A sólo 48 horas de haber tenido quizás la inauguración más concurrida de su corta vida, el Museo de la Historia de Penco - fundado en la VII región en septiembre de 2016-, ha tenido que hacer frente a duros cuestionamientos: algunas de las obras que exhibe del pintor Roberto Matta (1911-2002) podrían ser falsas.
Fue en un correo enviado por Carlos Campbell, abogado de Ramuntcho Matta, hijo menor del artista, al director del museo, Gonzalo Bustos, donde se negaba de plano la autenticidad de las obras y también se exigía la suspensión de la muestra. Desde el municipio afirman que no cancelarán la exposición, que tiene programado su cierre el 5 de marzo o hasta que se pruebe que las piezas del pintor -tres dibujos, dos litografías y un óleo- son efectivamente falsas.
Lo mismo señala Hansel Silva, director de la Corporación Educacional Aldea Rural, propietaria de las obras en cuestión, y acusa a Ramuntcho Matta y a su abogado de haber tenido un trato impropio. "El día miércoles 18 inauguramos con bombos y platillos, al otro día fuimos portada del diario El Sur, y el viernes nos llegó este correo, donde con un tono muy grosero nos amenazaban que si no bajábamos la muestra irían a la policía, pero el correo ya venía con copia a la PDI. Fue una actitud muy matonesca", dice Silva.
Desde 2008 Ramuntcho Matta viene denunciando una red de falsificadores de la obra de su padre en Chile, que incluso ha salpicado al propio ex presidente Sebastián Piñera (ver recuadro). Ese año, la viuda del pintor, Germana Matta se querelló contra el coleccionista de arte Luis Paredes por la presunta falsificación de cinco obras del artista. Desde entonces, cada cierto tiempo un nuevo caso se suma a la investigación que ya a estas alturas tiene una carpeta especial en la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual (Bridepi), de la PDI. En esta ocasión fue el turno de Penco.
"El museo se negó a enviarme fotografías de todas las obras, lo que hace automáticamente a la exposición sospechosa", señala desde París, el músico Ramuntcho Matta. "Muy a menudo los coleccionistas son víctimas de los falsificadores. Ellos se ponen en contacto conmigo para que yo les dé una opinión sobre el trabajo, este servicio es gratuito y permite que el coleccionista esté seguro de hacer la compra correcta. Si el museo hubiese hecho bien su trabajo se habrían puesto en contacto conmigo para pedir una opinión, si no se convierten en cómplices", sostiene Matta.
Eso sí, sus acusaciones apuntan específicamente a una pieza de la muestra: un óleo datado en los años 70, de 120x90 cm, que justamente es la obra más llamativa de la exposición. "Nunca he dicho que todas las obras fuesen falsas, pero sí la imagen que he visto del cuadro grande es una falsificación segura. Si ellos quieren hacer el ridículo, es su elección, pero la investigación ya está en marcha. Para mí lo más importante es que las pinturas falsas de mi padre estén fuera del mercado", agrega el artista, quien acaba de vender el cuadro Le Poète (1944-1945) al Centro Pompidou de París en un millón de euros.
Obras falsas
Si bien en un comienzo todas las obras expuestas en el Museo de la Historia de Penco entraron en tela de juicio, en estos últimos días las dudas se han ido concentrando sólo en la pintura. Según Hansel Silva, cuatro de las obras fueron compradas a un coleccionista de Concepción de quien no puede revelar más datos debido a que ya es parte de la investigación. Sin embargo, sí cuenta que un grabado se lo compró por mil dólares a André Jouffé, periodista y ex agregado cultural de Chile en París, quien de inmediato salió a dar explicaciones sobre su procedencia.
"A fines de 1999, antes de regresar a Chile adquirí en la galería Alecon de París cinco obras a precio muy bajo, porque simplemente no valían más. Por diversas circunstancias me fui desprendiendo de ellas. A la misma galería a comprar obras de Matta concurrimos muchos del cuerpo diplomático y agregados y hasta le pasamos el dato a galeristas chilenas como Isabel Aninat y Patricia Ready", cuenta Jouffé, quien en esos años fue cercano a Matta.
"Ramuntcho me preguntó por qué yo no había acudido a su padre para comprarle un cuadro, y yo le dije que el problema era que Germana era muy celosa y las obras me habrían salido más caras que en una galería", relata el periodista, quien en 2008 escribió un extenso reportajes en revista Cosas, sobre los entretelones tras la repartición de la herencia del pintor fallecido en 2002, en la que Germana Ferrari se habría quedado con el 60% de los bienes. Además, ella, Ramuntcho y Pablo Echaurren, hijo mayor de Matta, son los únicos autorizados en certificar la autoría de las obras.
"Germana tiene la autoridad para emitir certificados; sin embargo, mi base de datos es la más segura, ya que uso un algoritmo que nadie puede copiar", explica Ramuntcho. "El 80% de las obras falsas de Matta se emiten en Chile, lo que es una pena si tenemos en cuenta que este es el país de origen del artista. Si pudiéramos hacer una Fundación Matta en Chile se podría saber fácilmente la diferencia entre una obra falsa y una verdadera, pero nadie allá ha aceptado esta idea", asegura el artista quien desde 2008 lidera un centro cultural multidisciplinario en Lizieres, a 86 km de París.