El fanático que anoche irrumpió en el partido de los octavos de final del US Open entre el español Rafael Nadal y el francés Gael Monfils permanece arrestado, según confirmó hoy el portavoz del último Grand Slam del año, Tim Curry.
"Reconstruiremos lo que ha pasado y analizaremos si nuestras medidas de seguridad deben ser modificadas", dijo Curry.
El hombre saltó a la cancha central Arthur Ashe tras el punto de partido a favor del español, número tres del mundo, que se impuso por 6-7 (3-7), 6-3, 6-1 y 6-3 a Monfils. Una vez en la cancha hizo le tomó una foto a su ídolo Nadal y le dio un abrazo.
Sólo después de su "minuto de fama" pudo ser sujetado y arrestado por los guardias locales, aunque el hecho no pasó a mayores.
Si bien sólo se trató de una acción de fanatismo, la acción atemorizó a muchos tras el recuerdo de lo sucedido con Monica Seles, que fue apuñalada en Hamburgo en 1993 por Gunter Parche, fan de su gran rival, la alemana Steffi Graf, en el descanso de un partido. Desde entonces se reforzaron las medidas de seguridad en las canchas de tenis.
Nadal, que no se mostró asustado, explicó después del partido: "No me ha hecho nada. El chico era simpático. Me dijo que me quería y me ha dado un beso".
Según afirmó hoy una fuente cercana a Nadal, tanto el tenista como su entorno quitaron trascendencia al incidente, que fue visto como una "anécdota simpática", por lo que ya está mentalizado para el partido de mañana ante Fernando González por el paso a semifinales.
Tanta es la tranquilidad de "Rafa" que incluso les pidió a las autoridades del torneo que fueran benévolas con el hincha, ya que éste no tuvo intenciones de molestar o lastimarlo. "Pero las leyes para este tipo de casos en Estados Unidos son muy estrictas", agregó la fuente.