El presidente de Francia, François  Hollande, dijo este martes junto a su homólogo estadounidense, Barack Obama,  que ambos aliados han resuelto sus diferencias sobre el espionaje  estadounidense y restauraron la confianza mutua.

"Queremos combatir el terrorismo, pero también queremos alcanzar ciertos principios. Y estamos avanzando en esta cooperación. La confianza mutua ha sido restaurada", dijo Hollande en la Casa Blanca.

Esa confianza restaurada "debe estar fundada a la vez en el respeto de cada uno de nuestros países y también en la protección de la vida privada", expresó  el mandatario francés.

El estallido del escándalo global por las revelaciones del ex analista de  inteligencia Edward Snowden afectó de forma directa las relaciones de Estados Unidos con varios aliados europeos, y Obama tuvo que empeñarse personalmente en buscar recomponer el diálogo.

En el caso de Francia, las denuncias apuntaban la interceptación de  millones de llamadas telefónicas en ese país por parte de la Agencia Nacional  de Seguridad (NSA), en un escándalo que incluyó también a Alemania y España.

A diferencia de la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, se desconoce si las comunicaciones telefónicas de Hollande fueron interceptadas por la NSA, y  el gobierno en París fue más cauteloso en su reacción.

En Estados Unidos la reacción se concentró en la cantidad de "metadatos" que la NSA consiguió sobre millones de llamadas telefónicas realizadas por  ciudadanos comunes.

Pero internacionalmente la indignación se focalizó en el hecho de que líderes considerados aliados tuvieron sus comunicaciones telefónicas interceptadas por agentes estadounidenses.