De acuerdo a la declaración emitida ante la fiscalía, Martín Larraín Hurtado bebió "ponche" el día 17 de septiembre, 12 horas antes del accidente de tránsito que costó la vida de Hernán Canales la madrugada del 18 de septiembre, en un camino de la localidad de Curanipe en la VII Región.
"Yo no soy muy bebedor y el día del accidente me tomé unos vasos de ponche con durazno, eso fue como a las 19 horas", dijo Larraín quien declaró que a la hora del accidente no estaba bajo los efectos del alcohol.
Según el testimonio publicado por The Clinic Online, el hijo del presidente de RN Carlos Larraín se dio a la fuga tras el atropello, porque al ver el cuerpo de la víctima "enredado en la cerca" y emitiendo "sonidos guturales" entró en shock.
"Fue tal el shock que me aterroricé. Nos pusimos a llamar ambulancias sin recibir respuestas y me fui del lugar dejando a dos amigos, quienes le prestaron auxilio, hasta el minuto en que abandonaron el lugar", aseguró Larraín aludiendo a sus dos acompañantes Sebastián Edwards y Sofía Gaete.
Larraín además reconoció que "después del accidente, el día 18, me tomé unos ponches y unas piscolas".
El testimonio que Martín Larraín entregó a la justicia se contrapone a la declaración de su padre, quien indicó que su hijo se entregó "voluntariamente" tras el accidente, pues, según el imputado "en el día de hoy (19) salí de Curanipe a las 14.30 horas con destino a Santiago. Iba solo sin compañía y a la entrada de Cauquenes me hicieron un control, vehicular y en la comisaría un carabinero de civil de Chanco, me preguntó sobre los daños del jeep y yo de inmediato le conté lo que le acabo de narrar".
Un día antes, los dos acompañantes de Larraín fueron a una comisaría y entregaron un testimonio falso, asegurando a Carabineros que fue una camioneta doble cabina blanca la que había atropellado a Canales.