El historiador Paul Preston ganó fama con su biografía "Franco", publicada en 1994, y le abrió un camino de renombre como hispanista británico junto a nombres como Hugh Thomas. Sus trabajos se han enfocado en la guerra civil (1936-1939) y en el período de la dictadura franquista (1939-1975), pero en 2003 publicó una biografía del ahora saliente monarca español "Juan Carlos, el rey de un pueblo". En esta entrevista con La Tercera, Preston se aventura con el futuro -algo a lo que no les gusta hacer a los historiadores- de la monarquía española, del reinado de Felipe VI, el rol que tendrá Juan Carlos I y como pasará a la historia.
¿Uno de los mayores desafíos del futuro rey Felipe será luchar contra la comparación con su padre?
Sí. Va a ser muy difícil. Hay que recordar una cosa, que la legitimidad de la monarquía en España es dudosa, porque evidentemente el rey Juan Carlos llegó al trono como el mandado del dictador Franco, entonces a ojos de la inmesa mayoría de la población eso le quitaba legitimidad. Luego él va, con mucho coraje, con ese papel tan positivo que jugó durante el proceso de la transición con lo que ganó una especie de legitimidad popular. Luego está la legitimidad constitucional que le dió la Constitución de 1978. En el fondo, al igual que durante muchos años se oía en España eso de que "yo no soy monárquico, soy juancarlista", eso muestra que la estabilidad o la legitimidad de la monarquía dependía mucho de la personalidad, de la popularidad de Juan Carlos. Y aunque Felipe es un hombre muy bien preparado, no tiene ese don de gentes que tiene su padre.
¿La falta del carisma de su padre, puede Felipe suplirla con los años de preparación y el rol más diplomático que ha desarrollado en los últimos años?
Hay que distinguir entre los diferentes períodos del reinado de Juan Carlos. Hasta 1978, el Rey tuvo muchos poderes, los poderes que le había dado Franco, los que usó para facilitar la transición. Esos poderes los perdió con la Constitución, lo que lo convirtió en Rey constitucional, pero siguió teniendo un papel político muy importante, porque era el período del golpismo e intervino mucho para controlar a las Fuerzas Armadas. A partir de la primera victoria electoral de los socialistas, en 1982, queda convertido plenamente en un Rey constitucional sin poderes políticos. Tuvo fundamentalmente dos funciones públicas, que son las dos que tendrá su hijo. Por un lado, ser un gran embajador comercial del país, y estoy seguro que Felipe lo podrá hacer con gran esmero e inteligencia. La otra cosa es la de ejercer de jefe de Estado neutral entre los dos grandes partidos y eso en España ha sido muy importante, porque aún hay mucha división, donde no se han curado las heridas de la guerra civil. Esa neutralidad que ofrecía Juan Carlos ha sido muy importante.
¿Podrá Felipe cumplir esa función de jefe de Estado neutral?
Habrá que verlo, porque hace unas semanas hubo elecciones europeas donde entre los dos grandes partidos no llegaron a tener la mitad de los votos. Si eso se reproduce en unas elecciones generales, el año que viene, eso va a suponer un reto importante para el monarca. Si gana Izquierda Unida y los indignados con Podemos, por supuesto que van a dificultar ese papel constitucional. Está el hecho de que mucha gente, la mayoría de la gente joven que tiene menos de 35 años, culpa a la clase política de la crisis económica. Hay un desprecio total, un asco, respecto de la clase política que considera inepta y corrupta. Eso ha tocado a la familia real, en primer lugar, considerando la corona como la cúspide de la piramide política. Pero ya que ha habido acusaciones de corrupción a la misma familia de Juan Carlos, al yerno Urdangarin y a la misma hija, eso toca a la monarquía. Por lo tanto uno de los retos para Felipe va a ser distanciarse de todo eso. Cortar por lo sano, que un poco es lo que intentaba hacer Juan Carlos con esta decisión. Pero el trasfondo de descontento por la situación económica influye en casi todos los problemas que hay en España. En todo caso el gran problema inmediato que le va a tocar a Felipe es el deseo de independencia de Cataluña.
¿Pero que puede hacer Felipe con el tema de Cataluña?
