El golf chileno está viviendo este 2013 capítulos dorados de su historia. No sólo hay dos nacionales en uno de los dos circuitos más importantes del mundo, Felipe Aguilar y Mark Tullo, en el European Tour; otro, Benjamín Alvarado, está en la segunda división del PGA y casi con el ascenso asegurado, más Paz Echeverría en el LPGA y con la clasificación al US Women's Open asegurada.
Según expertos en el tema, nada es casualidad y aunque coinciden en que se trata de esfuerzos individuales, esto servirá para popularizar este deporte.
Para Roy Mackenzie, el primer chileno en conseguir ranking mundial, a principios de los 90, "esto va a servir mucho para empezar a pensar en la masificación. Es el resultado de un esfuerzo individual importante".
Quien es considerado uno de los mejores aficionados de la historia, Felipe Taverne, comenta que "lo que están haciendo los profesionales hace que los otros se incentiven y hagan lo mismo. Algunos de ellos me han sorprendido por la cantidad de plata que han conseguido. Es un mérito grande".
Lo mismo opina Nicole Perror, la primera mujer chilena en el LPGA. "Los buenos resultados afuera son un incentivo, porque se genera en Chile una expectativa, la gente se interesa y apoya. Porque en Chile la mentalidad es así, primero hay que tener resultados y después recibes apoyo".
Qué ha cambiado en los últimos años para que se llegue a estos resultados. Según Mackenzie, "ahora es un grupo grande y viajar y los sistemas de comunicación son más amenos. Yo a veces me iba 11 semanas a Europa y a veces mandaba un fax para decir que estaba bien y con los resultados".
Coincide con él Enrique Orellana, el primer chileno que jugó un major, el Masters de 1968. "Ahora es más fácil que antes, hay auspiciadores, autos, antes uno tenía que pagarlo todo. La otra diferencia es la práctica. Yo nunca corrí o hice gimnasia, todo era práctica, hacía tres horas diarias de green".
El tema de los auspicios también lo aborda Taverne, quien manifiesta que "no sólo hay más sponsors, sino que es más fácil que antes jugar, por la tecnología de los palos y de las pelotas. Pero algo fundamental también es que todos son universitarios, en Estados Unidos o en Chile, y eso hace una diferencia grande".
Para Perrot "no sé que ha cambiado en este tiempo, pero sí puedo decir que para los primeros, como nosotros, fue más difícil, pero abrimos un camino".
Respecto de cuál es el mejor de esta generación, Mackenzie asegura que "siempre he dicho que Benjamín Alvarado tiene, más que técnica, un potencia de juego enorme. Me lo decía la gente del PGA en el Chile Classic, esperan mucho de él. No tiene nada que envidiarles a los top 10 del golf mundial".
"A Benjamín lo he visto practicar más que los otros, hace mucho green y eso me gusta. Otros están siempre en Europa y uno los ve menos, la verdad", agrega Orellana.
Al respecto, Taverne señala que "pensé que Benjamín Alvarado iba a explotar antes, por todo lo que hizo como amateur, pero seguramente las lesiones lo han afectado. Pero quien tiene más 'cabeza', seguro, es Felipe Aguilar, hay que ser muy inteligente para hacer las cosas que ha hecho".
Para Perrot, el mejor también "es Alvarado, aunque también valoro lo que han hecho Hugo León y Martín Ureta, por ejemplo, en Estados Unidos".
Respecto de las nuevas generaciones, Orellana asegura que "Juan Cerda es un buen proyecto, pero piensa ir a Europa y lo que él necesita es irse a Argentina, ahí están las condiciones más difíciles".
Para Taverne, "hay muchos aficionados que se hacen profesionales sin tener ninguna posibilidad de brillar, sólo por la plata. El golf aficionado en Chile se acabó. De los jóvenes, destaco a Guillermo Pereira, pero se perdió un poco cuando se fue a Estados Unidos, y a Juan Cerda, pero aún le falta".
Perrot aporta otro nombre: "Matías Domínguez, lo encuentro muy bueno".