La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se reunió el martes con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y prometió trabajar por una tregua en la Franja de Gaza "en los próximos días".
Mientras ambos comenzaban reuniones vespertinas en Jerusalén, continuaba el lanzamiento de cohetes palestinos y los ataques israelíes. Netanyahu dijo que prefería una solución diplomática de "largo plazo", pero reiteró su disposición a aumentar una ofensiva contra Gaza.
La semana de violencia ha dejado más de 140 muertos, en su mayoría palestinos.
Autoridades de Egipto y de Hamas, movimiento que gobierna Gaza, se habían referido a la posibilidad del fin de las hostilidades, al menos de alguna forma temporal, para el final del día.
Pero un líder de Hamas en El Cairo dijo luego que no habría ningún anuncio antes del miércoles y culpó a Israel por no responder a las propuestas.
Netanyahu, que enfrenta elecciones en dos meses y ha movilizado a los reservistas del Ejército, enfatizó su interés en un acuerdo a "largo plazo" para poner fin a los ataques contra Israel, un trato que ha eludido al primer ministro y a sus predecesores en cuatro años desde la última ofensiva israelí.
Clinton, quien dejó una gira por Asia con el presidente Barack Obama y aseguró a Netanyahu un "sólido" apoyo estadounidense a la seguridad israelí, habló de buscar una "solución duradera" y de la "responsabilidad" de contribuir a la paz mediada por Egipto.
"En los próximos días, Estados Unidos trabajará con nuestros socios aquí en Israel y en toda la región hacia una solución que refuerce la seguridad para el pueblo de Israel, mejore las condiciones de vida para las personas en Gaza y sea un paso hacia la paz para todos los pueblos de la región", dijo Clinton.
"Los ataques con cohetes de organizaciones terroristas en Gaza contra ciudades israelíes deben terminar y debe restaurarse la calma. La meta debe ser una solución duradera que promueva la estabilidad regional y fomente la seguridad y las aspiraciones legítimas de israelíes y palestinos", agregó.
Netanyahu, quien no parece ansioso por repetir la invasión del invierno 2008-2009 en la que murieron 1.400 palestinos, dijo: "Si existe una posibilidad de alcanzar una solución de largo plazo a este problema con los medios diplomáticos, preferimos eso".
"Pero si no es así, estoy seguro que entenderán que Israel tendrá que tomar las acciones necesarias si es preciso para defender a su pueblo", advirtió.
OBJETIVOS
Israel lanzó una campaña la semana pasada con el objetivo de terminar con los lanzamientos de cohetes contra sus poblaciones desde el enclave palestino.
Funcionarios médicos en Gaza dijeron que 31 personas murieron el martes en Gaza. Un soldado israelí y un civil fallecieron cuando cohetes explotaron cerca de la frontera de Gaza, dijeron la policía y el Ejército.
Los médicos dijeron que 138 personas han muerto en una semana de combates, la mayoría civiles, entre ellos 34 niños. Mientras, han fallecido cinco israelíes, entre ellos tres civiles la semana pasada.
El Ejército de Israel atacó el martes unos 130 sitios en Gaza, incluyendo almacenes de munición y la sede del Banco Islámico Nacional. La policía israelí dijo que más de 150 cohetes habían sido disparados desde Gaza hasta media tarde.
"Ningún país toleraría ataques contra sus ciudades y sus civiles. Israel no puede tolerar ataques semejantes", dijo Netanyahu junto al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien llegó a Jerusalén para reunirse con el primer ministro.
JERUSALEN
Al caer la noche, Israel aumentó el bombardeo contra Gaza. Embarcaciones navales abrieron fuego disparando misiles y artillería y se registraba un ataque aéreo cada diez minutos. En un atentado reivindicado por el brazo armado de Hamas, un cohete de largo alcance salió en dirección a Jerusalén el martes, por segunda vez desde que Israel emprendió su ofensiva.
El cohete, que cayó sin causar daños en la ocupada Cisjordania, hizo sonar las sirenas de la ciudad sagrada justo cuando Ban llegaba a Jerusalén para dialogar sobre una tregua.
Otro cohete dañó un edificio de apartamentos en Rishon Lezion, cerca de Tel Aviv.
Los cohetes palestinos han alcanzado ambas ciudades en los últimos días por primera vez en décadas, lo que Israel considera una señal de que los milicianos gazatíes suponen una creciente amenaza.
En la Franja de Gaza, Hamas ejecutó a tiros el martes a seis presuntos colaboradores, que según una fuente de seguridad "fueron atrapados con las manos en la masa" con "equipo de filmación para grabar posiciones".
Tanques, artillería e infantería se reunían en la arenosa frontera entre Israel y la Franja de Gaza esperando órdenes. Unos 45.000 reservistas han sido convocados desde el inicio de la ofensiva.
Una delegación de nueve ministros árabes, encabezados por el ministro de Exteriores egipcio, visitó Gaza, en una nueva señal de la creciente solidaridad árabe con los palestinos.
Egipto, el otro vecino de Gaza y la mayor nación árabe, ha sido clave en los esfuerzos para poner fin a los combates más intensos entre Israel y los activistas palestinos desde la invasión israelí del enclave en el invierno del 2008-2009.
El derrocamiento de Hosni Mubarak, un aliado de Estados Unidos, y la elección de Mohamed Mursi forman parte de un dramático cambio en Oriente Medio propiciado por las revueltas árabes y que ahora afecta al conflicto entre israelíes y palestinos.
Mursi, cuyos Hermanos Musulmanes fueron mentores de los fundadores de Hamas, advirtió a Netanyahu de las graves consecuencias que tendría una invasión por tierra del tipo que dejó más de 1.400 personas muertas en Gaza hace cuatro años. Pero ha sido cauto de no molestar a Israel, con el que los ex gobernantes egipcios firmaron un tratado de paz en 1979, o a Washington, importante donante de ayuda a Egipto.