Francamente puede hacer poquísima cosa, porque no tiene poderes políticos. El nuevo rey lo va a tener muy difícil. Primero, porque no tiene poderes para intervenir. Segundo, porque siendo rey de España, lo lógico es que lo que más le importa es la unidad de su país, con lo cual poco puede ofrecer. Felipe habla bastante bien catalán, que es un detalle importante. Pero las cosas están ahora tan envenenadas que un gesto así tampoco vale para mucho.
Dentro de los retos que tiene Felipe es ganar popularidad. ¿Puede ayudar la presencia de Letizia? En otros países la llegada de una princesa de clase media ha ayudado a hacer más populares a las monarquías.
Si hacemos la comparación con Gran Bretaña, la boda del príncipe Carlos con Diana, en un principio tuvo un impacto súper positivo. En ese caso, Diana era de la altísima aristocracia, pero no era de sangre real. Luego salió mal. Pero ahora, la esposa del príncipe Guillermo viene de clase media y tiene un toque popular muy acertado, y eso ha ayudado mucho a la familia real. Es curioso aquí en Inglaterra casi todas las noticias sobre la abdicación y las especulaciones sobe el futuro en España se ilustran con fotos de Letizia. Es decir, los periodistas creen que Letizia va a tener el mismo efecto que los no-reales aquí. Pero la impresión que tengo es que la gente piensa que Letizia es muy altanera, altiva, orgullosa, muy fría. Eso es lo que dicen.
¿La monarquía británica vive un tiempo distinto a la española?
Sí, claro. En general para cualquier persona que lo piense, la monarquía es una institución medieval. Si no, qué sentido tiene que un jefe de Estado lo sea porque su padre lo era también. Eso es una estupidez. Pero aquí en Inglaterra ya llevamos un milenio de monarquía, con una corta interrupción. Eso se acepta como algo que está ahí, lo mismo que el Támesis corre por Londres. En cambio, en España, la monarquía no está tan bien arraigada. Fue una creación moderna. En los años 80, yo decía en los artículos que escribía, que si la monarquía británica es de carruaje dorado, la española es de BMW. Entonces parecía una comparación a favor de la monarquía española, pero ahora parece mejor tener la monarquía de carruaje dorado, porque el BMW está parado con algunas averías.
¿Qué papel puede jugar el Rey Juan Carlos jubilado?
Yo dudo que juegue algún papel. Podría ser consejero de su hijo, lo podría aconsejar sobre el tema de la afabilidad, el toque popular y todo eso. Pero mi impresión es que está bastante mal de salud. Por eso creo que su papel va a ser mínimo. Pero me atrevería a decir que tendrá más influencia sobre Felipe su madre que su padre.
¿Por qué?
Por que Felipe siempre ha sido muy cercano a su madre. La reina Sofía ha sido en cierto sentido, aunque suene exagerado, la jefa de la familia. Es muy inteligente, muy astuta y siempre ha tenido muy buena relación con sus hijos. La española no ha sido como la mayoría de las familias reales que casi nada tienen que ver con una familia normal. La familia inmediata de Juan Carlos ha sido bastante estrecha y aunque ha habido un distanciamiento entre el rey y la reina, ella siempre ha mantenido muy buenas relaciones con sus hijos.
¿Cómo cree que será recordado el rey Juan Carlos?
Estos últimos años, en los que se ha manchado bastante su imagen, a la larga todo eso se va a olvidar. Creo que se le va a reconocer como una figura histórica de gran importancia. Todo el papel que hizo, que necesitaba muchísimo coraje personal y bastante inteligencia, no el de impulsor de la democracia, que creo que eso es incorrecto, sino el de facilitador de la democracia. Juan Carlos dio a España el servicio impagable de controlar a todas las fuerzas que había dejado Franco contrarias a la democracia -las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil, la Policía, los falangistas armados- para facilitar el proceso en que los elementos más moderados de la izquierda pudieran negociar con los elementos más progresistas de la derecha. Eso fue la base de la transición, que tenía sus límites, pero fue la mejor transición posible en ese contexto y el que ayudó muchísimo a preparar ese contexto fue Juan Carlos. Por eso yo estoy seguro que la historia será más que benévola con él.