El científico nipón Hiroshi Ishiguro, creador de androides hiperrealistas capaces de interactuar con las personas, dijo hoy que confía en que "en un par de años" viviremos en una sociedad de robots.
"Como creador, creo que viviremos en una sociedad de robots en un par de años. Por favor, créanme", manifestó en una conferencia en Tokio el catedrático de la Universidad de Osaka y líder del Laboratorio de Telecomunicaciones Avanzadas que lleva su nombre en Japón.
Ishiguro vaticinó que, aunque estos robots son ya protagonistas de escaparates, obras de teatro o películas (como "Sayonara"), en los próximos años ofrecerán asistencia en lugares públicos, centros comerciales, estaciones y escuelas, e incluso como profesores.
De cara a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se celebrarán en Tokio en 2020, estos robots podrían solucionar muchos problemas: "Pueden hablar fácilmente hasta 30 idiomas", explicó Ishiguro.
Sin embargo, advirtió de que este desarrollo pasa por comprender la relación entre robots y seres humanos.
El científico nipón no se considera "como el resto de 'robotistas'"; su "enfoque único" consiste en intentar entender cómo funcionan los seres humanos.
Ishiguro, de 53 años, es conocido por haber creado una copia robótica de él mismo. El Geminoid HI-4 (nombre inspirado en la palabra latina para "gemelo") es la cuarta generación de este androide hiperrealista.
Este clon cibernético puede sustituir a su creador e impartir clases y conferencias en su lugar; tiene la capacidad de conversar con humanos, incorpora doce servomotores para controlar la expresión facial, y posee además capacidad de movimiento de los ojos.
"A los organizadores de conferencias les encanta (el robot). Les gusta más de lo que les gusto yo. Para empezar, el robot es más barato. Yo siempre pido viajar en clase 'business', pero él puede viajar en clase turista", bromeó Ishiguro.
El trabajo del profesor fue reconocido en 2015 con el Premio nacional de Ciencia y Tecnología que otorga el Ministerio nipón de Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, del cual recibe en la actualidad toda la financiación necesaria para llevar a cabo sus proyectos.
Su objetivo se centra ahora en introducir la capacidad de desear en sus humanoides; esto podría hacer que los robots pudieran amar y ser amados.
"Las emociones son fáciles de compartir con todo el mundo (...), incluso si desconocemos el idioma. Es la forma más básica de comunicación. Por eso, es necesario que los robots también tengan emociones", añadió.
Los robots son un símbolo de la más avanzada tecnología, y "las personas son animales más tecnología", defendió el científico.
"Un 90 por ciento de nuestras actividades utilizan alguna forma de tecnología, así que somos también una especie de robots", bromeó Ishiguro.