"Por mí que lo entierren en Israel si quieren, así están contentos...", dijo hoy Jorge Priebke, uno de los dos hijos de Erich Priebke, respondiendo sobre la polémica en Italia sobre el lugar donde será sepultado el ex oficial de las SS muerto el viernes en Roma a los 100 años.
"Hay muchas injusticias, casi todo", dijo en declaraciones telefónicas a ANSA desde Bariloche, sur de Argentina, el hijo de Priebke, de 68 años.
Poco después, la cancillería israelí dijo que estas declaraciones "no merecen ningún comentario".
"¿Por qué esta gente no se fija en lo que pasa en Medio Oriente, Siria, Irán o la pobre gente de Lampedusa que muere en el Mediterráneo, Por qué no se fijan por ese lado? En cambio no, se la 'agarran' con uno" como Priebke y con "una guerra que terminó hace 60 años o más. Que se dejen de 'joder'.... Son resentidos, esa gente viene 'jodiendo' en el mundo desde antes de Cristo", añadió Jorge Priebke. Frente a la pregunta sobre quien esa 'esa gente', respondió "los mismos de los que estamos hablando".
Su padre fue detenido en Bariloche, Patagonia argentina, en 1994 y extraditado a Roma un año después. Fue condenado a cadena perpetua por la masacre de las Fosas Ardeatinas, pero en los últimos tiempos se había beneficiado con un régimen de arresto domiciliario.
Tras aclarar que en los años transcurridos tras el proceso en Roma, su padre "vivió tranquilo ya que siempre tenía quien lo cuide", Jorge Priebke precisó que no participará en los funerales: "no me alcanza el dinero para el viaje y por otra parte tengo un problema de cadera". Además, recordó que vive "con una jubilación de 2 mil pesos (350 dólares en el mercado oficial, unos 200 dólares en el mercado negro), el mínimo, y tengo un automóvil que tiene 35 años. Que le parece?...".
Al referirse al tema de las Fosas Ardeatinas (el lugar en Roma donde el 24 de marzo del 1943 los alemanes -entre los cuales Priebke- fusilaron por represalia a 335 italianos, de ellos, 75 judíos) confirmó de hecho lo dicho por su padre en estos años.
Tras destacar que el grupo estaba comandado por Herbert Kappler y otros oficiales, y que su padre no tenía un cargo alto en el grupo, Jorge Priebke confirmó el principio de la "obediencia debida: eso es segurísimo, aunque no se qué cargo tuvo, nunca me interesé por la guerra, ando medio perdido. De todos modos, no fue responsable directo. Lo único que sé, puede ser, es que haya disparado dos veces".
Jorge Priebke también recordó su último llamado, hace unos quince días, a su padre. "Nosotros hablábamos un minuto, a lo sumo dos, por lo tanto poco se puede decir. Llamábamos nosotros, él no tenía salida internacional. Nunca hablaba de las Ardeatinas, me decía poco, que tenía visitas, que estaba bien, no estaba enfermo. Me dijo 'hasta la próxima'. En los días siguientes dejó de responder. Para mí que se dejó estar".