadores de Santiago que estaban en los equipos grandes. ¿Por qué? Porque la mayoría venía de escuelas de fútbol, instruidos por cuerpos multidisciplinarios de equipos que tienen recursos y no así en provincias ,donde había ripios técnicos. Yo hablo de la fase del perfeccionamiento entre 16-17 años pisando la maduración. Luego 18-19 ya deben estar compitiendo en el alto rendimiento. Yo percibo una lentitud en estas etapas. ¿Tú cómo lo ves?
HC: Sin duda, ha mejorado la infraestructura de los clubes que trabajan a la par de lo que vio usted.
LV: ¿Existe mayor conocimiento por parte de los técnicos?
HC: Sí, existe mayor conocimiento, infraestructura y eso ayuda muchísimo. Pero todavía tenemos ciertas carencias que debemos mejorar. Este proyecto de selecciones juveniles lleva un año y va en base a entenderse con los entrenadores y sus clubes. Generarles sugerencias para trabajar. El proyecto es bastante ambicioso, generar trabajos específicos como golpear el balón, el control orientado o el cabezazo. Son diferentes cosas que siempre se deben mejorar. Es bueno que el torneo haya ido mejorando y que este año vuelva a ser norte, centro y sur. Debemos seguir evolucionando y capacitando entrenadores. Seguir generando crecimiento para entregarles mayores herramientas a los jugadores. Hoy el jugador te pide más que antes. Te demanda más. Si tú le generas algún trabajo y quedan con ciertas dudas se meten a YouTube y al día siguiente te preguntan y uno debe tener respuestas. Si el jugador te pide más, uno debe tener más herramientas para entregarle, pero sin dejar de lado que estamos formando además de jugadores, personas. Ése es un tema en el que nos confundimos.
LV: ¿Cuáles crees que son los ripios colectivos hoy?
HC: La ansiedad. A esta edad, debemos controlar eso. Hacerles entender que el partido puede durar 95 minutos y hay que jugarlo. Hemos trabajado muchas instancias.
LV: ¿Tienen psicólogos?
HC: Sí, con Felipe. Siento que el tema social y psicológico es importante, más sabiendo que íbamos a jugar en Chile. Hemos sacado algunas cosas como el tema del celular o personas que vengan a verlos al hotel. Ustedes, con más experiencia, me dijeron: aíslenlos, dejen que sólo se concentren en jugar al fútbol. Es la oportunidad. Hemos escuchado a muchas personas. Pero sobre todo es sentir que es una linda oportunidad. Que la vivan y disfruten. Que se fijen en todo lo que han trabajado y que pongan todo en ese momento cuando jueguen. Hemos generado muchas conversaciones individuales, en grupo y en pareja, en conocimiento. Yo les digo: "chicos, conózcanse". El otro día le pregunté a uno de los jugadores que quién era su amigo acá. Él me indicó otro jugador y le pregunté: "¿tú sabes como se llaman sus hermanos, papás?" "No", me dijo. Entonces es necesario conocernos y que se hablen entre ellos. Ese mismo chico que anda lleno de risa acá puede llegar a su casa de otra forma. Deben conocer sus problemas. Siento que eso nos va hacer mejor equipo. A los jugadores y al cuerpo técnico. Si conoces sus problemas, podemos sacar lo mejor del jugador.
LV: Eso hay que profundizarlo. Decir: "yo me la juego con mi amigo porque tiene ciertos problemas, sufre, echa de menos". Es fundamental. Yo vi que los chicos eran muy educados y en el diario sacamos la nota diciendo que esto antes no se veía. Ahora, este comportamiento fuera de la cancha hay que decirles que también se debe mantener dentro. En el último tiempo hemos sufrido con expulsiones y temas fuera de la cancha.
HC: Yo les vivo repitiendo la última frase que nos dijo usted en esa charla: "Terminen con los 11 jugadores el partido". Que se maten por el compañero, que dividan los esfuerzos. Si tienen que correr porque el otro se equivocó, que lo hagan. Que se puede ser agresivo para recuperae el balón, pero sin pasar al otro lado. Que si tenemos disciplina afuera del campo, la tengamos dentro. Pero sin ninguna duda, en la cancha tenemos que ser voraces a la hora de recuperar el balón. Eso trato de decirles cada día.