Cinco horas estuvo reunida el miércoles la infanta Cristina con sus abogados, en Barcelona. Durante ese tiempo preparó la declaración que mañana hará ante el juez José Castro, como imputada por los supuestos delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal, en el marco de un escándalo de corrupción -conocido como "caso Nóos"- en el que está involucrado su marido, Iñaki Urdangarin. Al término de la cita, Jesús María Silva, uno de sus abogados, comentó que la hija del rey Juan Carlos está "tranquila. Ella es inocente. Lo dice ella, lo creo yo. Tan pronto como lo explique, lo va a ver toda España", de cara a la cita judicial que comenzará a las 10 de la mañana, en los juzgados de Palma de Mallorca.

La prensa local ha informado que, de ser condenado su esposo, la infanta deberá pagar US$ 816 mil, la mitad del dinero que la empresa familiar -Aizoon- habría recibido de fondos públicos desviados.

Hasta ayer, el plan de Cristina de Borbón (a quien Urdangarin sólo acompaña en Barcelona) es viajar directamente a Palma de Mallorca mañana y regresar una vez concluida la cita con el juez Castro. Antes de embarcarse rumbo a la capital de las Islas Baleares, la infanta podría hacer una parada en Madrid para ver a la reina Sofía, según afirma el diario español El País. Aún se desconoce cuándo la pareja retornará a Ginebra, Suiza, donde reside con sus cuatro hijos desde agosto pasado.

Así como la infanta se prepara para tal histórico momento (será el primer familiar directo del monarca en ser interrogado como imputado), también lo hacen los mallorquines. La expectación social y mediática en la isla es total, especialmente en las inmediaciones de los juzgados centrales, donde tendrá lugar la declaración. El diario ABC asegura que hay más de 300 periodistas de todo el mundo acreditados para cubrir el hecho, y que se pueden llegar a pagar unos US$ 15 mil por colocar una cámara de TV en uno de los balcones que dan hacia la rampa del edificio judicial por donde ingresará y saldrá Cristina de Borbón. Si bien la infanta tiene permiso para acceder al lugar en auto, para evitar los flashes y las preguntas, también podría ingresar a pie. En los hoteles cercanos no quedan vacantes y los restaurantes exhiben pocas mesas vacías.

En cuanto a la seguridad, las medidas son altas. Más de 200 agentes (de la península y locales) velarán mañana por la seguridad de la infanta. Habrá uniformados en las azoteas, y se revisarán y sellarán todas las alcantarillas, para evitar la colocación de explosivos (algo habitual en el protocolo de seguridad de la familia real, según El Mundo). Según el Diario de Mallorca, el operativo en torno a la infanta costará más de US$ 400 mil.