Un estudio de tatuajes en Holanda se unió al equipo médico 'The Foundation for the Art and Science of Tattooing', para ofrecer un servicio que mantiene los tatuajes una vez que la persona ya ha fallecido.
A la fecha, hay 50 personas inscritas para contratar este servicio. Una vez han muerto, quitan la piel con el tatuaje, y en el laboratorio eliminan la grasa y el agua, para remplazarla por silicona.
El costo de este servicio va desde los 300 euros ($220 mil) para una superficie de diez centímetros, hasta los 400 euros ($293 mil) para tatuajes de más de veinte centímetros.