Pizzi tiene claro el panorama para enfrentar a Argentina. Las ausencias de Vidal y Díaz, contrario a lo que podría pensarse, no supondrán un reordenamiento del dibujo táctico. Macanudo confía en su gente y en el funcionamiento del equipo. El 4-3-3 que tantos réditos le ha dado a la Roja durante el último tiempo se mantendrá inalterable.

En ese contexto, un hombre clave: Pablo Hernández. El Tucu comandará la zona media nacional en Buenos Aires, lo que fue ratificado en la práctica vespertina de ayer, donde el DT ensayó fútbol por primera vez esta semana. Fue un trabajo breve, pero intenso. Apenas 25 minutos, suficientes para definir la oncena y entregar un mensaje claro: intensidad y presión alta. Pizzi quiere tenerla y, en su defecto, recuperarla rápidamente.

El entrenador puso especial énfasis en el trabajo del hombre del Celta de Vigo. De hecho, detuvo el juego en varias oportunidades para corregir los movimientos del volante. El entrenador quiere que el ex O'Higgins sea el conductor del equipo y, para eso, lo necesita concentrado y claro en todas las facetas del juego. Todas las pelotas deben pasar por sus pies.

Charles Aránguiz y Francisco Silva lo acompañarán, dándole equilibrio al equipo. Sacando la pelota desde el fondo, empujando a los demás y cerrándose en el fondo cuando se necesite. El plan del entrenador no deja detalles al azar. José Pedro Fuenzalida acompañará a Vargas y Alexis en ofensiva, aunque su inclusión como titular tiene un motivo claro. De hecho, el Chapa también fue uno de los más requeridos por el DT y sus colaboradores para corregir aspectos de su juego. La intención inicial es que sea puntero derecho, aunque cuando la Roja no tenga la posesión tendrá que retroceder para sumarse a la línea de volantes.

Ayer, además, Pizzi trabajó pases y transiciones. La idea es que el paso de defensa a ataque sea a la mayor velocidad. El estratega pretende dominar desde el control de la pelota en la mitad, con ataques frontales y directos. ¿Y Jorge Valdivia? En la práctica de ayer no salió del equipo suplente. No obstante, se vio a buen ritmo y pide cancha. Al menos durante la segunda mitad del trascendental juego en Buenos Aires.

Medel entrenó normal y será seguro de la partida. En ese sentido, el foco de preocupación ayer fue Nicolás Castillo, quien llegó con una molestia en el tobillo derecho desde México y ayer se sometió a chequeos para ver la magnitud de la lesión. Pizzi lo tenía considera como una alternativa ante Argentina, pero su problema físico cambió los planes del estratego.

Visitas y buen ambiente

El entrenamiento de ayer por la tarde comenzó con una visita especial. La selección Sub 17, recientemente clasificada para el Mundial de la categoría en India, llegó a Pinto Durán para compartir con sus pares de la adulta. Antes del inicio del trabajo, ambos equipos se reunieron y compartieron durante algunos minutos. Arturo Vidal tomó la palabra y los felicitó por su logro. Su alocución, que fue grabada por ambos cuerpos técnicos, terminó con un aplauso y un fuerte ceacheí. Los juveniles, además, permanecieron en el complejo y presenciaron desde un costado los trabajos de la Roja.

Más tarde, algunos miembros de la adulta permanecieron en la cancha entrenando tiros libres. Sánchez y Vidal fueron los más efectivos, en una dinámica que demostró el buen ánimo que hay en el plantel. Eduardo Vargas hizo las veces de arquero, con un irregular desempeño. Generando risas y bromas de todos los que participaban o miraban la escena.

Chile se alista y confía. Piensa, de hecho, en obtener los seis puntos. Esta Roja quiere seguir reescribiendo la historia.