Historia de un clan: obsesión en serie por la familia Puccio
Hoy comienza la maratón del drama que revive los famosos crímenes argentinos.

"Me tocó un padre que no pude elegir", dice Alex Puccio, en la primera escena de la serie Historia de un clan. Nadie eligió a su padre, le responden. Y la duda no está en porqué el patriarca Puccio hizo lo que hizo, porque la locura individual abunda, sino porqué toda su familia -mujer, hijos, de clase media en el barrio alto de San Isidro-, decidieron hacerle caso y secuestrar, cobrar rescate y luego asesinar a las víctimas, o ser al menos silentes espectadores de las acciones, en Argentina a partir de 1982.
La historia de los Puccio es una que ha obsesionado a los argentinos: unos "chetos" (cuicos, en chileno), todos unidos en conspiración por años. Una familia normal que escondía un secreto. La historia fue llevada al cine el año pasado con éxito por Pablo Trapero en el filme El Clan, que debutó casi simultáneamente con esta serie exhibida por Telefé y TNT. Para quienes no la han visto, el canal TNT Series comenzará esta noche a las 23:40 una maratón de cuatro episodios por cada viernes. La serie está protagonizada por Alejandro Awada como el padre Arquímides Puccio, Cecilia Roth como la madre, y Alex Puccio, el jugador de los Pumas e hijo es Ricardo "Chino" Darín (retoño del actor del mismo nombre), y dirigida por Luis Ortega.
Oscura e inquietante, la producción no se obsesiona con el dato de los crímenes y la carpeta judicial -en los que se basa la película de Trapero-, que por supuesto están presentes desde el primer episodio. Acá el foco está en la vida familiar ficcionada, con un ritmo lento y dando a conocer cada personaje -acá son cuatro los hijos Puccio, no cinco como en la vida real-, para tratar de profundizar en el conflicto que llevó a la familia a tener a un joven amarrado y cautivo en su baño del segundo piso, mientras ellos rezan el Padre Nuestro antes de cenar en el primero.
“Ustedes siempre queriendo parecerse a cualquiera menos a ustedes mismos, no entiendo esa ambición que tienen”, le dice Silvia Puccio a su madre, sobre sus ganas de encajar en el barrio alto de Buenos Aires. Es porque el tema de los padres Puccio reside ahí, según plantea la producción, en un arribismo que ve convertida en pesadilla su realidad tras el cierre de su tienda y las deudas. Para solucionar el problema económico, y obsesionado con las familias ricas e influyentes que los rodean, Arquímides Puccio idea con unos amigos, e involucra a sus hijos, en un plan para secuestrar y cobrar rescate. Todo en medio de la transición argentina entre dictadura y democracia, donde los parámetros morales seguían difusos para algunos.
El final ya se sabe: los Puccio cobraron el dinero, pero terminaron matando a sus cautivos, a excepción de una última víctima que escapó y terminó destapando los crímenes, sus autores y las cómplices pasivas de la familia. La serie sigue a los protagonistas hasta la cárcel.
Historia de un clan se estrenó con éxito en la pantalla chica trasandina, y se llevó doce premios Tato, otorgados a la excelencia televisiva por la Cámara Argentina de Productores Independientes, incluyendo mejor actor, mejor director y mejor programa del año.
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