El gobierno holandés retiró el sábado el permiso de aterrizaje a la aeronave del ministro turco de Exteriores, escalando un conflicto diplomático entre los dos aliados de la OTAN por la campaña de un referendo de reforma constitucional en Turquí­a.

El permiso de aterrizaje se retiró por "los riesgos para el orden público y la seguridad" provocados por la visita propuesta a Rotterdam por el ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, según un comunicado del gobierno holandés.

En una entrevista con la televisora privada CNN Turk, el ministro habí­a dicho antes el sábado que "si Holanda cancela mi permiso de vuelo, nuestras sanciones contra Holanda serán duras".

También reiteró las acusaciones del gobierno turco sobre que las restricciones sobre actos de campaña son "prácticas fascistas".

Las prohibiciones en Holanda y Alemania a los actos de campaña en favor del "sí­" para el referendo del 16 de abril sobre una reforma constitucional suponen que Europa ha "tomado partido por el 'no''', afirmó Cavusoglu. Los cambios en la constitución turca darí­an más poder al presidente de Turquí­a, Recel Tayyip Erdogan.

El gobierno holandés dijo que estaba buscando con las autoridades turcas una "solución aceptable" a los planes de Cavusoglu de hacer campaña en Holanda, pero que "antes de que se completaran estas conversaciones, las autoridades turcas amenazaron públicamente con sanciones. Eso hace imposible la búsqueda de una solución razonable".

La disputa se produjo apenas unos dí­as antes de las elecciones del 15 de marzo en Holanda para elegir a los miembros de la cámara baja del Parlamento. La campaña se ha visto dominada por cuestiones de identidad, y se espera que el partido del legislador antiislam Geert Wilders aumente de forma considerable su número de parlamentarios.

Antes de la decisión del sábado, Wilders habí­a acusado al gobierno de plantear una débil respuesta a los planes de Turquí­a de enviar ministros a Holanda para hacer campaña.

El gobierno holandés dijo no tener objeciones a que se celebren reuniones informativas en su territorio sobre el referendo, pero que "estas reuniones no deben añadir tensiones en nuestra sociedad y todo el mundo que quiera organizar una reunión debe atenerse a las instrucciones de las autoridades para que puedan garantizarse el orden público y la seguridad".

El gobierno turco, añadió La Haya, "no quiere respetar las normas en este aspecto".