Hillary Clinton quedó ayer a un paso de hacer historia.

La candidata del Partido Demócrata estuvo muy cerca de convertirse en la primera mujer en llegar a la Presidencia de su país, tras 44 hombres en el poder. Sin embargo, y a pesar de que las encuestas pronosticaban su victoria, Clinton no pudo superar al candidato republicano, el magnate inmobiliario Donald Trump.

No es primera vez que Clinton sufre una derrota importante, pero algunos analistas coinciden en que esta sí puede ser la última. Los resultados de los comicios podrían sepultar la carrera política de la ex secretaria de Estado, quien ya tiene 69 años.

La reciente derrota de la ex secretaria de Estado es especialmente dolorosa, porque la esposa de Bill Clinton perdió la Casa Blanca en manos de un empresario y ex rostro de reality sin experiencia política, quien logró superarla pese a sus más de 30 años de servicio público en el cuerpo. Clinton fue primera dama entre 1993 y 2001, y ejerció gran influencia política en la administración de su marido, ocupando incluso una oficina en el Ala Oeste de la Casa Blanca. En 2000 se convirtió en senadora por Nueva York y en 2006 ganó su reelección. Tras perder las primarias demócratas a la presidencia en 2008 contra el actual mandatario, Barack Obama, aceptó el cargo de secretaria de Estado, puesto que ocupó hasta 2013. Y este año logró convertirse en la primera candidata mujer a la presidencia de uno de los principales partidos en la historia de Estados Unidos, pero no logró obtener el premio final: la Casa Blanca.

Los resultados reviven, además, el fantasma de 2008, cuando Clinton perdió frente a Barack Obama -un precandidato relativamente nuevo- en el caucus de Iowa. Tanto entonces como ahora se creyó en un principio que la ex secretaria de Estado tenía prácticamente asegurada su llegada a la Casa Blanca. Incluso, en 2008, como precandidata del Partido Demócrata, la esposa de Bill Clinton aseguró su financiamiento hasta el llamado Súper Martes, en marzo de ese año, convencida de que para entonces tendría asegurada la nominación. Pero no lo logró.

En su segunda aventura presidencial el panorama no fue muy distinto. Nadie pensaba el año pasado que tuviera un rival capaz de arrebatarle la Presidencia. Clinton comenzó incluso con 40 puntos de ventaja sobre su rival en las primarias del partido, el senador Bernie Sanders, quien recién comenzaba a hacerse conocido a nivel nacional. Sin embargo, meses más tarde su campaña se vio afectada por la investigación por el uso de un servidor privado en sus correos, mientras era secretaria de Estado. Su campaña también peligró frente al alza de Sanders, un idealista que logró cautivar a un grupo de votantes clave para llegar a la Casa Blanca: los jóvenes.

Clinton pierde así una carrera desgastante, con 69 años y tras dos derrotas significativas, por lo que ahora sí se vislumbra el fin de su carrera política.