El máximo dirigente del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá, afirmó hoy que Israel trabaja a diario para superar los puntos débiles de su defensa militar y que, además, prepara una nueva guerra para controlar las aguas y el territorio libanés.

Nasralá hizo estas declaraciones en una videoconferencia transmitida en una ceremonia de conmemoración de la muerte del religioso radical suní, Fathi Yakan, fallecido el pasado 13 de junio.

Nasralá también denunció la existencia en los últimos años de "un ambiente de conspiración contra la Resistencia", que sufrió ataques no solo dirigidos contra su arsenal, "sino también contra su cultura, esencia y sus mártires".

Sin embargo, señaló que los enemigos de Hizbulá "fracasaron y los combatientes de la Resistencia superaron la fase más difícil y siguen en pie".

ALTA TENSION
La declaración de Nasralá coincide con un aumento de la tensión en el sur del Líbano tras varios incidentes leves en los últimos días, pero que el sábado pasado dejaron catorce cascos azules heridos tras ser apedreados por aldeanos, cuando se disponían a investigar la explosión de un arsenal, al parecer perteneciente a Hizbulá.

La Agencia Nacional de Noticias informó hoy de que varios tanques israelíes ingresaron 10 metros al interior del Líbano, desde las granjas de Chebaa, único territorio libanés que Israel no abandonó cuando salió del sur del Líbano en mayo del 2000, tras 22 años de ocupación.

La semana pasada, los israelíes instalaron un puesto de control en esa localidad y al día siguiente, aldeanos libaneses la tomaron durante unos instantes.

Hoy, el coordinador especial de la ONU en el Líbano, Michael Williams, instó a todas las partes a la contención.

"Ha habido algunos incidentes en los últimos días. Aprovecho esta oportunidad para llamar a todas las partes a que cumplan sus compromisos y se contengan", dijo el representante de la ONU ante la prensa, tras entrevistarse con el primer ministro designado Saad Hariri.