El presidente de Francia, François Hollande, aseguró en el día de la fiesta nacional francesa que la recuperación económica ya ha llegado a su país, aunque sea aún débil, y abogó por acelerar las reformas mediante el diálogo para consolidarla.
"La recuperación está aquí, pero es muy débil", declaró hoy Hollande durante la tradicional entrevista televisada del 14 de julio concedida a la privada TF1 y a la pública France 2, en la que se mostró como un jefe del Estado reformista y aglutinador.
Hasta "el último minuto" de su mandato en 2017 seguirá haciendo reformas para arrancar el motor de la economía francesa, aseguró Hollande, que defendió el llamado "pacto de responsabilidad" anunciado el pasado enero, un ahorro de 50.000 millones de euros en tres años.
Con ello se financiará, en gran medida, la rebaja de impuestos a las empresas de 30.000 millones de euros en cargas sociales a cambio de que creen empleo, compromiso que Hollande exigió que honren porque ahora "todo está sobre la mesa".
Ahora, según el presidente francés, toca "acelerar, amplificar y no esperar simplemente que la recuperación se confirme, viniendo de Europa o del mundo, porque Francia no puede esperar".
Para esa tarea, y tras una histórica derrota de los socialistas en las elecciones municipales el pasado marzo, Hollande le entregó las riendas del Gobierno a Manuel Valls "porque aporta eficacia, organización y rapidez", dijo el presidente, que aseguró no tener "la mínima diferencia" con su nuevo primer ministro.
El mandatario galo también se refirió a la Comisión Europea (CE) y le pidió a sus nuevos responsables que apuesten por el crecimiento.
"No arruinemos la recuperación con políticas de austeridad", sugirió.
Hollande intentó también insuflar un mensaje de optimismo a sus conciudadanos, que ven como el paro sigue aumentando y supera ya el 10 por ciento de la población activa mientras que el Instituto Nacional de Estadística cifra las expectativas de crecimiento económico para el 2014 en el 0,7 % del producto interior bruto.
"Lo que intento decirle a los franceses es que tienen que tener confianza en ellos. No digan cosas buenas del presidente, no pido tanto, ni del Gobierno. Espero que eso llegará. Pero digan cosas buenas de su país", dijo.
El presidente de Francia, con cotas de popularidad históricamente bajas que apenas superan el 20 %, se dirigió a los franceses desde el Palacio del Elíseo, tras el tradicional desfile militar de la fiesta nacional francesa sobre los Campos Elíseos de París.
Millares de personas presenciaron en directo esa marcha militar, que conmemora la toma de la cárcel de la Bastilla durante la Revolución Francesa, en 1789, y que este año sirvió también para rememorar, con la participación de 80 países invitados, el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial.
Un total de 3.752 uniformados a pie y más de 450 aviones, helicópteros, tanques y otros vehículos participaron en el desfile castrense, que avanzó desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia.