Suda. Sus manos lo hacen todo el tiempo, y también siente que su cuerpo es, a veces, una sopa pegajosa. Aza es una joven que está terminando la escuela y sospecha que puede fallar su "equilibrio microbiano". En ciertos momentos cree tener fiebre y consulta por sus síntomas en Wikipedia. Además, de ser hipocondríaca Aza Holmes, de 16 años, es obsesiva. Muy obsesiva.

"Perdón por la doble negación, pero la situación es doblemente negativa, un lío del que de verdad solo es posible escapar negando la negación", le dice Aza a su amiga inseparable, Daisy Ramírez, fanática de Star Wars. Ambas asisten al White River High School, al norte de Indianápolis.

Aza y Daisy alterarán su rutina cuando deciden actuar ante una noticia que impacta a la ciudad. El millonario Russell Pickett, acusado de fraude y soborno, está prófugo. La policía ofrece, a quien entregue información de su paradero, la suma de US$ 100 mil.

En realidad Aza no está muy convencida de buscar a nadie. "Esta noche tengo que estudiar los efectos de la viruela en las poblaciones indígenas, así que no puedo resolver el caso del multimillonario fugitivo", le dijo Aza a Daisy en Mil veces hasta siempre, la esperada nueva historia del escritor estadounidense John Green (40), que desde hoy estará en librerías impresa por el sello Nube de Tinta.

"Este es mi primer intento por escribir directamente sobre el tipo de enfermedad mental que ha afectado mi vida desde la infancia", dijo el autor en julio pasado cuando habló de su nueva novela. Sin duda, la más difícil. "Aunque la historia es de ficción, también es bastante personal", agregó Green, quien padece un Trastorno Obsesivo Compulsivo (Toc).

Hace cinco años que no publicaba. Autor de cinco títulos, su última entrega fue Bajo la misma estrella. El exitoso bestseller llegó al cine en 2014 y recaudó US$ 319 millones. Con su obra Green ha vendido 45 millones de ejemplares en el mundo.

"Es sorprendente y conmovedor (...) Uno no necesita estar sufriendo como Aza para identificarse. Uno solo necesita ser humano", apuntó sobre Mil veces hasta siempre el diario The New York Times.

En general las críticas han sido positivas, pero el comentario del diario británico The Guardian fue más lejos y señaló que la novela "podría ser un nuevo clásico moderno".

El autobús propio

Nacido en Indianápolis, en 1977, John Green supo darle un giro literario al desamor y al drama. Una fórmula eficaz, que con humor y emotividad, logra hacer más cercana sus narraciones. Así es la aventura de los protagonistas de Bajo la misma estrella: Hazel padece un cáncer al pulmón y conoce, en un grupo de apoyo para jóvenes, a Gus, ex jugador de baloncesto que tiene amputada una pierna. Su actitud positiva ante la vida, el amor y las diferencias los vuelve únicos.

Mientras, Aza cree que su cabeza nunca deja de pensar. De repetir mil veces una palabra. "No siempre estaba atrapada dentro de mi yo, o de mis yos. No solo estaba loca", dice en un momento en Mil veces hasta siempre. Daisy sabe que Aza compartió un campamento escolar con el hijo de Russell Pickett, llamado Davis. Es una clara puerta de entrada a posibles pistas sobre el paradero del señor Pickett. A la aventura se sumará Harold, como le llama Aza a su viejo auto Toyota Corolla.

"Hace años que no lo veo", le dijo Aza a su amiga. "Pero está claro que uno no olvida haber ido a jugar a una mansión con un campo de golf y una piscina con una isla en medio y cinco toboganes de agua. Davis era lo más parecido a una celebridad", dijo Aza, quien se alegra cuando ve otra vez al hijo del millonario. ¿Podrá ocurrir algo entre los dos? Complicado, a Aza le producen pavor los microbios del ambiente. Le teme a las infecciones.

"Las enfermedades son historias que se cuentan en pasado", dijo Aza cuando visitó a la doctora Singh. Su madre, profesora de matemáticas, la había llevado hasta la consulta. Después del "¿Cómo estás?", de la doctora, la joven respondió: "Me siento como si no fuera yo la que conduce el autobús de mi conciencia".

Aza y Daisy seguirán en su ruta junto a Harold tras las huellas del señor Pickett. Hacia el final del libro, John Green agradece a dos doctores porque "han mejorado inmensamente mi vida proporcionándome una atención en salud mental de gran calidad a la que por desgracia demasiada gente no puede acceder".